Aún cuando no lo ha dicho públicamente y quizá nunca lo diga porque es una persona decente y bien nacida, uno de los motivos por los que Geiser Caso Molinari, renunció a la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas (CEBPD), fue porque el gobierno de la 4T quería que trabajara casi de gorra. Jamás le asignaron un presupuesto y con la limosna que le daban, el joven funcionario hizo maravillas.

Pero en mayo, al regresar del penal Duport Ostión de Coatzacoalcos a donde fue a verificar si era verdad que había cadáveres enterrados clandestinamente, presentó su renuncia y se fue. E hizo muy bien.

Geiser nunca negó atención a las familias de los desaparecidos, las acompañó en su búsqueda, las escuchó y consoló, luchó contra la burocracia estatal que una y otra vez le escatimó todo. Pero al final su salud mermó peligrosamente y tuvo que marcharse.

El gobernador Cuitláhuac García siempre preocupado por el bienestar de las mayorías, designó en su lugar a Brenda Cerón Chagoya, una especialista en la organización de banquetes para fiestas. Como los colectivos protestaran les dijo que sólo estaría como encargada de Despacho, porque no se encontró a nadie con el perfil adecuado.

Por si había alguna duda, con esto se terminó de confirmar que los desaparecidos nunca le han interesado al gobernador. Fueron muy buen tema de campaña que le redituó el voto del 80 por ciento de sus dolidas y esperanzadas familias. Pero esas familias se están llevando el enésimo chasco.

Les enfurece recordar que en su toma de protesta como gobernador Cuitláhuac se comprometió: “Hago pública la declaratoria del programa emergente por crisis de violaciones de derechos humanos en materia de desaparición de personas en Veracruz. Lo más importante y urgente es brindar a las personas justicia, verdad y reparación, y en ese contexto localizar a todas las personas desaparecidas”.

También les enfurece que al día siguiente y en su primera visita a Veracruz como presidente, López Obrador remachó: “Vamos a apoyar a Cuitláhuac con esta declaratoria de emergencia para encontrar a los desaparecidos”.

Puro choro el de los dos.

A ocho meses de aquello lo que le sobra a la CEBPD son carencias porque sigue sin presupuesto y a la buena de Dios.

“Los recursos están por venir pero no nos han dicho cuándo. Ha habido problemas para quitar los candados de ese presupuesto, porque en México los corruptos siempre pueden sacar el dinero a su antojo, pero si una persona lo quiere hacer de manera legal hay candados delicados”, dijo la vocera del Colectivo Solecito, Lucía Díaz Genao.

“Si Duarte negó a los desaparecidos y Yunes Linares medio auxilió en su búsqueda, Cuitláhuac García ha mostrado un marcado desdén por ayudar a encontrarlos. No sólo no comprende el dolor de las familias, es insensible a él. Sólo a un tipo así se le ocurre nombrar para la Comisión de Desaparecidos a una niña que organiza banquetes; eso es contra natura”, me dijo Andrea, miembro de un Colectivo.

También se quejó de la falta de recursos, de los candados, de las vueltas a las oficinas burocráticas, de la estéril búsqueda de apoyos.

“¿Crees que le den recursos a la CEBPD?”, le pregunté.

“Por supuesto que sí -contestó- claro que los van a dar. Cuando ellos quieran y en migajas porque los desaparecidos no les importan, porque sus prioridades son otras y porque así son esos cabrones”.

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