Apenas unas horas después de encontrar a 10 personas muertas en el oeste de Alaska tras uno de los accidentes aéreos más letales en el estado en 25 años, las autoridades se apresuraban a recuperar sus restos de los pasajeros y los del pequeño avión siniestrado del inestable hielo marino antes los fuertes vientos y la nieve que se esperan en la zona.

“Las condiciones allí son dinámicas, así que tenemos que hacerlo de manera segura y de la forma más rápida posible”, dijo Jim West, jefe del Departamento de Bomberos Voluntarios de Nome.

El avión turbohélice monomotor de Bering Air viajaba de Unalakleet al centro comunitario de Nome cuando desapareció el jueves por la tarde. Fue encontrado al día siguiente después de una extensa búsqueda. Los nueve pasajeros y el piloto estaban muertos.

Mientras la comunidad trataba de procesar el trágico evento, los equipos trabajaron rápidamente sobre el inestable y fangoso hielo marino para recuperar los cadáveres y los restos con menos de un día antes de que llegue el mal tiempo. Las autoridades señalaron que se empleará un helicóptero Black Hawk para mover la aeronave una vez que se retiraren los cuerpos.

Entre los fallecidos estaban Rhone Baumgartner y Kameron Hartvigson, que habían viajado a Unalakleet para reparar un sistema de recuperación de calor crucial para la planta de agua de la comunidad, según el Consorcio de Salud Tribal Nativo de Alaska.

“Estos dos miembros de nuestro equipo perdieron sus vidas sirviendo a otros”, manifestó David Beveridge, vicepresidente de salud ambiental e ingeniería de la organización, en un comunicado. “La pérdida de estas dos increíbles personas y todos los demás a bordo del avión se sentirá en toda Alaska”.

Los nombres de las demás víctimas no se han hecho públicos por el momento.

m.

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