“Honorabilidad, decencia y ética no se compran en la botica”. El filósofo de la mixtequilla

Desde Pánuco, donde asistió al inicio de los Foros de Consulta Ciudadana para integrar el Plan Veracruzano de Desarrollo, el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares se comprometió a estar a cargo directamente de la seguridad de los veracruzanos porque es uno de los temas que más preocupa. Y dijo: “Quiero mandar un mensaje muy claro: el compromiso de trabajar con todo el valor, de correr todos los riesgos, ya basta de complacencias con los delincuentes, ya basta de desaparecidos, de homicidios, de extorsiones, de pago de derecho de piso, ya basta que nuestro Estado se encuentre en manos de la delincuencia organizada, permitido sin duda alguna por los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública”.

Afirmó que trabajará con todo, y a profundidad, para que el Gobierno del Estado, en coordinación con el Gobierno Federal y los municipios, garantice la seguridad de los veracruzanos.  “Tenemos que vivir seguros, ese es el elemento esencial de la vida en común, de la vida en sociedad y quien tiene que garantizar esa vida segura es el gobierno”

Gracias por revisarme

Gracias al trabajo profesional que desarrolló al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, es que esa dependencia cuenta con herramientas o equipo de punta (alta tecnología) la cual nos fue mostrada alguna vez a un grupito de periodistas.

Por ejemplo, desde uno de esos retenes fijos que instalaron casi desde el inicio de la actual administración, cuentan con artefactos que pueden registrar desde una distancia considerable las placas de un vehículo que se aproxima. También tienen computadoras en las que meten los datos de las placas y de inmediato, en un segundo, pasan a la plataforma nacional de información sobre carros robados o buscados porque se tiene comprobado que son propiedad de delincuentes, así como los de los políticos importantes.

Esto lo sacamos a cuento por las cuatro “revisiones” que han hecho al convoy en el que viaja Miguel Ángel Yunes Linares (en una se equivocaron, no iba) y una, la del pasado sábado, al gobernador Javier Duarte de Ochoa, a la que pudimos tener acceso gracias a las gráficas que nos mandaron y que subió en su cuenta de Twitter, el Zopilote. De las que corresponden a Yunes Linares, no hay registro gráfico, solo las reseñas de quienes viajaban con él, que hablan de que fueron encañonados y que el aplomo de Yunes Linares hizo que nadie se moviera mientras duró el operativo. En cambio, en la de Javier Duarte vemos a un oficial de la llamada “fuerza civil” posando para la cámara sosteniendo un documento en la mano izquierda y en la derecha su arma larga hacia abajo; también se ve la cara del conductor del góber con lente oscuro, posando para la foto tomada por alguien llevado ex profeso para esta acción, fotógrafo que también tomó otro importante ángulo, el del Gobernador en el asiento del copiloto, tranquilo, sereno, con la seriedad que le salió de un tiempo a la fecha en que no mira ni habla con nadie. Chofer y góber en la camioneta Suburban gris 2016 de alto blindaje, que es la que últimamente usa.

A nosotros, afortunadamente nunca nos han sometido a una “revisión” de estas, pero sí nos ha tocado ver las de adeveras, personas con las manos sobre el toldo de sus vehículos, las piernas abiertas y un oficial revisándolas, se entiende que en busca de armas o droga, mientras otros cuatro o más polis apuntan sus pavorosas metralletas, por si las moscas.

¿Qué razones tiene un policía de retén para tomar la decisión de incurrir en el delito de detener un vehículo, violando nuestra Constitución, porque para que te detenga la policía debe mediar una orden de un juez, porque según ellos son sospechosos? Y como los de la experiencia en estos asuntos son ellos, pues sí hay gente sospechosa de ir armada o transportando droga en los vehículos en los que viajan, pero ¿el gobernador electo y el que está en funciones son sospechosos de algo para que en un reten procedan en su contra? ¡Pues, no! Tendrían que ser muy torpes o ignorantes los oficiales para incurrir en semejante barbaridad, ellos saben quiénes circulan por las carreteras de Veracruz, a qué hora pasan frente a ellos y tienen toda la información porque cuentan con la tecnología, entonces ¿de qué se tratan estas payasadas; amedrentar y luego justificar, tirar la piedra y tratar de esconder la mano, generar un enfrentamiento “accidental” de fatales consecuencias?… ¡Qué ganas de seguir sumando puntos negativos!

