Hay una frase que en política se escucha con frecuencia es que los espacios vacíos se llenan. Y eso parece estar ocurriendo, un día sí y otro también, en el gobierno de Veracruz. Mientras el gobernador ha elevado el sabadaba al resto de la semana, el Secretario de Gobierno actúa –por iniciativa propia, por instrucción del mandatario o ante la usencia de este– como el verdadero jefe de las instituciones.

Eric Cisneros es, en apariencia, el segundo en la nomenclatura del gobierno estatal. Pero los hechos dicen otra cosa. En la agenda del funcionario no están solamente las actividades que la ley marca de su competencia, sino que lo mismo da banderazos para el inicio de operativos policiacos, inaugura calles y servicios públicos, se enfrenta al fiscal y al ex gobernador, y atiende los más diversos temas de salud, educación y turismo, por ejemplo. Es el gobernador de facto.

Y resulta inverosímil su irrefrenable activismo, cuando hay evidencia que algunos de los ataques políticos más fuertes que ha sufrido el gobernador –entre ellos, la filtración de las actas de nacimiento de él y sus familiares- han tenido su origen en la Secretaría de Gobierno. Conoce sus fortalezas y entiende las debilidades de su jefe, por eso actúa en consecuencia.

Eric Cisneros se ríe de los futurólogos que aspiran a su silla, así sean personajes del altiplano o diputados locales –principalmente el presidente de la Mesa Directiva, José Manuel Pozos Castro-. Ha logrado sobreponerse a las críticas descarnadas, a los apodos racistas por su apariencia y a los incontables yerros por su imprudente y frenético activismo.

El gobernador legal, Cuitláhuac García, pareciera indefenso ante la presencia de su subalterno. No hay foto en la que no aparezcan compartiendo los reflectores, mientras que Eric Cisneros rebasa su exposición mediática. El monitoreo de medios confirma que el Secretario de Gobierno es por mucho el personaje con mayor cobertura informativa del gobierno, muy por encima del propio Gobernador.

Por ejemplo, ayer se informó de una reunión calificada como inédita que tuvo lugar en el municipio de Chalma, luego de que autoridades de los Estados de Veracruz e Hidalgo establecieran acuerdos en materia de seguridad y problemas del transporte público. Quién encabezó este encuentro fue Eric Cisneros.

En un comunicado de inicio de la semana, la Secretaría de Gobierno presumió la ejecución de algo así como 15 obras que van desde la rehabilitación de espacios educativos hasta infraestructura básica, logrando reasfaltados, reencarpetados de calles en Xalapa, hasta restituciones de la carpeta asfáltica del Circuito Presidentes, una de las arterias más transitadas de la capital veracruzana. No es exagerado afirmar que la SEGOB ha hecho más obra pública que la Secretaría de Comunicaciones.

Lo mismo anuncia la compra consolidada de medicinas y la solución al desabasto que informa de acciones en materia de turismo. Al tiempo que mantiene disputas y amenaza a periodistas –se le acusó de ser el responsable del montaje del secuestro de Marmiko- también señala a la Iglesia de recabar información política a través de la confesión de sus feligreses. No deja títere con cabeza, pues.

En los escenarios que se han creado -lo mismo en la capital del estado que en Palacio Nacional-, se da por descontado que Cuitláhuac García dejará la gubernatura del estado una vez que se cumplan los dos años de su administración, con lo que evitarían que se convoque a nuevas elecciones. Hoy los momios no apuestan a que si se va o se queda, sino a quien será su sucesor.

Esta guerra soterrada ha sido alimentada por el propio Cisneros, quien se asume –y así lo dicen sus colaboradores- como el indicado para asumir el relevo. No obstante, enfrente tiene a otros personajes de mucho peso, como el súper delegado Manuel Huerta, quien lleva meses construyendo su propia estructura y base social. Para un gobierno sustituto, tampoco estarían impedidos Ricardo Ahued y Rocío Nahle, aunque su proyecto está en Dos Bocas y no en palacio de gobierno.

Como fuere, el gobernador se ha desfigurado. La sombra de su Secretario de Gobierno lo rebasa y lo ha condenado al ostracismo de palacio, como un hombre solitario que en nadie confía pero que a nadie puede meter al orden.

Eric Cisneros Burgos nunca hizo carrera política en Veracruz. La mayor parte de su vida la pasó en Baja California Sur  a donde regresó apenas ocupó su nuevo cargo. En aquél lejano estado se graduó como ingeniero agrónomo, donde también estudió una maestra en Administración con Especialidad en Finanzas por la Universidad Internacional de La Paz. Hoy es el principal aspirante a ser gobernador interino.

En seis años, Veracruz podría tener tres gobernadores: el que fue electo, el que gobierna y el sustituto.

Las del estribo…

  1. Otra vez se les hizo bolas el engrudo. A pesar de que el Presidente de la Jucopo, Juan Javier Gómez Cazarín dijo que él está a favor del matrimonio igualitario, reconoció que algunos diputados de Morena piensa lo contrario, por lo que los votos nomás no les dan para aprobar el dictamen, que por segunda vez salió del orden del día.
  2. Si César del Ángel pensaba que con el “patrocinio” de palacio de gobierno era suficiente, se volvió a encontrar con su demonio azul. Ayer, cuando bailaban alegremente afuera de la Fiscalía, una de sus líderes fue detenida acusada de privación ilegal de la libertad y robo de vehículo, por lo que llevaron a sus danzantes hasta el edificio del Tribunal Superior de Justicia. Gracias a Morena, los 400 pueblos gozan de cabal salud.