Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams, dos astronautas entrenados por la NASA que estaban probando la nueva nave espacial CST-100 Starliner de Boeing, se han visto obligados a permanecer a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) orbitando la Tierra a unos 400 kilómetros tras experimentar dificultades técnicas con su nave.
La primera misión espacial tripulada de la empresa Boeing debía regresar a Tierra el pasado 14 de junio; sin embargo, se ha retrasado debido a fugas de helio.
El gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, Steve Stich, ha dicho en una rueda de prensa virtual que no hay ningún afán de traer de vuelta a los astronautas mientras continúan trabajando para resolver los problemas técnicos para volver a la Tierra.
Stich, quien no ha mencionado por ahora ninguna fecha de regreso, ha señalado que la Starliner no tiene ningún nuevo problema adicional.
La NASA y Boeing mantuvieron en la última semana silencio sobre el regreso de la cápsula, que habían pospuesto para el pasado martes, lo que desató especulaciones y teorías de la conspiración. Ambos señalaron este viernes que iban a hacer más frecuentes las informaciones sobre Starliner.
Los participantes en la rueda de prensa señalaron que todos deberían entender que todavía están en medio de una misión de prueba.
Por otro lado, dijeron que no han obtenido ninguna comunicación de Rusia sobre el satélite de ese país que se desintegró el miércoles y que obligó a los astronautas de la EEI a refugiarse temporalmente en las tres cápsulas, entre ellas la Starliner.
Al menos 45 días más
Stich ha subrayado que se está revisando el vehículo para asegurarse de que todo esté listo para el regreso de la Starliner a la Tierra. “Hablamos de un límite de 45 días”, en los que se harán una serie de verificaciones de baterías y su rendimiento en órbita.
También ha recordado que la nave Starliner está diseñada para una misión de 210 días, que “los sistemas están funcionando bien” y se están verificando además el software para su correcto funcionamiento y los propulsores.
Con el tiempo extra en órbita en la EEI, los expertos de la NASA y Boeing se centrarán también en observar la forma en que funcionan los calentadores en el sistema de hélice y el rendimiento térmico, entre otras pruebas.
Respecto a las fugas de helio que se detectaron, se ha detallado que el pasado día 15 se verificaron y que las tasas de filtración fueron disminuyendo en todos los colectores que tenían fugas.
elmundo.es
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