Las familias de los 65 mineros que murieron atrapados en la mina Pasta de Conchos en Coahuila hace ya 18 años sufrieron una nueva decepción.
El pasado 12 de junio el Gobierno Federal anunció como un logro histórico el hallazgo de los primeros restos humanos en una de las zonas siniestradas de la mina propiedad de la empresa Grupo México. Además, en sendos comunicados, tanto la Secretaría de Gobernación como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) señalaron que, de acuerdo con unas bitácoras de Grupo México, en la zona donde se hallaron los restos podrían estar los de al menos 13 mineros, tal y como también dijo la secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, quien incluso aseguró que los equipos de rescate ya habían visualizado tres de los cuerpos.
El pasado viernes, en presencia de peritos de la Fiscalía General de la República (FGR), los rescatistas extrajeron al menos 200 restos humanos. Sin embargo, los restos de huesos extraídos corresponden a los de una sola persona, y no a los de las 13 que las autoridades dijeron en sus comunicados que podrían estar en el lugar, según las bitácoras.
Elvira Martínez, viuda del minero fallecido Jorge Muñoz Delgado, explica en entrevista con Animal Político que tras el anuncio del Gobierno del hallazgo de los primeros restos y luego del rescate del primer cuerpo el viernes pasado, las familias montaron ese mismo día una guardia permanente en la mina en espera de más rescates de otros cuerpos, hasta que a la mañana siguiente platicaron con un ingeniero de la CFE.
“Le preguntamos: ‘¿oiga, y cuándo van a sacar a los otros?’. Y su respuesta fue: ‘¿cuáles otros?’. Le dijimos ‘pues los otros mineros’, y nos vuelve a responder: ‘no, pues ya lo sacamos ayer’. Y le decimos: ‘no, ayer sacaron solo a uno, qué pasa con los demás’. Y entonces esta persona nos dijo: ‘pues son los únicos restos que tenemos localizados, y hasta el momento no tenemos más’”.
La señora Elvira hace una pausa al otro lado del hilo telefónico.
“Imagínate nuestra reacción –lanza un suspiro, cansada–. Nosotros entendimos que después de recuperar ese primer cuerpo, inmediatamente se iba a continuar sacando los restos de los demás. Nadie nos explicó, ni nos aclaró, que los restos localizados eran de una persona solo, y por eso las familias reaccionamos con mucho enojo, porque nuevamente nos sentimos engañadas”.
A continuación, la viuda del minero Jorge Muñoz lamenta que el manejo de la información por parte de las autoridades encargadas del rescate, entre las que están la Segob, la CFE, y ahora la Fiscalía General de la República, “ha sido malo y muy limitado”, y eso ha generado “malentendidos que provocan mucho daño a unas familias que llevan 18 años esperando respuestas de sus seres queridos”.
“Leyendo el comunicado de la Segob (que publicó el pasado 12 de junio), todos entendimos que ya se habían encontrado los restos de varios cuerpos. La información fue tendenciosa, porque se puede entender que ya se encontraron 13 cuerpos, pero también que a lo mejor 13 no, pero que sí puede haber varios. Y nadie salió a aclarar nada de esto a las familias. Nos limitan mucho la información”, subraya Martínez.
Denuncian falta de protocolos en manejo de restos humanos
Por su parte, Cristina Auerbach, representante de la organización Familiares de Mineros Pasta de Conchos, explica que el viernes pasado se vivió “un día muy emotivo para las familias” durante el rescate del primer cuerpo que, según les dijo la FGR, corresponde al de un hombre de entre 25 y 29 años, y de 1 metro 65 de estatura, aproximadamente. Se trata del primer rescate en 18 años de tragedia, que se suma a otros dos cuerpos que fueron rescatados tras la explosión de la mina.
“Sin embargo, ese mismo día, llegó una ambulancia y se llevaron los restos sin que nadie informara a las familias, ni les explicara, ni les dijera a dónde se los llevaban. Entonces, las familias dijeron: ‘recuperamos unos restos después de tanto tiempo, y ahora los volvemos a perder’”, cuenta Auerbach, que agrega que poco después se enteraron por periodistas de Coahuila de que los restos humanos encontrados habían sido trasladados para su análisis forense hasta Saltillo, la capital del estado.
Además, la activista explica que el mismo viernes que se rescataron los primeros restos, los integrantes de la Comisión de Búsqueda, que habían estado trabajando durante semanas con las viudas y familiares de los mineros, se marcharon del lugar ante la llegada de los antropólogos forenses de la FGR.
“Pero nadie de la Fiscalía ha hablado con las familias, ni les han explicado cómo van a ser los protocolos en el manejo de restos humanos, nada”, apunta Auerbach, que señala que las autoridades de investigación tampoco han dado información a las viudas y familiares sobre la carpeta que abrió tras el rescate del primer cuerpo.
“Las familias no saben nada de la Fiscalía. No saben qué están investigando, ni contra quién, ni por qué delitos. Y todo porque según dicen tienen que mantener el sigilo porque Grupo México (la dueña de la mina accidentada) ya contrató a un bufete legal muy fuerte”, expone.
Auerbach también critica que, aunque las autoridades establecieron un mando único, “no hay una cabeza de mando”, y por eso las familias tienen que ver unos temas con la CFE, otros con la FGR, y otros con Segob, además de que las citan a cada rato en la mina provocándoles un gran desgaste.
“En los últimos 15 días han tenido reuniones casi a diario en la mina, y las citan de un día para otro como si las familias no tuvieran trabajos que atender, ni hijos. Y ese desorden se debe a que las distintas instancias de gobierno actúan cada una para lograr sus propios objetivos y no en función de las familias”.
La activista de la organización Familias Pasta de Conchos pide que las autoridades establezcan claramente un protocolo de actuación en el manejo de los restos que se vayan encontrando, para evitar, por ejemplo, que estén citando a las familias a cada rato por el hallazgo de otros restos no orgánicos, como botellas.
“Se debería fijar un día para informarles de todo lo que pasó durante los trabajos de rescate en la semana. Eso haría que no se generara tanta ansiedad, porque cada vez que aparece algo y los citan se desata una ansiedad tremenda en las familias. Es muy desgastante para ellas que no haya un protocolo de actuación, ni una línea de mando”, recalca Auerbach.
La viuda Elvira Martínez también pide que la información que brinden las autoridades sobre nuevos posibles hallazgos sea “mucho más cuidadosa y específica” para evitar malentendidos como el que acaban de tener, el cual originó un fuerte enojo entre las familias.
“Hay un daño y un enojo porque no fueron claros, y porque tuvieron la oportunidad de aclararlo y tampoco lo hicieron”, hace hincapié Martínez, que no obstante ve como algo positivo que al menos ya se haya rescatado un cuerpo, el primero en casi dos décadas de siniestro, y que continúen los trabajos de búsqueda y rescate.
“Por eso no nos queda más que aguantarnos, tragarnos el coraje, y seguir esperando”, concluye la viuda del minero Jorge Muñoz.
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