Este juramento no es exclusivo de los cardenales. Lo realizan todas las personas involucradas en el Conclave, tanto religiosas como laicas, siempre que hayan sido aprobadas por el cardenal camarlengo y los tres cardenales asistentes.

ROMA.- Tanto los eclesiásticos como los laicos destinados al Cónclave, aprobados por el Cardenal Camarlengo y los tres Cardenales Asistentes, según la Constitución Apostólica “Universi Dominici Gregis” n. 48, suscribieron, este lunes 5 de mayo de 2025, el juramento previsto en la Capilla Paulina, Tercera Logia del Palacio Apostólico.

De esta form, se sella el compromiso de confidencialidad total que rodea al Conclave, incluso mucho después de que termine. El juramento fue pronunciado el lunes 5 de mayo de 2025 en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico del Vaticano, en cumplimiento de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por el Papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996.

El secreto es absoluto: nada de grabaciones, ni de audio, ni de video. Cualquier intento de romper esta confidencialidad se castiga con la excomunión automática (latae sententiae), impuesta directamente por la Santa Sede.

¿Quiénes participan? La lista es extensa e incluye desde altos cargos religiosos hasta personal de apoyo:

  • El secretario del Colegio Cardenalicio y el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, monseñor Diego Ravelli.
  • Siete ceremonieros pontificios.
  • Un eclesiástico de confianza del cardenal que preside el Conclave.
  • Dos religiosos agustinos encargados de la Sacristía Pontificia.
  • Confesores en distintos idiomas.
  • Médicos, enfermeros y ascensoristas del Palacio Apostólico.
  • Personal de limpieza y cocina.
  • Empleados de la Florería y técnicos de servicios.
  • Conductores que trasladan a los cardenales desde la Casa Santa Marta.
  • Dos oficiales de la Guardia Suiza Pontificia, responsables de la seguridad en la Capilla Sixtina.
  • El director de Seguridad y Protección Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano, junto con parte de su equipo.

Antes de prestar juramento, todos ellos recibieron una explicación detallada de su significado. Luego, recitaron y firmaron personalmente la fórmula oficial ante el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Romana Iglesia, en presencia de dos protonotarios apostólicos.

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