Este viernes se reunió el gobernador Cuitláhuac García con la gobernadora electa Rocío Nahle y lo primero que se preguntó la clase política fue ¿como para qué? A lo que Cuitláhuac respondió: “Definimos algunas fechas importantes del proceso de entrega-recepción. Coincidimos en que es una de las transiciones más productivas de los últimos cambios de sexenio porque priorizamos la continuidad de la Cuarta Transformación en beneficio de la gente”.

¿Una de las transiciones más productivas de los últimos cambios de sexenio? ¿Y eso qué rayos quiere decir? Quién sabe; y con lo claridoso que es el señor creo que no lo vamos a saber nunca.

A pesar de que los medios dijeron que la reunión fue “para definir fechas clave en el proceso de entrega-recepción” (como si éstas no estuvieran  más que definidas), esa mentirota no se la tragó nadie. Y como la falacia fue tan burda, de inmediato se soltaron las especulaciones en las que el gobernador salió muy mal parado.

“Rocío le dijo que en la SEV, la Secretaría de Salud, la SIOP, la Secretaría de Turismo y la Secretaría del Trabajo los números están muy turbios y le pidió que se los aclare. También le pidió un informe detallado sobre los más de 5 mil millones de pesos que su gobierno devolvió a la Federación en subejercicios. Es decir, la visita de la gobernadora fue para advertirle a Cuitláhuac que no dejará pasar ninguna irregularidad”, me dijo una fuente cercana al Palacio de Gobierno que agregó que el gobernador salió de la reunión “algo desencajado”.

La versión  es creíble porque Rocío Nahle recibirá un tiradero encima de un lodazal de corrupción y desvío de recursos quizá del tamaño del que dejó Javier Duarte.

Es hasta inocente pensar que se haya reunido con su casi antecesor sólo para “definir fechas” de la entrega-recepción cuando eso lo ven los asesores, secretarios y ayudantes de ambos mandatarios. Por lo que tiene su lógica que haya sido para que la señora le dijera: “arréglame este cochinero antes de que te vayas”.

No veo otra razón, lector.

Mientras más se acerca el cambio de poderes, más se refuerza la especie de que si bien Rocío se abocará al plan de trabajo que trae bajo el brazo, no dejará sin castigo a los responsables del desfalco a Veracruz, sin importar que algunos se escuden en el fuero legislativo para librarse del calvario penal que se les vendrá encima.

“Quien piense que gracias al fuero ya se salvó, le decimos que no habrá fuero que valga porque para eso existen los juicios de procedencia”.

Un escándalo que estalló el fin de semana y del que da puntual cuenta en su columna de hoy el periodista Arturo Reyes Isidoro, lo protagonizan dos distinguidos miembros del gabinete de Cuitláhuac.

Según Arturo, tanto el secretario de Turismo, Iván Martínez Olvera, como la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Dorheny García Cayetano, “exprimen hasta el último recurso público para promover su imagen personal con el propósito de obtener la candidatura de Morena a la alcaldía de Xalapa”.

¿De cuánto estamos hablando? De millones de pesos que no son suyos sino del erario.

Por ellos (y otros más) deberá ponerle el pecho a las balas Cuitláhuac, porque le guste o no le guste ambos funcionarios son su responsabilidad.

La señora Rocío Nahle que ya gobierna Veracruz fue a Palacio de Gobierno a ordenar. Y a su subalterno Cuitláhuac García no le quedará de otra que acatar.

Así que con el debido respeto, no vengan con la jalada de que esa reunión fue la mar de cordial.

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