Miren, que sean meteoritos y no misiles. Ya con eso.
–Chopenjawer
Andrés Manuel López Obrador es todo un caso para el estudio de ciencias políticas e historia de México.
Es un político fuera de serie, como no se ven en varias décadas, les guste o no.
Y así llegó al poder: tras muchos años de lucha y confrontando a grupos de intereses muy marcados: empresarios, industriales y magnates que controlaban el país con el apoyo de la cúpula de la iglesia católica y el poder político.
¿No me cree lo de la iglesia? Sólo busque cómo el entonces dueño de Bimbo, Lorenzo Servitje, amenazó a la desaparecida televisora CNI-Canal 40 con tumbar la publicidad de varias empresas si daba a conocer las investigaciones de abusos sexuales del sacerdote pederasta Marcial Maciel.
Esos tiempos han cambiado y hubo un “loco”, un necio llamado Andrés Manuel, que finalmente confirmó que sí era un peligro… pero para los intereses de la oligarquía y la plutocracia.
López Obrador finalmente no dejó de “dar lata” incluso estando ya en el poder que tanto le costó ganar en 2018.
Ahora se despide de su sexenio triunfante, abatiendo o sumiendo en crisis a los poderosos adversarios que le quedaban.
Por ejemplo, logró que el PRI se sumiera en una de sus más profundas divisiones internas, con un dirigente nacional desacreditado y enloquecido entre la retórica y la megalomanía.
Otro es el PAN, que acaba también de tener su crisis con la deslealtad de la familia Yunes (otro de los adversarios ya doblados por AMLO) en el Senado. Muestra de lo anterior, el desgarrador llanto del dirigente Marko Cortés por la traición, mostrando un dolor más profundo que el de un borracho en la cantina “Estrella de Oro”.
Y finalmente el PRD, el cual quedó extinguido luego de deambular por años como un muerto viviente muy apestoso.
Tampoco se quedó con la espinita de cobrársela al Poder Judicial: el último reducto de poder del conservadurismo recalcitrante que —bajo el argumento de ser los expertos en leyes— manipula intereses a conveniencia.
Con pena para muchos estudiantes de Derecho, pero era necesario un cambio radical por donde se le viera. Los defensores a ultranza lo ven como una venganza; los más azotados, como una guerra declarada. La agresión a la caravana del presidente este domingo en el puerto de Veracruz es muestra de ello: nunca falta el idiota que se cree héroe y que va a pasar a la historia.
Así de insistente como es el presidente, logró el “Plan C” que muchos pensaron no se iba a concretar: tener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y Senadores para sacar adelante las reformas como la de Poder Judicial, entre otras que próximamente se irán dando a conocer, como la desaparición de los plurinominales.
Logró no sólo desgastar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a su presidenta Norma Piña, sino que también los exhibió por la arrogancia con la que se manejan.
AMLO, de esta manera —a pocos días de salir del cargo— cobró la factura pendiente a los soberbios en el Poder Judicial… Y fue él quien publicó el decreto con su firma para que pase a la posteridad y dando fin a la última batalla de su sexenio.
No sólo logró consolidar al partido que fundó como Movimiento de Regeneración Nacional (una especie de PRD 2.0 “reloaded” y, aparentemente, más consciente), sino que logra colocarlo en un nivel de aceptación popular muy elevado.
El choco-jarocho se va arropado como el tlatoani que se retira, el “tata” que se va a descansar a la finca. Se ve difícil que lo persigan judicialmente o políticamente —con todo y sus “haters”tan loquillos— pues entregará la estafeta a una de sus alumnas más avanzadas, que a su vez será la primera mujer presidenta de la historia: Claudia Sheinbaum.
López Obrador deja las ganas de que ojalá hubiese siquiera un periodo de reelección. La historia nos enseña que es importante un liderazgo de muchos años para conducir un pueblo, aunque a la larga, los que se engolosinan, se terminan convirtiendo en tiranos.
Y eso precisamente hizo AMLO desde que era joven: ser un líder que entiende los tiempos de relevos generacionales.
Precisamente este 22 de septiembre, mientras se despedía de los veracruzanos, en la Ciudad de México se elegía a una muy joven Luisa María Alcalde (hoy secretaria de Gobernación) como la próxima dirigente nacional de Morena.
Por cierto que en su despedida de este domingo, el presidente dijo una frase que deben reflexionar varios en Morena que iniciaron caminando con zapatos Flexi y ahora no salen de Ferragamo o cuestiones inmobiliarias medio raras: “La felicidad no es el dinero, la felicidad no son bienes materiales; la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra consciencia y estar bien con el prójimo, esa es la verdadera felicidad”.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Desde aquí un fuerte abrazo para la familia de Don Jose Luis Sánchez Garcés, a quien conocimos como editor/formador en Notisur de Coatzacoalcos. Este domingo nos enteramos de su fallecimiento y me quedo con el recuerdo de ese señor bonachón con el que uno se sentaba a platicar muchas anécdotas. Descanse en paz.
OTRA NOTA: Que el PT no sólo va a tener a la ex priísta Elizabeth Morales como diputada local gracias a la labor de “convencimiento” que hizo la ex alcaldesa xalapeña con el dueño de ese partido tan raro, llamado Alberto Anaya… Dicen, dicen, que ahí en el Partido del Trabajo andan tan envalentonados y, al parecer, ya enrolados recibiendo “donativos”, que ya también apuntaron como posible candidato a la Presidencia Municipal de Ixhuacán de los Reyes al aspirante a cacique Everardo Soto Matla, alias “El Charrito”… Al paso que van, no tarda en confirmarse que los Yunes van a volverse petistas.
LA ÚLTIMA PORQUE YA QUIERO REGRESAR A BARLOVENTO: El abogado veracruzano Israel Herrera Severiano será el encargado de validar el triunfo de Rocío Nahle como gobernadora del estado de Veracruz. Luego de que la Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la resolución del Tribunal Electoral del Estado que desechó las impugnaciones realizadas por el PRI en los cómputos distritales, este asunto fue atraído por el magistrado Felipe Alfredo Fuentes Barrera, como la última instancia… Es la segunda vez, que la Sala Superior le asigna una responsabilidad de esta índole, la primera, fue de relevancia nacional debido a que Israel Herrera le tocó el análisis final de la elección presidencial, en la que declararon presidenta de la república electa a Claudia Sheinbaum.
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