“Vivir en paz con mi conciencia tiene precio” Bruno López

“El Tecla” fue uno de los principales beneficiarios del desfile del Día del Trabajo. Este popular xalapeño que se dedica a vender tortas y ricos tacos de papa por las calles del centro de la ciudad, nunca imaginó que haría su agosto por pasar abajo del estrado donde estaban los meros chipocles del estado presidiendo la parada laboral.

Acababa de comenzar el desfile cuando “El Tecla” pasó ahí debajo de donde estaban los jefes y el número uno se agachó para preguntarle: ¿de qué lleva?, a lo que el taquero sorprendido levantó la cabeza y respondió en automático, sin dar crédito a lo que estaba pasando: de chorizo, de huevo, de jamón y de queso de puerco, señor, los tacos son de papa.

Pásame una de chorizo, dijo el jefazo, y volteó a los lados para ver quién más quería una tortita de esas y, obviamente, al ver al jefe con una en la mano, que se ponen a pedir. “El Tecla”, todo tembloroso, surtió tan peculiar pedido lo más pronto que pudo y a cobrar las seis tortitas que vendió ahí abajo del templete donde estaban los jefes presenciando el paso de los contingentes de trabajadores quienes, al voltear y ver el espectáculo, tragaron gordo.

Las bajaderas, para que no se atoraran en el pescuezo las tortas las fue a traer un acomedido diputado acompañado de dos ayudantes y a repartir chescos.

Fue, tal como nos lo han prometido los Morenos, un desfile distinto, sin los protocolos tradicionales, sin las formalidades que exigen el respeto a la investidura de cada actor político que ostenta un cargo de importancia y menos a la clase trabajadora que, lo menos que espera, es que la vean pasar frente a Palacio desfilando y festejando que tienen trabajo, aunque no pelen sus demandas y protestas.

Lamentablemente, mucha gente, los llamados conservadores porque así les dice López Obrador, no están de acuerdo con esta forma de comportarse de los funcionarios públicos. ¡Qué poca!, comentaban, no es posible que arrastren como lo hacen, la investidura que tienen, que le falten al respeto así a los trabajadores, eso equivale a pitorrearse de las buenas formas de hacer política o de comportarse en un evento público serio como es el desfile del Día del Trabajo.

Y lo que pasa es que si revisan fotos de las pasadas administraciones –todas– los funcionarios que presidieron esos desfiles, acompañados por los principales líderes sindicales, permanecían de pie, pendientes de lo que los trabajadores decían en sus pancartas, de vez en cuando saludando con la mano a algún conocido que marchaba en un contingente, y cuando las cosas se llegaron a poner feas por las protestas de los inconformes con la política laboral del gobierno, simplemente abandonaban la plataforma, se metían al Palacio de Gobierno y ahí permanecían esperando que les informaran sobre los acontecimientos y luego se marchaban, al término del desfile, respetuosos de las manifestaciones públicas.

Pero, además, agradecían las invitaciones que les hacían todos los dirigentes sindicales para que los acompañaran a las comilonas que organizaban, para sus representados. No acudían a ninguna. A diferencia de esos tiempos, Enrique Levet Gorozpe tuvo el honor de contar con la presencia de los altos mandos en su comida que tuvo lugar en el Velódromo, con el grupo de salsa de la UV y un ambiente guapachoso que terminó hasta la madrugada.

El “hay que ser para parecer” o “el cuidado de las formas es el fondo”, son frases que pasaron a la historia, se las llevó la corriente de la 4T.

A los nostálgicos nos queda el recuerdo de las cosas bien hechas, del respeto a las instituciones, de la elevada conciencia de lo que significa el servicio público, de lo que fue el buen gobierno, porque así como padecimos malos, también vivimos otros buenos, hubo de todo hasta que llegó Duarte, le siguió Yunes Linares y ahora la cuarta transformación.

Corren a más de 5 mil trabajadores

El pasado 30 de abril, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público emitió un oficio mediante el cual se instruye a todas las dependencias del gobierno federal para que “toda aquella persona contratada a partir del primero de diciembre de 2018 en alguna plaza permanente, eventual o de honorarios en cualquier delegación u oficina de representación de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal deberá ser separada de su encargo”.

Según el documento firmado por la Oficial Mayor de la SHCP, Raquel Buenrostro, “por instrucciones del Presidente de la República”, se debe dar cumplimiento a las restricciones establecidas en materia de contrataciones de personal establecidas en el oficio 100-032 del pasado 28 de enero, en el que se estableció la prohibición de contratar plazas eventuales y de honorarios adscritas a las delegaciones y oficinas de representación.

La SHCP detalla las diversas notificaciones oficiales mediante los cuales, a partir del Decreto, se reformaron, adicionaron y se derogaron diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal mediante lo cual se avanzaría a una reestructuración integral. Refiere que el 7 de diciembre de 2018 se emitieron “Criterios específicos por los que se establecen medidas de coordinación de las Unidades de Administración y Finanzas y de Control Presupuestario de servicios personales de la Administración Pública Federal”.

En el oficio firmado el pasado 29 de abril, se refiere que las disposiciones contempladas en sucesivas comunicaciones prohibían la contratación de plazas en cada dependencia, motivo por el cual se ordenó la separación de todo el personal que se haya contratado.

Las consecuencias de esta decisión la pagan más de cinco mil trabajadores que ya han sido notificados sobre la pérdida de sus empleos.

Reflexión

Con respecto a las denuncias que sobre nepotismo se han hecho en los medios de comunicación, que se sepa ninguna ha sido tomada en cuenta; los familiares de los titulares gozan de cabal salud económica gracias a AMLO.

Escríbanos  a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas