Es evidente que Rocío Nahle, Cuitláhuac García y algunos de sus principales colaboradores, no tienen la más peregrina idea de dónde el empresario Arturo Castagné obtiene tanta información. Datos, fechas, facturas, contratos, escrituras y empresas que sólo se podrían conocer en lo más íntimo del gobierno estatal.
O al menos no la tenían hasta hace algunas semanas, antes del cisma en áreas estratégicas del gobierno. Lo más fácil hasta entonces había sido culpar a los Yunes, pero se equivocaron.
La ruptura de la candidata de Zacatecas con algunos grupos hegemónicos del cuitlahuismo dio lugar al surgimiento del cártel de los sapos, un grupo de funcionarios, ex funcionarios y legisladores que, alimentados por la venganza y la necesidad de supervivencia e impunidad, han decidido aliarse con la oposición para impedir su llegada al gobierno.
Sin embargo, la enemistad no es reciente. Las revelaciones de la fortuna del cártel inmobiliario Nahle-Peña, hoy extendidas a dos personajes claves como son Eleazar Guerrero –un eterno priista funcionario de medio pelo hoy convertido en magnate-, y Juan Javier Gómez Cazarín –el oscuro, perverso y autoritario personaje que alguna vez denunció sentir temor por su vida y aspirante a cacique del sur-, son consecuencias de una guerra intestina que Cuitláhuac nunca pudo detener durante su gobierno.
Hoy el cártel de los sapos intenta poner contra la pared a sus dos principales adversarios.
Este fin de semana, justo cuando Claudia Sheinbaum vino a Xalapa a su cierre de campaña intentando dar respiración artificial a una candidata en agonía, surgieron nuevas revelaciones de la descomunal corrupción y los vínculos con el crimen organizado del gobierno morenista.
Arturo Castagné –quien parece haberse ganado a pulso la cartera de Fiscal Anticorrupción en el próximo gobierno-, acusó al diputado local de Morena Juan Javier Gómez Cazarín y al ex subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez, de ser investigados por la DEA “por presuntos manejos de recursos ilícitos provenientes de la delincuencia organizada y de tener cuentas millonarias en dólares en paraísos fiscales”, según la información que ha trascendido a medios nacionales.
En su cuenta de X, Castagné publicó que “Javier Gómez Cazarín, operador político de Rocío Nahle García es investigado por la DEA por manejo de recursos ilícitos provenientes de mordidas y pagos de la delincuencia organizada.
Tiene más de un millón de dólares únicamente en la cuenta que publiqué en Bahamas. La @FGRMexico y la @PLD_UIF están obligadas a investigar, solicitar sanciones y el congelamiento de las cuentas”, y anexó documentos sobre las presuntas cuentas bancarias.
Uno de los documentos muestra una supuesta anotación de la DEA que señala que «Juan Javier Gómez Cazarín a través de una sociedad offshore y una cuenta recibe pagos de organizaciones del crimen transnacional (cárteles) debido a su estrecha conexión y alianza en el gobierno mexicano. El offshore es la empresa CENTRUM TRUSTEES LIMITED, el banco es CBH Bahamas Ltd. La cuenta es la 37819257. Los beneficiarios de la cuenta son Juan Javier Gómez Cazarín y Anthony R. Davis”.
La supuesta cuenta tendría, hasta marzo de este año, un portafolio de inversión por 870 mil 129.09 dólares, más otros 155 mil 931 dólares, lo que suma un millón 26 mil 60.09 dólares
Por cuanto hace al primo incómodo, Castagné publicó documentos similares sobre Eleazar Guerrero, primo hermano del gobernador Cuitláhuac García y quien sería investigado por la DEA por lavado de dinero, manejo de recursos ilícitos y pagos de la delincuencia organizada, aseguró.
En los documentos, aparece Guerrero Pérez como inversionista de otra sociedad offshore, Ever Trust Capital Co. Limited, establecida en Taiwán y que hace sus transacciones en el Atlantic Bank, con sede en Belice, donde el “primo incómodo” tendría una cuenta por 683 mil 400 dólares.
En ambos casos, las cuentas parecen irrisorias. A estas fechas, un millón de dólares representa acaso 18 millones de pesos, cuando Gómez Cazarín y Eleazar Guerrero han tenido a su libre disposición cientos de millones de pesos. Estas revelaciones serían apenas la punta del iceberg de la peor corrupción que se haya conocido en Veracruz.
Es probable que los peores escándalos hayan sido reservados para hacerse públicos en la víspera de la elección del próximo domingo.
¿Será esa la razón por las que ambos funcionarios fueron excluidos de la campaña de Nahle y despojados de cualquier posibilidad de fuero constitucional? ¿Acaso serán los chivos expiatorios perfectos para demostrar el combate a la corrupción por parte del próximo gobierno?
Por lo pronto, ya están listas las visas para los países sin convenio de extradición, por si las dudas.
El sacrificio y la venganza de la burocracia estatal
El próximo domingo se acabará la pesadilla para los empleados del gobierno estatal. Ya no habrá más mítines, más marchas, más jornadas de reparto de periódicos y colocación de publicidad con cargo a sus propios recursos, a menos que los manden a defender a las calles un triunfo que no sucederá.
Se acabará la pesadilla, pero iniciará la tragedia. Para quienes se han visto obligados al sacrificio para no perder su empleo, su plaza o sus concesiones, todo habrá sido en vano. Sin importar quien gane la elección, el nuevo gobierno llegará con nuevos funcionarios y perfiles a ocupar sus lugares.
