Son de historias-12

La profundidad del materialismo, va más allá de la sensible y cosquillosa idea de la excesiva acumulación del valor de lo material, volvió a insistir Pamela, tiene una determinación de pretencioso dominio hacía el mismo ser que lo predica. La sociedad esta convencida de que nada fortalece su existencia, como esa voluntad insaciable del alma que condiciona a muchos por el bien material excesivo, que en todo caso es el mal material. ¿Y lo religioso?, agregó Santiago. ¡No, no!. La religión tiene otra condición, afirmó Pamela, que es precisamente la contra parte de ese materialismo. El materialista difícilmente siente interés alguno sobre la fuerza espiritual, porque este se contrapone a sus intereses. La religión la ha construido el hombre intentando encontrarse y entenderse a sí mismo, precisamente ante la no certeza, el instinto del hombre se desnuda ante el bien material que es su propia condición. Esa condición es la inseguridad en sí mismo. Porque esta afirmación le domina ante el temor lascivo de su propio yo, y tiende ciegamente a rodearse de la materialidad, que es la tensión impetuosa por satisfacerse de los objetos más inesperados, y por ellos lucha, mezclando y revolviendo todo; corrupción, envidia, aristocracia, burguesía, religión y poder, volvió a afirmar Pamela. Entonces, ¿esto es lo que desequilibra al hombre?, preguntó Santiago. Al hombre y a la sociedad, que es lo más grave, afirmó Pamela. Porque la sociedad pretende un hecho con el que no comulga, al menos conscientemente. Entonces esta pretendida acumulación de bienes materialistas, dañan el espíritu, al punto que se convierte en una extravagancia psíquica, en donde el individuo en una metamorfosis pretende afirmarse ante su estrechez de origen, lo cual se va manifestando en singulares procederes, hasta incluso la pretensiosa idea de querer heredar ese poder material a su descendencia, los cuales llegan a desplazar el propio comportamiento del que los crea.

¿Porqué entonces la manifestaciones de ese mal entendido poder, domina al hombre? Dijo Santiago. Porque es su condición, afirmó Pamela; porque es su frustración del querer ser, entonces estigmatizan la espiritualidad, manejando a las almas débiles, que incluso puede incluir al mismo poder religioso, o a un cardenal, y eso los vuelve repugnantes. Te recuerdo Santiago, que el poder equivocado del ser humano, son esos instrumentos que otorgan control y dominio sobre los demás que deberían de ser para mejorar las condiciones humanas, pero que no es así; el poder económico, el poder religioso, el poder militar, es la conjunción de fuerzas de  recursos para el dominio sobre los demás. El modo de entender el materialismo les determina, percibiendo y organizando la realidad antagónicamente a la espiritualidad en una irreductible condición ególatra, extraviando el sentido humano, sobre todo el del bien común.

¿Entonces este tipo de individuos no tiene o siente ningún interés por el bien de los demás? Preguntó Santiago. En absoluto, respondió Pamela, sus seguidores son el dominio mismo, que les confirma el poder con fines primitivos de poder, riqueza y locura.

Pamela bajo del auto y se apresuró por los pasillos de la Universidad, iba retrasada, hablaría con sus alumnos sobre Nietzsche y llevaba en su bolso un poema de Goethe que les leería. Santiago le retrasaba un poco, siempre que le llevaba a la Universidad, pero le agradaba charlar con  él. En el trayecto ya visualizando el aula, tomó del bolso el poema que había impreso la noche anterior, le agradaba más así, leerlo impreso. Entró al aula y con un ¡buen día¡  saludó a la clase.

Sintácticas

De un acucioso observador a quien esto escribe:

Mira doctor, si el PRI, postula como candidato en estos momentos a Dios, pierde.

En una mesa del café Don Justo:

El que es un buen candidato, puede ser un mal gobernante.  Al revés; el que es un mal candidato puede ser un buen gobernante.

Del profeta Malaquías :

Si tienes problemas, no te desesperes puedes cometer errores.

De un votante:

Ya me harte, ya quiero que sea el 1º de julio.

Lies Wyers. Interpreta de Le sieur de Machy, en viola da gamba: Chaconne in G major: