La aspiración de todo político es gobernar la entidad que le vio nacer, pasar a la historia estatal y catapultarse a las grandes ligas nacionales; ese sueño, sin embargo, se ha convertido en una verdadera pesadilla para Javier Duarte, quien se observa desesperado ante la contundencia de los señalamientos.

Lejos y en el olvido quedaron las declaraciones que habría realizado el gobernador de Veracruz en noviembre de 2012, cuando se refirió a una supuesta invitación del presidente Peña Nieto para incorporarse al gabinete federal, a partir de enero de 2017.

Vituperado, exhibido, señalado como ejemplo nacional de corrupción, denunciado e investigado por diferentes instancias federales, como la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), Javier Duarte se debate en el descrédito e intenta articular una defensa que resulta tardía e ineficiente porque la avalancha de señalamientos le ha caído encima; las denuncias contra su administración son muchas y contundentes; y la torpeza con que actúa su área de comunicación, evidente.

Sus funcionarios son exhibidos con maletas de dinero; la ASF presenta pruebas de presuntas irregularidades y le observa la simulación de reintegros de recursos, un señalamiento grave que expone públicamente el intento de engaño al auditor; la PGR le investiga; y por si fuera poco, este miércoles, el titular del SAT, Aristóteles Núñez Sánchez, confirma que tanto el gobernador como cinco de sus funcionarios son objeto de una auditoría fiscal, en un asunto derivado de los millonarios contratos asignados a empresas fantasma, que fue denunciado en su oportunidad por el gobernador electo.

Todos esos factores, más la confrontación con quien se convertirá en el sucesor en el gobierno estatal, Miguel Ángel Yunes; el distanciamiento con el Partido Revolucionario Institucional, que inició un proceso de expulsión; y la marcada distancia con el jefe del ejecutivo federal, quien ya adelantó que no meterá las manos para defenderle, son un coctel que anticipa el predecible desenlace de la tragicomedia que tiene a Duarte de Ochoa como su actor protagónico.

Por cierto, este miércoles, a través de su cuenta de Twitter, el gobernador veracruzano, apuntó: “soy el primer interesado en q la autoridad realice las investigaciones; la denuncia presentada por Yunes es ridícula y carente de veracidad”.

Con ello, para no variar, el actual ejecutivo estatal intenta que los reflectores que buscan actos de corrupción y enriquecimientos inexplicables dejen de verle con suspicacia y miren hacia el panista Miguel Ángel Yunes.

Duarte, a propósito, ha escogido sus redes sociales, particularmente Twitter, donde tiene casi 500 mil “seguidores”, para defenderse de las acusaciones en su contra; sin embargo, el problema para el gobernador no sólo son las denuncias, muy graves por supuesto; ni la certeza de que el próximo gobernador llegará al cargo con el cuchillo afilado y con la intención de cobrar viejas afrentas; ni siquiera el estar solo, sin un grupo político que le respalde y apoye; sino la escasa credibilidad. A tres meses de concluir su mandato, Javier Duarte es un político desprestigiado, impopular y menospreciado.

A este paso, el cordobés podría convertirse en la figura que inaugure el Sistema Nacional Anticorrupción.

El crecimiento de Tuxpan

Uno de los municipios veracruzanos que registra mejores números en cuanto a la actividad económica y turística es Tuxpan, en el norte del estado.

En el municipio gobernado por Raúl Ruiz Díaz, la inversión pública y privada es evidente: la ampliación portuaria, por ejemplo, ha generado cientos de empleos y ello representa un favorable impacto social.

Las políticas públicas municipales en ese lugar dan atención prioritaria a la obra en lugares marginados y pobres; la construcción de cuartos dormitorio para familias de escasos recursos, por ejemplo, ha mejorado la calidad de vida de los beneficiarios.

Gracias a la construcción de la autopista Tuxpan-Ciudad de México, que convierte a este municipio en el destino de playa más cercano al altiplano, ese puerto ha mejorado su actividad turística, recibiendo a visitantes que, de acuerdo con datos municipales, han llegado de diferentes estados, como Hidalgo, Puebla, México y Tamaulipas; y de otros países, como Estados Unidos, Colombia, Argentina, Francia, Rusia y Alemania.

El alcalde Raúl Ruiz comentó este miércoles que durante las vacaciones de verano, los módulos municipales de atención a los visitantes atendieron a más de cuatro mil personas, en tanto que la ocupación hotelera estuvo en el 90 por ciento, 40 por ciento arriba de los registros del año pasado.

Este municipio veracruzano ha crecido de forma importante en el desarrollo económico y turístico; y ello ha sido, en gran parte, propiciado por un ayuntamiento que facilita la inversión y trabajar para atraer a los visitantes.

El partido de Antorcha

La organización Antorcha Campesina se organiza para lo que podría convertirse en un partido político nacional. Eso quedó claro durante la reciente visita del dirigente de esa agrupación, Aquiles Córdova Morán, a Boca del Río, donde impartió una conferencia dirigida a maestros, estudiantes, campesinos y colonos, todos del movimiento antorchista.

El líder antorchista habló, en ese marco, de la necesidad de crear una nueva fuerza política para alcanzar un cambio radical en nuestro país; apuntó que el problema de la pobreza crece de forma preocupante y que, evidentemente, el modelo económico no ha funcionado, pues la concentración de la riqueza se encuentra en unas cuantas manos.

En su visita a Veracruz, Aquiles Córdova señaló que la solución a los retos de México “no es el cambio de partido político en el poder, ya que el problema no es de personas, sino de toda una estructura que está diseñada para satisfacer a unos cuantos, por lo que urge que haya un cambio de modelo”.

En ese contexto, el dirigente antorchista confirmó que su organización, Antorcha Campesina, busca formar un nuevo partido político, un proyecto que podría concretarse en 2019, una vez concluido el próximo proceso presidencial.

Antorcha Campesina tiene más de un millón y medio de afiliados en los 32 estados de la República. Únicamente en Veracruz se habla de 150 mil. Es una organización con más de cuatro décadas de trabajo en el terreno de la gestión social, que durante años se ha dedicado no sólo a crear asentamientos poblacionales y gestionar diversos beneficios, como obras públicas, por ejemplo; sino a formar cuadros; por ello conocemos a tantos profesionistas, como maestros e ingenieros agrónomos, que simpatizan con el movimiento que en el ámbito estatal encabeza Samuel Aguirre Ochoa. @luisromero85