Hasta Espinoza Paz nos ofende

El señor Espinoza Paz, uno de los cantantes que Televisa ha inventado en los últimos tiempos, ídolo de las masas, fue contratado para que actuara la noche del grito de independencia en la Plaza Lerdo, por dos milloncitos de pesos. El atractivo más importante para los lumpen, el gancho para evitar chiflidos, reclamos y gritos de estridencia alvaradeña en contra del Gobernador, se presentó, sí, pero hasta las manitas de borracho. A lo mejor antes de llegar a la Lerdo pasó a echarse un palomazo a la Casa Veracruz que solo se usa como cantina de cuello blanco, y se le pasaron los alipuses. El chiste es que el señor Paz en esas condiciones trató de actuar luego de que lo ayudaron a subir trastabillando, y cuando no pudo comenzó a interactuar con el populacho, se hizo el chistoso, los hizo cantar y se fue burlándose de esta manera de los pobres xalapeños que se hicieron ilusiones de verlo interpretando sus rolas, pero en juicio.

¡Qué poca… vergüenza! Cuando menos le hubieran acercado un gramo para reanimarlo, para regresarlo al umbral de la realidad y que desquitara los dos millones de pesos que se echó a la bolsa a cambio de nada. Ya ven, sigan contratando briagos.

Recordando a Orlando Guillén

En estos días patrios que también son de guardar, de consumir textos, el periodista José Luis Ortega Vidal, en su columna “Claroscuros”, nos recordó a un gran amigo siempre recordado con admiración, a Orlando Guillén (Acayucan, Veracruz, 1945), considerado por Ortega Vidal y muchos conocedores de la poesía y la literatura en general, como el poeta mexicano vivo más importante del siglo XXI y buena parte del siglo XX, para quien se pide un justo reconocimiento al importante trabajo desarrollado por Guillén Tapia.

Y en su reclamo, José Luis hace memoria: “Hubo un político e intelectual veracruzano que reconoció el talento del paisano.

Su nombre: Guillermo Héctor Zúñiga Martínez.

Se pueden escribir varias páginas sobre el currículum del maestro (1942-2016) pero hay palabras breves que lo definen a profundidad: político, pedagogo, orador, hombre comprometido con su tiempo y su circunstancia.

En el sexenio del gobernador Rafael Hernández Ochoa, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez fue el más joven director de educación popular en la entidad. Su amigo el poeta Orlando Guillén fungió como jefe de prensa.

Al alimón, maestro y poeta impulsaron en la década de los 70 un trabajo que nadie desde el sector educativo veracruzano retomó hasta la fecha: la impresión de libros para niños.

El impulso, pues, de la lectura temprana de obras indispensables en escuelas veracruzanas de toda índole pero, sobre todo, las populares, las que servían a la gente de menores recursos.

Tal como Orlando no para de escribir y en la madurez se refleja un lenguaje espiritualmente más maduro, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez nunca dejó de trabajar hasta el último de sus días…

Su último legado a la entidad y a México fue la Universidad Popular Autónoma de Veracruz. Con un presupuesto anual de 20 millones de pesos, el pedagogo de lo popular acercó la educación superior a más de 80 mil personas bajo una práctica que retoma elementos del constructivismo, entre otros modelos pedagógicos.

Don Guillermo, el maestro Zúñiga o Memo como le decía Orlando, se formó en la Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen y estudió Derecho en la UNAM. Su primer trabajo como profesor fue en la comunidad de Temaxcalapa, en la sierra de Zongolica.

No resulta gratuito este encuentro entre el joven docente y el mundo indígena en una de las zonas de mayor marginación en Veracruz, hasta la fecha.

En su labor política Zúñiga Martínez se enorgulleció hasta el final de poder caminar solitario y con la frente en alto por todas partes sin que nadie le hiciera reclamo alguno porque se avocó a dar, a dar, a dar, antes que a pedir y mucho menos quitar.

Su biografía, por tanto, es un parte aguas en la historia política veracruzana: por su inteligencia y honestidad.

Guillermo Héctor Zúñiga Martínez debió ser gobernador de Veracruz y habríamos evitado la docena trágica a punto de concluir.

No fue así y ya ni llorar es bueno.

Nos queda esperar el transcurso de las investigaciones sobre quienes han optado por la ambición sin límites, por la codicia infame, por el desprestigio a cambio de la riqueza para ellos y sus generaciones postreras”.

Reflexión

Qué consuelo para la burocracia gubernamental, se nos fue Juana Consuelo. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas