Prefacio.

La maestra Delia González Cobos, titular del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), es especialmente cuidadosa de que el resultado de las revisiones a las cuentas públicas no sea utilizado con fines políticos. Sin embargo, lo que ella aporta es “oro molido”. *** En cumplimiento a los plazos que marca la ley, este lunes la auditora general del Orfis entregó en el Congreso local el Informe de la revisión a la Cuenta Pública 2023. En esos documentos se muestra que se detectó un presunto daño patrimonial por casi mil 700 millones de pesos. *** De ese momento, los ayuntamientos llevan la carga más pesada (cerca de mil 400 millones de pesos) y el resto corresponde a entes fiscalizables del gobierno estatal. *** Las auditorías revelaron, además que, contrario a lo que han repetido hasta el cansancio el gobernador Cuitláhuac García y su secretario de Finanzas, José Luis Lima, la deuda pública de Veracruz registró un crecimiento de 6.6 por ciento y se acercó a los 50 mil millones de pesos. *** Ahora tiene más sentido aquella declaración del titular de Sefiplan, de que el gobierno de Rocío Nahle también tendrá que renegociar la deuda. *** Claro que él espera seguir ahí para cuando eso suceda y llevarse su respectivo “moche”. *** Lo bueno es que estos no son iguales.

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No es que de pronto a la senadora Claudia Tello le haya surgido un fervor cívico y un especial repudio a quienes traicionan en la política (lo que parece ser un requisito).
Claudia Tello es, sin lugar a dudas, uno de los personajes más cercanos a la gobernadora electa Rocío Nahle, quien se ha cansado de enviar mensajes a “los morenos del centro” para hacer patente que no coincide con la decisión, tomada en la capital del país, de negociar con la familia Yunes (los de El Estero).
El pasado domingo Claudia Tello pronunció su más severo discurso desde la tribuna de la Cámara Alta. Quizá sea el último con esa dureza, pues está por pedir licencia para integrarse al equipo de su amiga en Veracruz, en la Secretaría de Educación.
“No puedo aceptar fácilmente que aquellos que escupieron al pueblo, que lo lastimaron, que lo robaron, hoy cambiándose como de ropa a otro color digan: ya soy de Morena y de la Transformación”, leyó Claudia Tello desde la tribuna.
Pero no se quedó ahí.
“No es lo más conveniente que ahora esté en un pedestal, como si fuera una persona con ética (…) Hoy entiendo que la patria es primero, pero debo seguir aprendiendo del presidente, porque no puedo aceptar fácilmente que aquellos que escupieron al pueblo de México hoy se digan parte del movimiento, porque se cambiaron de camiseta”.
No hay que ser brujo para adivinar que esos dardos iban dirigidos al senador -aún panista- Miguel Ángel Yunes Márquez, quien ya trabaja abiertamente con el bloque de Morena y sus aliados, y que ha recibido, como premio a sus traiciones, dos posiciones relevantes en el Senado: las secretarías de las comisiones de Justicia y de Energía (¡Energía!, desde donde podrá lanzar cañonazos a la exsecretaria de ese sector y próxima gobernadora de Veracruz).
Rocío Nahle tuvo siempre bien claro que lo que ella calificó como “guerra sucia” durante la campaña electoral, fue dirigida por el Clan de los Yunes (los de El Estero) y su tajante rechazo para que sean admitidos en Morena o alguno de los partidos aliados, muestra que no ha terminado de digerir el golpeteo que recibió en meses recientes.
Los dardos lanzados -en atención a un encargo- por Claudia Tello, destapan, además, un severo conflicto que yace en el interior de Morena: las confrontaciones entre el grupo que se asume como “el equipo de Claudia” y aquellos que se identifican más con el actual líder en el Senado, el tabasqueño Adán Augusto López.
Porque fue, precisamente, él quien operó la búsqueda del “voto 86” para conseguir que fuera aprobada en la Cámara Alta la reforma al Poder Judicial, y fue él quien hizo compromisos (por supuesto que autorizados por su paisano, el entonces presidente López Obrador) con los Yunes, padre e hijo.
Fue Adán Augusto el que les prometió que mantendrían su injerencia en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, como lo anticipó el analista político Ricardo Raphael, de Milenio: “Hay un acuerdo más que tiene muy enojada a la gobernadora electa Rocío Nahle: en la misma reunión, Adán Augusto se comprometió a respetar el dominio político de la familia Yunes sobre los municipios de Veracruz y Boca del Río, donde el PVEM serviría como vehículo para promover las futuras candidaturas políticas propuestas por el clan”.
Quizá lo que haya cambiado de ese trascendido es que, en lugar de utilizar como vehículo al Partido Verde, tomen la ruta del Partido del Trabajo, pero los acuerdos se están cumpliendo y eso, por supuesto, no tiene muy feliz a quién gobernará Veracruz.

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Epílogo.

La televisora del gobierno estatal dejó de ser en enlace, el vaso comunicador entre la sociedad y sus gobernantes. Radio y Televisión de Veracruz (RTV) se convirtió en un instrumento de propaganda política y ni siquiera por eso consiguió que le dieran el mantenimiento adecuado. *** Este lunes, luego de rendir honores a los héroes de la Independencia, el director de RTV, Víctor Hugo Cisneros, admitió que el deterioro de las instalaciones es producto de la falta de inversión. *** “Nunca he negado que hay carencias. Sí las hay, es una institución muy grande, muy longeva (sic), tiene 44 años. No ha recibido la inversión que se requiere, pero creo, en lo personal, que hicimos inversión; implementamos nuestra capacidad para ampliar nuestra señal con una inversión de 34 millones en La Perla”, respondió. *** En otras palabras, no se le dio mantenimiento, pero se consiguió ampliar la señal. ¿Cuál señal, si lo que generan no cubre los estándares de calidad? *** Dice que nunca ha negado las carencias, pero tampoco las señaló. Nunca -hasta ahora que murió un trabajador- habló de la necesidad de un mejor presupuesto. No podía, pues eso sería como firmar su carta de renuncia. *** Víctor Hugo Cisneros nunca tuvo el nivel profesional, ni la capacidad, ni el carácter para dirigir una institución que tanto lustre le dio a Veracruz. *** Ya se va.