Una de las actividades menos reconocidas que llevan a cabo mujeres y niños en las faldas del Cofre de Perote es la recolecta de hongos comestibles del bosque, la cual se ha transmitido de generación en generación y es parte importante de la economía local.
Son mujeres que transmiten a hijos y nietos este conocimiento ancestral y la paciencia para distinguir los hongos comestibles de los que no lo son y caminar a diario diez o doce kilómetros en su búsqueda.
Su venta en temporada de lluvias reactiva la economía de las familias de la localidad, ya sea frescos, secos, o en guisos exquisitos como el caldo de hongos, en tamales, con huevo o chiles rellenos.
Este miércoles en Xalapa se llevó a cabo el Festival de hongos del bosque, en las instalaciones del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), organizado por la bióloga y estudiante del Doctorado en Micología del Centro de Investigación en Micología Aplicada (CIMA-UV), Ariadna Landa Adame.
En entrevista con AVC, la especialista reconoce que hay una desconexión de los saberes de la comunidad, con la ciudad de Xalapa, pues si bien se ven en el mercado muchos hongos en temporada de lluvia, son de personas que los compraron a estas mujeres llamadas «hongueras» y bajan a la ciudad a su reventa.
Sin embargo son ellas quienes van al bosque a la recolecta, caminan horas y kilómetros para juntarlos y la idea es que se les reconozca su trabajo y también el valor de esta actividad pues el comprador no paga siempre un precio justo.
«Este evento es una forma de valorar, de hacer este puente y vínculo entre la UV y las comunidades trayéndolas a que muestren su gastronomía y la diversidad de hongos que recolectan».
Explica que la actividad no está limitada a las mujeres pues son ellas quienes transmiten el conocimiento a los niños, «los llevan desde chiquitos y los comienzan a entrenar para que diferencien los comestibles de los que no lo son, empieza como un juego, estimulan a los niños regalándoles honguitos en sus cubetitas y los estimulan a aprender».
Explica que el hongo tiene un peso importante en la economía, a grado tal que estos meses las mujeres dejan otras actividades para dedicarse a la recolecta y comercialización.
«Muchas personas tienen el mito de que son tóxicos y hacen daño pero ellas tienen 40 años dedicándose a la recolecta, no es algo nuevo, lo han hecho de generación en generación y tienen saberes que van pasando a las nuevas generaciones y la idea es que se valore».
Por último menciona que son aproximadamente 22 especies de hongos comestibles las que existen en el Cofre de Perote, sin embargo solo son doce las aprovechables con fines comestibles.
AVC
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