Distintas voces han expresado que el problema de la basura en Xalapa es un asunto de grandes dimensiones que exige respuestas radicales. Viene a colación una Tesis que en 2008 el joven egresado de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), Francisco Rafael García Vázquez, presentó para titularse con los resultados de la investigación denominada: “Análisis de la generación de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Xalapa, Veracruz”.
En ella destaca la ausencia de una cultura ambiental, afirmando que Xalapa desperdicia diariamente más de 300 toneladas de desechos orgánicos y reciclables: “De las 435 toneladas que se recolectan diariamente en las nueve rutas de los camiones, 80 por ciento son residuos alimenticios y de jardinería (orgánicos), así como materiales reciclables como cartón, vidrio, aluminio, papel y envases plásticos, entre otros”. Y agrega: “Del total, sólo 10 por ciento es separado y vendido en centros de acopio con fines de reciclaje, pero no a partir de una política institucional sino por pepenadores o trabajadores de la limpia pública como una contribución ambiental inconsciente, pues lo hacen sólo para tener ingresos extra, lo que es muy redituable sólo para unos pocos”, sostiene el estudio.
Advirtió en sus conclusiones que el desperdicio y desorden habría acortado ocho años la vida útil del relleno sanitario de Chiltoyac, sitio de disposición final que ya estaría saturado para 2010 y no en 2018, como estaba previsto.
En su investigación, Rafael García dice que en los recorridos de las rutas recolectoras se observaron como principales problemáticas: la falta de educación y cultura de separación de desechos por parte de la ciudadanía, los camiones en mal estado, la geografía de la ciudad, la pepena organizada por parte de los mismos trabajadores de Limpia Pública, obteniendo importantes dividendos de la basura que buscan recoger.
El tema viene a la memoria tras los recientes actos de protesta que los trabajadores de Limpia Pública de Xalapa han realizado para reclamar “sus derechos”. Hace unos días, el alcalde Américo Zúñiga los atendió y acordaron algunos compromisos respecto a la agenda pública de demandas presentadas por el sindicato “Solidaridad Urbana” de Trabajadores Municipales al Servicio del H. Ayuntamiento de Xalapa y por su secretario general Octavio Vásquez Ramírez, personaje que en realidad intenta meter presión con una “doble cara” para defender sus intereses personales.
Así, mientras por un lado habla bien de la autoridad municipal, por otro comienza a promover “boicots” contra la limpieza de la ciudad. Dos ejemplos claros de esta situación es la basura que se acumula, a propósito, en un segundo nivel del Parque Juárez, muy cerca de la cochera del palacio estatal, por donde ingresa diariamente el gobernador Javier Duarte. El otro caso sucede con el incumplimiento en la recolección de desechos sólidos en la colonia Fovissste, donde se implementó el programa piloto de recolección nocturna de la basura y ahora los vecinos se quejan de que el camión recolector simplemente ha dejado de pasar.
El Sindicato “Solidaridad Urbana”, Registro No. 5-02/2001, dice tener en sus filas 592 trabajadores de Limpia Pública y del área municipal de parques y jardines; cifra que es incierta porque en otras entrevistas el líder Octavio Vázquez Ramírez ha dicho contar con 350 agremiados de un total de 450 trabajadores de limpia que pertenecen a otras centrales obreras. Seguramente las cuentas de sus trabajadores no le salen al dirigente porque tiene un promedio de entre 80 y 100 personas que trabajan en la recolección de la basura y que no reciben ningún sueldo por parte del ayuntamiento. Ganan de lo que obtienen de los desechos sólidos que recogen y que al final es el motivo de un interés mayor, de un negocio privado que, incluso, se realiza con recursos públicos.
Véase de este modo: el sindicato controla prácticamente la totalidad del reciclaje de basura en Xalapa. Si nos remitimos a las cifras iniciales de que 435 toneladas se recolectan diariamente en la ciudad y que el 80 por ciento es materia orgánica reciclable y otros materiales comercializables, tenemos aproximadamente 300 toneladas de basura muy capitalizable.
La pasada administración municipal, junto con la empresa recicladora “ALEN“, convocó a la ciudadanía a participar en el programa “Xalapa, te quiero limpia“. El líder Octavio Vázquez se quejaba entonces que el precio que pagaban por el PET era muy bajo ($2.50 el kilo) y que como sindicato no podían aceptar que una empresa les diera vales “porque eso no alimenta a las familias”.
La cuenta es sencilla: si de las 300 toneladas de desechos reciclables, tan sólo el 10 por ciento (30 toneladas) fuera de envases PET, con el precio por kilo mencionado, se lograría un ingreso de 75 mil pesos diarios, lo que es igual a 2 millones 250 mil pesos mensuales, sin contar el dinero obtenido por la venta de otros materiales reciclables de mayor precio en el mercado.
Otro negocio sindical está también en el manejo de los camiones de basura, donde se habla de los “moches” que deben dar los conductores para ocupar los camiones de recolección en “mejor estado” o para cubrir las rutas “más rentables”. Se habla también del mercado negro para vender llantas, insumos y refacciones de los camiones de basura, así como de los uniformes y equipamiento (guantes, botas) que el ayuntamiento da a los trabajadores para el desempeño de su trabajo diario. Las versiones incluyen también el “regenteo” de los carretones jalados con caballos, que también son administrados desde el sindicato de Limpia Pública.
Hace unos días, el diputado federal Uriel Flores Aguayo, del PRD, al referirse al problema de la basura en Xalapa fue contundente y dijo que “si es necesario, la liquidación de trabajadores de Limpia Pública debe hacerse”. Estas versiones ponen nervioso al líder sindical Octavio Vázquez Ramírez, quien ha manifestado que todos los trabajadores de Limpia Pública municipal van a defender su fuente de trabajo, ante los antecedentes supuestos de que el actual director de esta área, Horacio Castañeda Reyes, trabajó en Pachuca, Hidalgo, con el mismo cargo, donde se privatizó y concesionó la recolección de la basura, y donde además fueron despedidos 330 trabajadores, por lo que, advirtió, “no vamos a permitir que esto pase aquí en el municipio de Xalapa”.
Es indudable que en el tema de la basura los xalapeños esperan resultados satisfactorios. Es tiempo de considerar medidas extremas pero efectivas, romper con los sucios intereses personales o de grupo que predominan y que hoy están poniendo a prueba la voluntad de un presidente municipal como Américo Zúñiga que está dispuesto a dar resultados a la ciudadanía xalapeña que confió y votó por él.