Aunque los dos tienen el mismo apellido paterno, pero José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa –ambos senadores priistas y fuertes aspirantes a la gubernatura del estado– no pertenecen a la misma familia ni llevan la misma sangre y, al parecer, tampoco tienen el mismo temperamento.

 

Esta última diferencia es la que más se ha marcado en el estilo que ha imprimido cada quien a su trabajo político para intentar construir la futura candidatura al gobierno de la entidad.

 

Yunes Landa ha emprendido una precampaña estridente que lo mismo exalta en los medios de comunicación irrelevantes poses populistas –como, por ejemplo, cuando difundió que suele pernoctar en humildes casas de representantes seccionales del PRI, donde a veces se ha tenido que bañar a jicarazos–, que organiza eventos faraónicos, como el del sábado anterior en Martínez de la Torre, donde se calcula que asistieron alrededor de dos mil simpatizantes convocados con el pretexto de la rendición de su primer informe de labores legislativas.

 

La intensidad de su activismo no sólo refleja su temperamento sino también deja ver su convicción y apuesta de que la candidatura del PRI al gobierno de Veracruz se decida por los resultados de las encuestas que en su momento midan la popularidad y las preferencias electorales de los principales aspirantes.

 

Pepe Yunes, en cambio, viene moviéndose con mayor recato, realizando una precampaña mucho más prudente, sin estridencias ni populismos, cuidando las formas políticas y sin vulnerar las reglas no escritas que tradicionalmente los grupos del priismo han hecho costumbre en el ejercicio del poder.

 

Hay partidarios de Yunes Zorrilla que a veces se desesperan y quisieran que el joven político de Perote emulara el activismo turbulento de Yunes Landa, tan idéntico al que desplegó desde el Senado de la República Fidel Herrera Beltrán en la sucesióngubernamental de 2004 y que tan buenos resultados le dio al veterano priista cuenqueño, quien terminó imponiéndose al grupo gobernante encabezado por Miguel Alemán Velasco, cuyos colaboradores, en su mayoría, repudiaban y bloqueaban al entonces senador.

 

Sin embargo, hace diez años eran otras circunstancias y otros los actores y factorespolíticos que decidieron la nominación priista. Ahora, en cambio, el priismo tiene de vuelta al Gran Elector en la Presidencia de la República, quien para entonces, luego de la elección federal intermedia de 2015, ya instalado “en la plenitud del pinche poder” (Fidel Herrera dixit), seguramente incidirá en la postulación de los próximos candidatos a gobernadores de las entidades del país que obviamente tendrán mucho que ver con la sucesión presidencial de 2018.

 

En 2016, a diferencia de lo que ocurrió en 2010 en Veracruz, difícilmente el gobernador en funciones podrá imponer a su sucesor. Sin embargo, el mandatario en turno quizá no puedavotar pero si vetar. Luego entonces, los aspirantes priistas no sólo deben trabajar para posicionarse en las preferencias de la militancia y del electorado en general sino también evitar fricciones y buscar conciliar con los diversos grupos políticos de la entidad, empezando por el que actualmente ejerce el poder, cuyo alcance de su fuerza e influencia se definirá en los comicios federales del año entrante.

 

Entre Pepe y Héctor Yunes parece cobrar vigencia aquél clásico apotegma de Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788) –un famoso naturalistabotánicomatemático,biólogocosmólogo y escritor francés–, que decía que “(…) el estilo es el hombre mismo: el estilo no puede robarse ni transportarse”, aunque en el caso de Yunes Landa parecieraestar incurriendo en el error de refritear en los anuncios espectaculares de su primer informe de labores legislativas hasta una línea curva en color verde muy similar a la que Herrera Beltrán usó en rojo en toda la propaganda de su campaña electoral de 2004.

 

En cambio, habrá a quienes no les guste el estilo prudente y cauteloso, que no tibio, de Yunes Zorrilla, pero hasta ahora parece estarle dando buenos resultados porque le ha abonado en la apertura y cercanía con altos funcionarios del gobierno del estado y del Comité Directivo Estatal del PRI, facilitándole a su vez los canales de comunicación y confianza con líderes sindicales, ganaderos, de pescadores, de productores de caña, etcétera, etcétera, etcétera.

 

Pepe Yunes bien pudo organizar también una magna ceremonia para rendir un informe de labores legislativas, pues como presidente de la Comisión de Hacienda del Senado ha realizado innumerables gestiones, sin embargo ha optado por evitar protagonismos y eventos faraónicos, procurando mejor el acercamiento directo como el que tuvo hace un par de semanas en Coatzacoalcos con obreros y colonos porteños convocados por el dirigente regional de la CTM, Carlos Vasconcelos Guevara, o con los socios y líderes de las 3 uniones ganaderas del estado ante los cuales disertó el pasado viernes 14, en Boca del Río,el tema denominado “La Reforma Fiscal y su Impacto en la Ganadería Veracruzana”.