En Cancún, la Riviera Maya y Tulum van del desconcierto al temor por lo que registran como baja en el número de turistas.
Y si en la principal zona turística del país están así ¿cómo estaremos en Veracruz en donde los años pasan y seguimos desorganizados en ese sector y mostrando la peor cara?
De acuerdo a declaraciones de funcionarios que ha reportado la prensa de Quintana Roo, este verano no hubo récord en el número de turistas, pues los números fueron considerablemente a la baja.
Hubo días en qué registraron una ocupación hotelera del 54%, es decir que casi la mitad de las habitaciones disponibles estuvieron vacías en lo que siempre había sido una buena temporada.
Esto es un golpe fuerte para la economía de esa región, pues estamos hablando de alrededor de 133 mil habitaciones en total y si unas 60 mil permanecen vacías, pues mucha gente es afectada, no solo los hoteleros y sus empleados.
Funcionarios y prestadores de servicios atribuyen este bajón a varios factores. Uno sería la construcción de más hoteles, que han saturado la zona.
Otro tendría que ver con un cansancio de los viajeros, especialmente estadounidenses, para viajar a ese paraíso, tras hacerlo durante muchos años.
Además, está el factor de la inseguridad, pues en los últimos tiempos han ocurrido balaceras y asesinatos en playas y calles tradicionalmente atiborradas de turistas.
También debe tomarse en cuenta el sargazo que invadió la costa y ha sido un problema para disfrutar el mar y las playas.
Las imágenes difundidas de taxistas golpeando a choferes de autos de las aplicaciones y bajando a turistas de los vehículos también ha dañado.
Y las carreteras ya no son las impecables de hace años, cuando era raro ver un pequeño bache.
Así que si volvemos a la pregunta: ¿cómo estaremos en Veracruz, más allá de las cifras alegres que siempre han dado las autoridades de Turismo, las actuales y las del pasado?
Acá ni siquiera hay paquetes turísticos o son incipientes.
Así las cosas, cada quien se rasca como puede sin importar que puntos atractivos estén a unos cuantos kilómetros y, juntos, coordinados, puedan ofrecer variadas zonas de interés.
Ciudades y pueblos con historia o cercanos a bellezas naturales están sucios, con ambulantaje sin el mínimo de orden y baches por todas sus calles.
Los taxistas cobran lo que quieren, especialmente a turistas, al no haber tarifas actualizadas.
Y las carreteras están cada vez peor, con malos señalamientos y convertidas, varias, en amenazas para los automovilistas.
Bajo esas condiciones, nuestra rica gastronomía y las montañas, selvas, playas, ríos, lagunas, cascadas, historia y la hospitalidad y calidez jarocha de poco sirven y seguiremos desaprovechando el enorme potencial que poseemos.
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