El 19 de septiembre, el Instituto Nacional Electoral (INE) declaró oficialmente la pérdida de registro del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Con esta medida, esta fuerza política también pierde sus derechos y prerrogativas.
En las elecciones del 2 de junio, el Sol Azteca no alcanzó el 2% de los votos necesarios para mantener su estatus como partido político nacional. Asimismo, dejará de existir a nivel local en 19 entidades del país: Baja California, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.

El INE informó que como consecuencia de estos resultados, el PRD perdió “todos los derechos y prerrogativas que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos… con excepción de las prerrogativas públicas correspondientes al resto del ejercicio fiscal 2024, que deberán ser entregadas por el INE a la persona interventora respectiva, de conformidad con lo establecido por el artículo 389 del Reglamento de Fiscalización”.

Antes de la oficialización de esta pérdida de registro, durante la segunda semana de agosto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió todos los recursos de impugnación presentados por la dirigencia perredista. Este hecho marcó la tumba de un partido que no alcanzó a celebrar sus cuatro décadas de existencia.

Básicamente, el PRD buscó anular algunas casillas electorales y realizar un recuento de los votos que no le fue concedido. Aunque denunciaron un contexto de violencia en las elecciones, dicho argumento tampoco fue considerado válido. Presas de evidente desesperación, los perredistas incluso plantearon la necesidad de repetir las elecciones presidenciales, pero esta propuesta no prosperó.

Finalmente, el PRD dejó de existir como partido político nacional en días recientes. Este hecho fue tema de la conferencia del presidente López Obrador, quien apuntó: “no celebro que haya perdido su registro; ojalá que lo que llevó a que lo perdiera sirva de lección a otros partidos, incluso a Morena, para no cometer los mismos errores”.

Cabe recordar que López Obrador fue uno de los fundadores del partido del Sol Azteca en 1989 y fue candidato en dos ocasiones: en 2006 (Coalición por el Bien de Todos, de PRD, PT y Convergencia por la Democracia) y en 2012 (Movimiento Progresista, de PRD, PT y Movimiento Ciudadano). En 2018, el PRD participó en alianza con Acción Nacional y Movimiento Ciudadano en la coalición denominada “Por México al Frente”, pero perdió ante el abanderado de Morena.

Si bien el PRD ganó algunas gubernaturas en sus más de tres décadas de existencia, nunca formó parte de una alianza o coalición que lograra ganar la Presidencia de la República.

Actualmente, esta fuerza política está a punto de concluir su proceso de liquidación. Es predecible que sus pocos militantes migren a otros partidos: algunos a Morena, otros a Movimiento Ciudadano o al PT; al Verde, al PRI o al PAN. Algunos más intentarán reagruparse, pero es un hecho que a la debacle siguió la pérdida del registro, marcando así el fin del ciclo de vida de un movimiento que llegó a ser referente de la izquierda en México.

@luisromero85