Nunca en la historia de este país un presidente (en este caso presidenta), llegó tan acotado y tan atado de manos a su toma de posesión como lo hará Claudia Sheinbaum. Más de la mitad de su gabinete es imposición de López Obrador, el Congreso Federal es obradorista, lo mismo que los 24 gobernadores de Morena con sus respectivos congresos locales y los cientos de alcaldes morenos que hay en el territorio nacional.
El partido en el poder que por tradición debería rendirse ante su nueva monarca (como en su tiempo lo hicieron el PRI y el PAN), le hizo el pasado domingo un grosero vacío donde iba implícito el mensaje: “No nos haces falta, no te necesitamos, no nos interesas”. Y donde la estrella del espectáculo fue Andrés López Beltrán, hijo de López Obrador, entronizado por su papá como nuevo Secretario de Organización de Morena y desde ahora, candidato a la presidencia en 2030.
“Claudia llega con todo para convertirse en títere de Andrés Manuel”, es el comentario general y hay mucho de verdad en esto. Pero…
La señora no llegará tan sola.
Los únicos nombramientos que pudo hacer con cierta libertad fueron los de la Defensa Nacional y Marina, donde nombró al general Ricardo Trevilla Trejo y al almirante Raymundo Pedro Morales.
Contra su costumbre de darlos a conocer los días jueves como lo hizo con los otros integrantes de su gabinete, en esta ocasión Claudia soltó los nombres la tarde del viernes 6 de septiembre, mediante un boletín que subió a las redes y mientras acompañaba al presidente López Obrador en un recorrido por el Tren Maya.
¿Le ganó el brinco al presidente? Si. Y si Andrés Manuel no pegó de gritos fue porque Trevilla es un militar cercano al actual secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval y piensa que le será igual de leal. Pero se equivoca.
Todo elemento del Ejército mexicano es leal al presidente en turno y a la institución presidencial. Y a partir del martes López Obrador no será presidente y por obvias razones no representará nada. Luego entonces…
Si el tabasqueño dejará a su sucesora el gabinete, los congresos, gubernaturas y alcaldías plagadas de obradoristas, además de sus “Guardias Rojos” encabezados por el monero de La Jornada, Rafael Barajas “El Fisgón”; el coordinador de Comunicación, Jesús Ramírez Cuellar; el senador Adán Augusto López y su hijo Andy López Beltrán, Claudia tiene para oponerles a Juan Ramón de la Fuente, Ricardo Trevilla, Raymundo Pedro Morales, Omar García Harfuch y ojo, al fiscal general Alejandro Gertz Manero, que trabaja exclusivamente para el presidente, sin importar quién sea el presidente.
Si tantito me apuras lector, no tarda en incorporarse a ese selecto grupo Marcelo Ebrard que tibio, blandengue y toda la cosa, fue la mejor carta que tuvo López Obrador en su gabinete, es un político pragmático que sabe más de política que Claudia y puede serle de mucha utilidad en caso de que haya broncas que la puedan rebasar.
Claudia tiene dos opciones. Si se la piensa llevar de a muertito pasará a la historia no sólo como la primera presidenta de este país, sino como la sirvienta de su antecesor. Pero si opta por gobernar sin molestos moscardones, aguas.
¿Que no será fácil? Nadie ha dicho que gobernar una nación tan compleja y con tantos problemas sea como coser y cantar. Claudia recibirá un México dividido, polarizado e inseguro; con casi 200 mil asesinatos violentos y 50 mil desaparecidos; con las arcas secas, con una deuda descomunal, casi sin obra pública y con desabasto de medicamentos entre otras calamidades. Y si a esto se le agrega que López Obrador se va pero no se irá. Futa…
Por otro lado, si Andrés Manuel ha sido un presidente con todo el poder tiene su lado débil: sus posibles nexos con el narco de los que el gobierno de Estados Unidos sabe y sabe mucho.
Si por esas vueltas que da la vida el próximo presidente o presidenta de aquella nación le pide a Claudia la cabeza de López Obrador y ésta acepta, el cisma en el partido oficial será de muerte porque el tabasqueño es el único pilar que sostiene a Morena.
Y sin ese pilar, los hombres y mujeres morenistas que le deben todo a Andrés Manuel, correrán a los pies de la señora Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a rendirle sumisa lealtad y a jurarle obediencia y pleitesía.
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