Coatzacoalcos, Ver. –  La Guardia Nacional no ha frenado la ola de delincuencia, inseguridad y violencia  que ha envuelto al sur de Veracruz, basta recordar que en los últimos cuatro meses se han registrado dos matanzas en la región: una en abril con saldo de 13 muertos en Minatitlán y otra en Coatzacoalcos, con 29 personas muertas.

Y es que los puestos de vigilancia y retenes instalados en los accesos a municipios como Coatzacoalcos solamente duraron unos días después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo en el vecino municipio de Minatitlán tras la masacre de 13 personas en una fiesta, una de las peores matanzas de los últimos años en el país.

Homicidios, secuestros, robos, asaltos, extorsiones son ya parte de la vida de los sureños.

Apenas el pasado 12 de agosto una familia fue baleada en la colonia Jardines de California. Entre las víctimas estaba un menor de apenas un año.

Un día después, un comando sometió a los guardias del palacio municipal de Coatzacoalcos y se robó el cajero automático ubicado en la parte baja del edificio. A la semana, fue sustraído el cajero ubicado en el interior de la Universidad Veracruzana (UV).

Antes, durante y después del atentado en el centro nocturno “Caballo Blanco” -que ha costado la vida a 29 personas- tampoco se les vio por ningún punto en la ciudad a los soldados y marinos que portan el distintivo en el brazo.

Únicamente hubo un agrupamiento a las afueras del Servicio Médico Forense (Semefo) en Cosoleacaque, pero los militares ni siquiera escoltaron a las familias que iban por los cuerpos de sus familiares, su tarea únicamente consistió en resguardar el acceso a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Según un boletín enviado por la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), hace dos semanas había 169 aspirantes  para un total de 337 vacantes en el sur de la entidad.

No obstante, además de la Guardia Nacional en Coatzacoalcos operan corporaciones de seguridad como la Policía Federal, la Policía Estatal, Policía Municipal y la Fuerza Civil. Todas las dependencias han presumido recientemente el reforzamiento en la vigilancia así como los patrullajes, pero de nada ha servido.

A pesar de lo anterior, el hampa ha acabado con decenas de personas durante el año, otras han sido víctimas de secuestro, lesiones con arma de fuego, robos, asaltos o sus negocios fueron incendiados por cobro de piso.

Tan sólo el mes pasado, el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos (OCC) reportó un aumento del 67 por ciento en la incidencia delictiva.

El organismo documentó 64 ejecuciones durante los primeros siete meses del año, nueve secuestros y 54 robos a negocios sólo en esta ciudad. La mayor parte de los casos siguen impunes.

AVC