En estos días previos a la votación para la elección de los nuevos miembros del poder judicial de la federación, entre los paisanos se escuchan diversas opiniones. La más común es que la gente no entiende, ni muestra voluntad para hacerlo, de qué se trata, es decir, ignora por completo de qué se trata esta elección y cuando intentan explicarles el asunto suena tan enredado que optan por ignorarlo; otros, con una buena dosis de ingenuidad, abogados aspirantes a jueces, magistrados o ministros, se promueven en las redes sociales, se esfuerzan por aparecer en noticieros de radio y televisión haciendo campaña para su causa es decir, se prestan al juego creyendo que en una de esas por sus méritos académicos o por sus antecedentes laborales en el poder judicial los van a tomar en cuenta y los contados que acudan a las urnas buscarán sus nombres para apoyarlos con el voto y, los más despiertos, los que han entendido bien de qué se trata esto, que advierten con razón el engaño ese de que sea el pueblo el que elija a quienes integren un nuevo poder judicial, invitan a la gente a no incurrir en el error de perder su tiempo votando porque saben que esa elección está decidida, que los nuevos funcionarios son abogados relacionados con la delincuencia organizada, otros que los impuso el gobierno de la 4T como parte de su proyecto para cerrar la pinza de una dictadura en México y mejor se van a abstener para cuando menos no prestarse a la trampa. Mientras AMLO siga mandando en este país, todo lo que ordene a Sheinbaum lo hará. La dictadura llegó.
EL VOTO DE LOS INGENUOS

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