El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseveró que el desastre ecológico en el río Sonora, ocasionado hace una década por una filial minera de Grupo México, será un “expediente abierto” y que no habrá carpetazo en el asunto.
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, López Obrador detalló que hay una denuncia penal en proceso tanto en Sonora como en la Fiscalía General de la República (FGR).
“Vamos a darle seguimiento, se está trabajando permanentemente, pero vamos a avanzar más en estos días que nos faltan y es muy importante que quede el expediente abierto”, explicó.
No hay carpetazo para darle continuidad y se llegue a la remediación y también a la reparación de los daños por esos las denuncias que se han presentado”, agregó.
“Hay una denuncia penal, en proceso que se está tramitando tanto en Sonora en la Fiscalía General. Entonces vamos a estar pendientes”, puntualizó.
El mayor desastre minero en la historia de México, el vertido de 40 millones de litros de tóxicos en el río Sonora, cumplió esta semana 10 años con impunidad y nuevas denuncias de pobladores originarios contra la minera responsable, Grupo México, a la que acusan ahora de sobreexplotar el agua.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) denunció a Grupo México por negligencias al construir el depósito de sus desechos, mientras los pueblos de Sonora aseguran que la minera continúa despojándolos de agua en el río Bacoachi.
El peor desastre ambiental de la historia minera de México, según el reporte de la Semarnat, ocurrió el 6 de agosto de 2014, cuando 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado cayeron al río Sonora por “una negligencia en el diseño hidrológico del sistema de presas”, lo que afectó a 22 mil habitantes de ocho municipios.
El vertido ocurrió en la mina de Buenavista del Cobre en Cananea, que dejó atestado de metales pesados los ríos Sonora y Bacanuchi que atraviesan los municipios de Cananea, Ures, Huepac, Banámichi, Aconchi, San Felipe de Jesús, Baviacora y Arizpe.
Los habitantes han denunciado que todavía hay estragos en sus siembras y sus animales, por lo que siguen en riesgo, pues las autoridades reconocen la contaminación con arsénico, aluminio, mercurio, hierro y manganeso en el agua y el medioambiente.
El Gobierno actual exigió en junio a la compañía un “nuevo programa de remediación” al considerar que no ha hecho los esfuerzos necesarios.
López Dóriga
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