Por más que se esfuerzan en emular al gobierno federal –particularmente en el ánimo de polarizar a la sociedad y maniatar a los medios con amenazas-, la administración estatal no es más que una copia muy chafa de la cuarta transformación.

 

Ayer, como parte del guión elaborado para destituir al Fiscal Jorge Winckler, el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, mostró una vez más la estulticia que resulta de la arrogancia y la borrachera de poder. Haber ganado la gubernatura de Veracruz les dio el gobierno, pero no la razón como franquicia. Lo que debió ser un día clave en la capitulación del Fiscal, se convirtió en una lamentable cadena de errores.

 

Por razones políticas, jurídicas –y próximamente hasta penales- Jorge Winckler debió dejar el cargo desde el primero de diciembre pasado. Su evidente y criminal ineficacia, su perversa condición de esquirol y la desconfianza que causa a las fuerzas federales son motivos suficientes para dejar el cargo. Si sigue ahí es a causa de un Congreso inexperto y a la incapacidad de operación del gobierno estatal.

 

El encuentro de ayer por la mañana entre el presidente del Tribunal Superior de Justicia Edel Alvarez, y el Secretario General de Gobierno, Eric Cisneros, fue un montaje de párvulos. Con un colmillo largo y retorcido, el magistrado presidente dijo que lo que gobierno del estado le pidió que dijera, declaró lo que querían oír, que el Fiscal no había ejecutado intencionalmente muchas órdenes de aprehensión, tal y como el propio Cisneros lo había dicho la semana anterior.

 

A Edel Álvarez le resultó una baratija complacer a las mentes brillantes de palacio de gobierno, como una forma de firmar la reconciliación.

El segundo error vino con una velada amenaza a los reporteros que cubrían la nota. En sus declaraciones dio aviso a que “vamos a saber quién está de lado de los veracruzanos”. “Hay algunos compañeros que defienden lo indefendible, porque aquí vamos a saber quién realmente quiere estar del lado de la justicia y de la procuración para todos los veracruzanos de respeto, igualdad y trabajo”, afirmó.

Va para todos los compañeros que son periodistas, espetó. ¿Quién le dijo a usted que es nuestro compañero, Señor Secretario? ¿A cuenta de qué espera que seamos ciervos militantes de su gobierno o a quién se refiere cuando acusa de defender lo indefendible?

 

Se equivoca señor Secretario: usted no está del lado de los veracruzanos, está del lado de López Obrador de la misma forma en que Winckler está del lado de Miguel Ángel Yunes. Por si no lo sabe, la mayoría de los veracruzanos no está en ninguno de los extremos que tanto daño hacen al estado.

 

Tampoco representa a los veracruzanos –ni siquiera votaron por usted-, sino a los intereses del gobierno del estado. Eso es legítimo, es un acto de congruencia, pero millones de ciudadanos no necesitamos la representación social que usted asume como propia, en medio de una lucha política que ya ha costado mucho dinero y sangre a los veracruzanos.

 

El tercer error fue intentar remediar la amenaza, acusando ignorancia por parte de los medios de comunicación y sus representantes.

 

“En comunicación, el contexto es todo. No nos confundamos: un servidor siempre ha sido, soy y seré, respetuoso de la libertad de expresión y libre manifestación de las ideas; inclusive cuando, al criticarme, los opinadores han cometido excesos y rebasado la esfera pública”. ¿Se pueden cometer tantos errores en un solo mensaje? Al parecer sí.

 

En principio, además de enemigos de la justicia, los reporteros somos una parvada de ignorantes que no sabemos leer bien el contexto; utiliza la palabra opinadores con el mismo desdén que el mesías de las mañaneras, y se victimiza de que se han cometido excesos y rebasado la esfera pública. Esto último puede ser cierto, pero incurre en una generalización sin fundamento.

 

Si lo que el Secretario pretendía era ofrecer una disculpa pública implícita, lo único que logró fue confirmar que cometió una pifia garrafal y que su arrogancia política le impedía corregirla. Saturar las redes con sus acusaciones y fotos de “El Lagarto” de nada sirven; sólo muestran su desesperación y el desconocimiento “del contexto”.

 

Pero tal vez el peor error cometido ayer es seguir pensando que con declaraciones va a destituir al fiscal. Esas sólo sirven para engrosar la síntesis informativa.

 

Las del estribo…

 

1. La Presidenta del CEN del PRI, Claudia Ruiz Massieu, visita Veracruz en medio de la tormenta. Cuando las heridas del proceso interno siguen abiertas, el diputado federal y vocero del PRI en el Congreso federal, Héctor Yunes, acusó a la dirigente de que intenta crear un partido de tribus. Al parecer, los esfuerzos del nuevo dirigente Marlon Ramírez, han sido en vano.

2. Este martes, el Congreso local ratificará la reforma educativa aprobada por la mayoría del Congreso de la Unión. Lo que ha sido un mero trámite en otros estados, es posible que en Veracruz se entrampe en la soterrada lucha entre panistas nostálgicos de poder y morenistas inexpertos. Por lo pronto, algunos sindicatos magisteriales han anunciado que no asistirán a la ceremonia del Día del Maestro.