La Corte Suprema de Texas en el sur de Estados Unidos- allanó este viernes el camino para la ejecución de un hombre autista condenado por la muerte de su hija, un hecho que él niega y en donde incluso su principal acusador se retractó.
La defensa de Robert Roberson, de 58 años, había agotado todas las instancias para evitar que le aplicaran la inyección letal el 17 de octubre. Pero lo salvó una comisión del Parlamento de Texas, que lo llamó a última hora como testigo en una investigación.
En aquel momento, la Corte Suprema de Texas respaldó el pedido de la comisión, que indaga el uso deteorías científicas desactualizadas en la aplicación de condenas de muerte.
Pero las autoridades del estado de Texas no le permitieron comparecer y el Fiscal General del estado, el conservador Ken Paxton, apeló porque consideró que el único que puede postergar una ejecución es el gobernador del estado, Greg Abbott, algo que no ocurrió.
El hecho generó una lucha de poderes, zanjada este viernes por el juez del supremo estatal Evan Young. La autoridad de la comisión del Parlamento de Texas «para llamar a testificar no incluye el poder de anular el proceso legal programado que conduce a una ejecución», dijo el magistrado en su resolución.
Priorizar una citación legislativa ante una ejecución programada, podría convertirse en una herramienta para evitar la aplicación de una condena, consideró Young.
Las autoridades deberán fijar ahora una nueva fecha de ejecución. Según la ley, entre el anuncio de la fecha y el día mismo de la ejecución deben transcurrir 91 días.
Roberson aún puede testificar ante el Parlamento sin generar interferencias, dijo el juez.
Fue condenado en 2003 por el fallecimiento de su hija Nikki, de dos años, diagnosticada con el «síndrome del niño sacudido».
Él mismo la llevó grave al hospital y niega haber agredido a la menor, de salud quebrantada, mientras que su defensa recuerda que el diagnóstico usado para culparlo por causarle lesiones mortales es actualmente «junk science» (ciencia basura, en español).
Pero el fiscal Paxton insiste en que Roberson golpeó a su hija hasta causarle la muerte.
La condena asegura que Nikki tenía un hematoma interno en la cabeza, hinchazón cerebral y lesiones en la retina compatibles con el «síndrome del niño sacudido». Especialistas han explicado que esa combinación de síntomas para el diagnóstico está desacreditada por la ciencia moderna.
Según ha detallado la abogada de Roberson, Gretchen Sween, la causa de la muerte de Nikki fue una neumonía, agravada por la prescripción de medicamentos inadecuados por parte de los médicos, y las lesiones aparecidas pudieron ocurrir cuando trataron de reanimarla en el hospital.
El espectro autista de Roberson, que no fue diagnosticado hasta 2018, también contribuyó a su arresto y condena, dijo. Cuando ocurrieron los hechos, acusadores y médicos destacaron su falta de emociones.
En una declaración este viernes, Sween dijo esperar que este retraso en la ejecución «dé tiempo a quienes tienen el poder de resolver un grave error» porque «Robert es inocente».
Recordó que el detective principal en el caso, Brian Wharton, «ahora está convencido de que Robert fue juzgado apresurada e incorrectamente como culpable cuando era un padre autista incapaz de explicar la compleja condición médica de su hija».
En Estados Unidos se han producido 21 ejecuciones este año.
M°1
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