¿En verdad creen que Rocío Nahle les va a respetar sus cargos? ¿Siguen pensando los directores del Icatver, los funcionarios de la Fiscalía y la Segob, de Finanzas, de la SIOP y la SEV, de la Comisión de Búsqueda, los directores y subdirectores, que van a ser recompensados por todos los fines de semana que invirtieron en la campaña de Nahle? A ella eso le importa un carajo.
Sus temores se cumplirán, no importa que hayan tenido que aportar mil pesos por funcionario público para la movilización del cierre de campaña de este sábado en Xalapa, como obligaron a delegados de Tránsito, a jefes de las oficinas de Hacienda y del Registro Civil, entre muchos otros.
El sacrificio a la que fue sometida la burocracia estatal se convertirá en un voto de venganza. Porque en muchos casos, la posibilidad de reacomodarse en el próximo gobierno es mucho más alta con Pepe Yunes, quien se rodeará de veracruzanos que han hecho su vida política en el estado, que con Rocío Nahle, quien traería una horda de chilangos, como lo hicieron en su momento el propio Cuitláhuac García e Hipólito Rodríguez.
Por desgracia, la burocracia estatal no recuperará su tiempo y su dinero. Tampoco tiene la garantía de mantener su empleo, a pesar de que ya se inició el operativo para obligarlos a votar por Morena y demostrarlo mediante evidencia fotográfica.
La venganza de la burocracia está cantada.
Rocío Nahle, del sueño a la pesadilla
Convencida de que la elección de Veracruz sería un mero trámite, a pesar del descrédito y la incapacidad de Cuitláhuac García, Rocío Nahle preparó con esmero lo que sería su nueva vida de magnate, gobernadora de Veracruz y amiga personal de la próxima presidenta de México.
Sin medir consecuencias, fue preparando un sueño largamente acariciado desde los años de limitaciones y mediocridad, convencida como Karime Macías, que era merecedora de la más generosa abundancia.
Así fue comprando propiedades en varios estados del país y del extranjero. Mandó a sus hijas a las mejores escuelas, convencidas de que las limitaciones habían terminado para siempre. Acumuló riqueza y se fue a vivir al fraccionamiento más exclusivo del estado, una vez que el presidente le confirmó que sería la candidata.
Involucró a familiares, compadres y amigos, incluso a su futura familia política en prósperos negocios convenida de que el manto protector del presidente sería suficiente para no tener que rendir cuentas ante nadie. Y entonces hizo dinero, mucho dinero.
Pero eso no era suficiente. Pensó que la felicidad, los sueños y la imaginación no tendrían límites. Y todo lo planeó como un cuento de hadas. Una vez que sea gobernadora electa, ese mismo mes, celebraremos la boda de la familia. Será excelsa, será la boda del año, será como en las mejores familias de México “porque eso es lo que somos”, pensó seguramente.
Pero entonces un día las cosas cambiaron. La casa de El Dorado se convirtió en el símbolo de la corrupción y ostentación, la campaña fue un eterno dolor de cabeza y la derrota electoral apareció en el ánimo de sus más cercanos, incluso del Presidente.
El sueño ha empezado a convertirse en una terrible pesadilla. Rocío Nahle lamentará cada día que viva en El Dorado porque será la casa que marcó su destino.
Y peor aún, la felicidad que vendría en junio, podría convertirse en la peor pesadilla al perder la elección y cancelar la majestuosa boda, como se ha dejado entrever, tras los escándalos de corrupción y tráfico de influenciad de su futuro yerno.
En cosa de semanas, la zacatecana y su familia podrían no volver a poner un pie en Veracruz, la tierra que soñaron que sería su reino. Para desgracia de Rocío Nahle, comprobó que, en efecto, no conocía a Veracruz y los veracruzanos.
Cuitláhuac repite fotografía desde palacio de gobierno
Aún permanece en el imaginario colectivo aquélla imagen del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, postrado en su despacho tocándose la cabeza con absoluta frustración, en la noche triste en que su hijo perdió la elección a Gobernador.
Sin proponérselo, ahora fue Cuitláhuac García quien recreó esa imagen durante el cierre de campaña de Claudia Sheinbaum en la plaza Lerdo de Xalapa. Con la agudeza de los buenos reporteros, no faltó la fotografía del mandatario, escondido tras las cortinas de palacio, en una actitud sumisa e indiferente ante lo que pasaba allá afuera, como si fuera esto la reedición de la derrota de hace seis años.
Ahí frente al palacio de gobierno, Cuitláhuac no mereció una sola mención de su candidata Rocío Nahle, quien sin pudor decidió tomar distancia desde el primer día de campaña. No hubo para él palabras de reconocimiento. No hubo la promesa de continuidad porque no hay nada que destacar. Para Nahle, el gobierno de Cuitláhuac ya terminó.
Fue Claudia Sheinbaum quien sí le dedicó algunas palabras, lo que alimentó su esperanza de refugiarse en el gobierno federal una vez que concluya su mandato.
Pero la imagen, como hace seis años, muestra la cara de la derrota.
La ratonera
El próximo domingo, Rocío Nahle sufrirá su segunda derrota electoral en menos de seis meses. Primero fue manos de Manuel Huerta durante la encuesta interna para definir al candidato al gobierno de Veracruz; ahora será frente a Pepe Yunes, con la diferencia de que ahora el Presidente no podrá salvar nuevamente a su peor capricho.
Comentarios