Hacen tormenta en un vaso de agua.

Nada más lejano que suponer que Miguel Ángel Yunes Linares (quien recibió este domingo su constancia de mayoría por parte del OPLE y que, a menos que los tribunales digan lo contrario, asumirá la gubernatura de Veracruz el próximo primero de diciembre) vaya a intervenir la Tesorería del Estado a partir de este lunes «para verificar la situación que guardan las finanzas estatales».

Debemos entender de quién viene esta declaración.

Joaquín Rosendo Guzmán Avilés no es, precisamente, el más docto en temas jurídicos, y tampoco el mejor dotado por la claridad de su discurso.

Sí, es muy probable que personeros del próximo Gobernador se acerquen a la Secretaría de Finanzas para conocer el estado que guarda la economía de Veracruz. Lo que va a suceder, sin embargo, es que serán turnados al área correspondiente, como lo marcan los protocolos.

El Artículo Cuarto de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública en Veracruz establece claramente que «la información generada, administrada o en posesión de los sujetos obligados es un bien público. Toda persona tiene derecho a obtenerla en los términos y con las excepciones que esta Ley señala, así como a consultar documentos y a obtener copias o reproducciones gráficas o electrónicas, simples o certificadas. No será necesario acreditar interés legítimo para solicitar y acceder a la información pública».

Es más: Lo más probable es que asesores en materia jurídica y financiera del próximo Gobernador ya hayan recurrido a este mecanismo para hacerse de la información que requieran.

No hay más.

Se entiende el exabrupto. Les ganan las ansias por meter la mano al cajón, pero no será tan pronto. La Ley Orgánica del Poder Ejecutivo establece que el proceso de entrega-recepción dará inicio el primero de noviembre. Nada se podrá conseguir antes, nada por la fuerza, al menos.

Tras recibir su constancia de mayoría por parte del órgano electoral, Miguel Ángel Yunes leyó un mensaje para los veracruzanos, en el que presumió ser el portador de un mensaje de la sociedad: «Cambiar a quienes gobiernan para cambiar a fondo el modelo de gobierno».

Lo que no ha dicho aún Miguel Ángel Yunes es cómo lo hará.

Un reclamo recurrente de los veracruzanos a los candidatos que contendieron por la gubernatura, fue que al plantear sus compromisos de campaña, no se limitaran a decir el «qué», sino que además dijeran el «cómo».

Su principal promesa de campaña fue la de meter a la cárcel a su antecesor. Resulta que para cumplirlo no contará con el respaldo del Fiscal General del Estado, ni del Fiscal Anticorrupción (que habrá de ser nombrado en los próximos días). Para remover a los fiscales que se encuentre el primero de diciembre, tendrá que conseguir la aprobación de dos tercios del próximo Congreso local (sin olvidar que prometió respetar la división de poderes).

Sucede que entre el PAN y el PRD, los aliados en la actual elección, apenas sumarán 20 diputados. El PRI y sus partidos aliados tendrán 18 curules, mientras que Morena contará con 12 legisladores, de manera que ni sumando a Morena (que de por sí no muestra voluntad alguna para operar con el PAN y el PRD) conseguirían los votos necesarios para deshacer los nombramientos hechos por el actual Congreso.

En su discurso de festejo, este domingo, volvió a tocar el tema de pensionados y jubilados de la administración estatal y habló de «salvar juntos» su institución de seguridad social.

No ha explicado cómo pretende saldar los pasivos que tiene la administración  estatal con el IPE y cubrir, además, el déficit con el que opera ese organismo, pues lo que hoy aportan los trabajadores en activo no alcanza para cubrir las pensiones. Al mencionar que «lo salvarán juntos» parece mandar la señal de que les pedirá a los burócratas del Estado un nuevo sacrificio. Al fin y al cabo puede echarle la culpa al que se fue.

Según Yunes Linares, la constancia de mayoría «concentra la voluntad de millones de veracruzanos que queremos un gobierno distinto».

Aceptando que salió victorioso en este proceso, vale hacer la aclaración que los que expresaron esa «voluntad por un gobierno distinto» fueron un millón 055 mil ciudadanos (no «millones»), de un total de 5 millones 671 mil 125 incluidos en la lista nominal.

Que fueron más, muchos más, los que expresaron su voluntad hace seis años en favor de Javier Duarte (un millón 380 mil votos) y que, en total, fueron más, muchos más los que en esta elección optaron por otro candidato, en lugar de él: dos millones 012 mil 924, incluyendo los que dieron su voto a candidatos no registrados, y los que anularon su sufragio.

Aunque se inicia un proceso jurídico que habrá de concluir en los tribunales, es menester dar por un hecho que Miguel Ángel Yunes Linares será gobernador de Veracruz, a partir de diciembre, por dos años. Es demasiado poco tiempo como para perderlo en revanchas personales y guerras mediáticas.

Si una orden recibió de los veracruzanos, es que se ponga a trabajar cuanto antes, para cumplir las promesas que tan alegremente soltó durante su campaña.

Que así sea.

filivargas@nullgmail.com