Ojalá que para el próximo sexenio le vaya bien a nuestro estado porque a Veracruz en este gobierno -como ha sucedido en otros- López Obrador le quedó a deber.
¿Dónde están las nuevas autopistas o el arreglo de las carreteras existentes? Lo que resentimos son vías destrozadas por todo el territorio jarocho.
¿Dónde están las nuevas y grandes industrias? Solo vemos los trabajos para una cervecera que es instalada en una zona (el municipio de Veracruz) con carencia de agua, siendo que esa fábrica demanda un gran consumo de líquido y por eso no la aceptaron en Mexicali, Baja California.
¿Dónde está la mejor seguridad, clave para que haya reinversión, se atraigan más empresas y la gente viva en paz? Lo que padecemos es inseguridad y lo reflejan las encuestas del INEGI, la última señalando que un 79.3% de la población percibe vivir en la inseguridad y que estamos entre las cinco entidades con mayor cifra negra de delitos (los que no son denunciados o por los que no se inician carpetas de investigación).
La expansión de la zona portuaria de Veracruz, iniciada e impulsada en el sexenio de Peña Nieto, fue detenida. La actividad portuaria es el motor económico de una amplia región y su crecimiento y modernización significa mucho para miles de familias.
El otro gran puerto, Coatzacoalcos, está sumido en la inseguridad. Allá, numerosos comerciantes se han ido o cerrado por las extorsiones y los que se han quedado, muchos, están sometidos al pago exigido por los delincuentes.
El apoyo al campo no se nota. Por ejemplo, los cafetaleros no tienen respaldo, pero sí son perseguidos. Una vez más, como en los gobiernos pasados, las transnacionales ganan y los caficultores con pequeñas fincas, que son la mayoría, pierden. Las otras ramas productivas del campo están en condiciones similares.
El Tren Transístmico está a medias. Será un detonador de empleos, comercio e industrias, pero a futuro. Este gobierno federal lo deja con una carretera remodelada…que está destrozada porque en la realidad no le hicieron nada. Alguien engañó al Presidente que en semanas pasadas la inauguró solo de palabra.
Y queda Veracruz con un gran rezago en sus carreteras en el norte, centro y sur. En la capital lo padecemos en la Xalapa-Veracruz, en donde en el municipio de Emiliano Zapata solo bachean y a la semana ya están de nuevo los peligrosos hoyos, como en estos días, porque aquí no aplican ni un peso de los 10 mil millones destinados a rehabilitaciones que la SICT tuvo que transferir al Ejército.
¿De qué sirvió que López Obrador se proclamara veracruzano si no hubo obras de importancia?
Ni siquiera hubo el mismo trato dado a sus verdaderos paisanos, los tabasqueños, al ajustarles las tarifas de la CFE a la baja y acá en Veracruz sus otros “paisanos” siguen asándose en las temporadas de calor pues los altos cobros de la CFE impiden a la gente colocar climas.
La esperanza nunca muere. A ver si con Claudia Sheinbaum, que ya no deberá destinar tanto dinero al Tren Maya, ni al AIFA, ni a la refinería de Dos Bocas, nos va mejor y Veracruz recibe el trato que merece por su aportación a la Federación.
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