Como bien reza el dicho, “el que traiciona una vez, traiciona siempre”.

Y Domingo Bahena Corbalá ha sobrevivido a base de ir por la vida y de cargo en cargo traicionando y vendiendo a los que le han tendido la mano. Vaya, ni los perros muerden la mano de quien les da de comer, pero éste sí.

Según nos dicen, el ex alcalde panista de Jáltipan salió bravo para el negocio; tanto, que le ha dado para tener una vida de millonario, con mansión en el Fraccionamiento Residencial Las Cumbres de Las Ánimas, aquí en Xalapa.

Antes traicionó a varios personajes cuando tuvo la oportunidad de gobernar su pueblo natal, famoso por sus yacimientos de azufre.

Posteriormente le lloró a su paisano Enrique Cambranis, el hombre fuerte del panismo veracruzano, para que lo impulsara a la dirigencia estatal del partido blanquiazul y así lograr una diputación local, emprendiendo su meteórica carrera de millonario vendiéndose al mejor postor, traicionando al PAN, a Cambranis y más tarde a su jefe político en turno, Miguel Ángel Yunes Linares, cuando ya fenecía la administración bianual del ex gobernador.

Al fracasar el proyecto nepotista de Yunes Linares de heredarle la gubernatura a su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez en 2018, Bahena saltó entonces a los brazos de Juan Javier Gómez Cazarín, que en ese tiempo era un inexperto en las lides políticas. A finales de ese año, por cierto, Domingo termina traicionando a Clemente Nagasaki Condado, de Acayucan, al negociar el voto del PRD para ser nombrado Secretario General del Congreso, acuerdo que se pactó en los primeros días de noviembre de 2018 en el café “Starbucks” de la Plaza Urban Center, de la avenida Lázaro Cárdenas, en el que estuvieron sentados Clemente Nagasaki, una diputada del PRD, Gómez Cazarín y… Bahena.

Sin embargo, luego de su nombramiento aprobado por el pleno de la LXV Legislatura, Bahena no cumplió la negociación con Nagasaki Condado y, en cambio, le endulzó el oído a Gómez Cazarín, abriéndole los ojos sobre el manejo del dinero y tooodos los negocios que podían hacer, erigiéndose en el principal mercader de autorizaciones a los ayuntamientos junto con Everardo Domínguez Landa, “mochada” de por medio, desde luego.

Al término del segundo período legislativo de la abejita de Hueyapan de Ocampo, y al temer que podría quedarse en la orfandad política, fue a arrastrarse ante el diputado Esteban Bautista, su cuasi paisano, para que lo dejara un tiempo más, “mientras agarran el hilo al Congreso”, según le argumentó. El profesor, oriundo de Tatahuicapan, generosamente se lo concedió pese a que muchos le advirtieron que no sólo era “oreja” del delegado estatal de la Secretaría de Bienestar, sino también sobre sus abusos, como el caso de su sobrino Sebastián Guillermo Bahena Balderas, a quien inicialmente metió en la nómina de la Legislatura para que otros cobraran.

Este familiar de Bahena, quien estuvo en la Secretaría de Gobierno con Eric Cisneros como jefe de Recursos Humanos, aún percibe un jugoso sueldo en la oficina de su tío.

No cabe duda que este mercader de Jáltipan ha dejado una estela de corrupción y traiciones, pero tal parece que el diputado Bautista aún no se percata del alacrán que tiene encima. ¿Acaso ignora los expedientes judiciales que Bahena tiene abiertos en los Juzgados de Xalapa y del sur del estado?

El caso más infame fue el de una bodega propiedad de una anciana xalapeña, octogenaria, a la que durante todo el sexenio pasado se negó a pagarle la renta.

De acuerdo con el expediente número 681/2018, a Bahena le reclamaron hace siete años el pago de más de 808 mil pesos por 38 meses de renta –más otros 18 mil pesos por pago de servicios de agua y luz– que adeudaba a la propietaria de una bodega ubicada en la colonia Rafael Lucio, muy cerca de la sede del Poder Legislativo, la cual ocupaba desde el 1 de diciembre de 2017, luego de que se la traspasó Asael Alor Hernández, uno de sus presuntos socios que aparecía como representante de la empresa Gottigen Latinoamérica, S.R.L. de C.V., con domicilio fiscal en Coatzacoalcos. Alor la había arrendado originalmente el 1 de marzo de 2015.

A base de artimañas y triquiñuelas, evadía a los actuarios del Poder Judicial del Estado que intentaban notificarle tanto en su despacho del Palacio Legislativo en la avenida Encanto como en su domicilio particular ubicado en el exclusivo fraccionamiento residencial Las Cumbres, de Las Ánimas.

Sin embargo, en octubre de 2021 los actuarios por fin pudieron entregar la notificación dirigida a Bahena a una persona encargada de una bodega contigua a la que arrendaba el funcionario del Poder Legislativo, quien para evadir el requerimiento judicial habría fraguado un burdo acto fraudulento que pudo generarle hasta consecuencias de tipo penal. Y es que con fecha 13 de octubre de ese año, esta persona que supuestamente era vecino de Xaltepec, congregación del municipio de Banderilla, habría presentado un escrito al Juzgado Cuarto de Primera Instancia para exponer que “a mi domicilio unas personas  que desconozco dejaron unos papeles, que iban dirigidos al C. Domingo Bahena Corbalá, en virtud de que no conozco a la persona que mencioné, es que devuelvo estos, ya que me dediqué a preguntar con vecinos a mi domicilio y nadie dijo conocer a la persona, por lo que, acudí ante la autoridad judicial municipal, y esta de manera verbal me dijo que si yo no era la persona y que si no la conocía los devolviera a su lugar de origen, situación que vengo a hacer de su conocimiento para evitarme problemas futuros”.

Pero resultó que los abogados de la arrendadora de Bahena investigaron si de veras esta persona llevó dicho escrito al Juzgado y descubrieron que se había tratado de un burdo montaje, que ilegalmente usurparon su nombre y falsificaron su firma.

Bahena es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, no es abogado, pero ello no lo eximía de observar y respetar la ley. Además, por el relevante cargo que desempeña desde la LXV Legislatura local (2018-2021), debía contar en su equipo de colaboradores al menos con un profesional del Derecho que lo debía asesorar con ética y honestidad.

Obviamente se le cuestionó porque además de haber sido diputado local, era y todavía es Secretario General del Congreso del Estado, donde se aprueban todas las leyes y reformas constitucionales que rigen a la sociedad veracruzana.

Los más sorprendidos fueron sus ex correligionarios del PAN, quienes no lograban digerir sus graves acciones fraudulentas en un juicio civil que tuvo que iniciarle una adulta mayor por no pagarle la renta ni los servicios de luz y agua de una bodega que abusivamente mantenía en su poder en la ciudad de Xalapa.

El ex panista parecía olvidar que ya no militaba en el partido blanquiazul, y que si ahora ocupaba y sigue ocupando el cargo de Secretario General del Congreso del Estado es porque recibió la confianza del grupo legislativo mayoritario de Morena –primero liderado por Gómez Cazarín y ahora por el profesor Esteban Bautista–, partido cuyo código de ética obliga a sus militantes, gobernantes y funcionarios públicos a “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.