Debido al descrédito que arrastra el Partido Revolucionario Institucional; a la mala imagen y a los escándalos por actos de corrupción de gobernantes surgidos del tricolor, nos comentan que dicho partido podría enfrentar problemas para completar la lista de candidatos, con nombres competitivos, en la totalidad de los ayuntamientos veracruzanos.

Al interior del PRI corren versiones en el sentido de que algunos destacados militantes o simpatizantes han optado por evitar la postulación, ante el inminente riesgo de una derrota en las elecciones municipales de 2017.

El problema para los priistas es que en Veracruz todo parece apuntar a una estruendosa derrota; en ese contexto, gente que ha estado muy vinculada al Comité Directivo Estatal estima que sin candidatos competitivos, el tricolor podría sufrir el peor revés de su historia en la entidad; incluso, se dice que de las 212 alcaldías en disputa,  el Revolucionario Institucional sólo ganaría 30 o 40.

De entrada, antes de la selección de candidatos, la dirigencia priista en la entidad se enfrenta al problema de que algunos personales que fueron designados como delegados distritales del partido han expresado su rechazo a ser considerados para ese espacio.

Igual ocurre con las candidaturas; en Xalapa, por ejemplo, hay versiones que apuntan a que los dos cuadros más importantes del priismo, Ricardo Ahued y David Velasco, han rechazado la posibilidad de una candidatura en 2017 por el PRI.

Así las cosas, el nuevo grupo que llegó al comité estatal del PRI intentará lo que pareciera una misión imposible: reinventar al tricolor para recuperar la confianza de los electores con miras a los procesos de 2017 y 2018.

Tanto la delegada Lorena Martínez Rodríguez como el presidente del CDE del partido, Renato Alarcón Guevara, trabajan ya con esa meta, que pasa por tres vías: evitar las fracturas internas, básicamente entre los grupos de los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa y del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán; impedir una desbandada; y trabajar en la selección de los mejores candidatos a las alcaldías, sindicaturas y regidurías.

Lorena Martínez es una política a la que atribuyen mucho talento; ha sido dos veces diputada, aunque en ambas ocasiones llegó por la vía de la representación proporcional; alcaldesa de Aguascalientes; y candidata al gobierno de esa entidad, perdiendo esa contienda contra el panista Martín Orozco Sandoval.

El caso de Renato Alarcón es más conocido en Veracruz: el nuevo dirigente estatal del PRI fue tesorero del CDE del partido durante el periodo de Adolfo Mota, con quien le uniría una estrecha relación. Fue secretario del ayuntamiento en la administración de Elizabeth Morales García, para luego pasar a la dirigencia municipal del PRI, tras la salida de Diana Santiago Huesca de dicho espacio.

Nos dicen que durante su etapa en el comité municipal, Renato Alarcón participó de alguna manera en las campañas políticas de Américo Zúñiga Martínez para la alcaldía de la capital; y de Ricardo Ahued y David Velasco a la legislatura estatal; sin embargo, también hay comentarios en el sentido de que esa participación se limitó a la entrega de apoyos, despensas y utilitarios; es decir, no tenía mayor injerencia en la estructura electoral ni en otras áreas sensibles de la campaña.

Vinculado a la ex alcaldesa Elizabeth Morales, a quien se atribuye una relación muy próxima con la actual delegada del CEN del partido, Alarcón Guevara habría impulsado la inclusión de Michelle Servín González a la sindicatura xalapeña, en la fórmula encabezada por Zúñiga Martínez. Esa decisión, por cierto, sacó de la jugada a otro aspirante al mismo cargo, el ex diputado local Carlos Aceves Amezcua, a quien se mencionaba como una posibilidad para llegar al CDE tras la renuncia de Felipe Amadeo Flores Espinosa, aspiración que una vez más fue frustrada por el mismo grupo.

A Renato Alarcón no se le atribuyen muchas luces; al contrario, se dice que se trata de una personalidad más o menos grisácea, cuya mayor virtud es no polarizar ni generar conflictos con los diferentes grupos del partido; es decir, no llegó a ese espacio por brillante, sino por no contar con oposición o veto de grupo alguno.

En fin, lo interesante será observar, primero, la capacidad de negociación y operación política que muestre el ex delegado del ISSSTE en el tema de las candidaturas a las alcaldías el presente año; y segundo, la rebatiña por las regidurías entre los diferentes grupos del partido.

Pues bien, con esos nombres, la delegada del CEN, Lorena Martínez; y el nuevo dirigente, Renato Alarcón, el PRI intentará competir el presente año por el mayor número posible de ayuntamientos veracruzanos, una misión muy complicada tomando en cuenta el desgaste del tricolor; las acusaciones por actos de corrupción de la anterior administración estatal; y el golpe más fuerte, que es la escalada de precios como consecuencia del aumento a los combustibles y el enorme descontento social que ello ha originado. @luisromero85