El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, cumplió seis meses en el cargo, un periodo donde se ha consolidado como uno de los mandatarios con mayor popularidad de Latinoamérica con su guerra declarada al crimen organizado y en el que ha tomado decisiones inéditas como la irrupción a la embajada de México.

Después de seis meses al frente de Ecuador, el presidente más joven de Latinoamérica, de 36 años, se mantiene con cerca del 60% como el mandatario con mayor popularidad de Sudamérica, pese a haber emprendido medidas impopulares como el incremento de tres puntos del impuesto al valor agregado (IVA) y haber pasado una crisis energética con un repentino periodo de apagones por escasez de electricidad.

Al inicio de año llegó incluso a disputarle al salvadoreño Nayib Bukele el puesto de presidente con mayor popularidad de América Latina, cuando su aprobación llegó a superar el 80%, en coincidencia con la declaración de la existencia de un conflicto armado interno en Ecuador contra las bandas criminales, a las que pasó a catalogar como grupos terroristas.

Lo hizo el 9 de enero, probablemente el día más complicado de su mandato hasta ahora, donde tuvo que hacer frente a una escalada de acciones violentas atribuidas al crimen organizado, entre ellas la toma del canal TC Televisión por parte de un grupo de hombres armados durante una emisión en directo, y una serie de motines simultáneos en diversas cárceles.

La lucha contra los grupos criminales se convirtió en su mayor capital político, como quedó plasmado en el referéndum que había prometido hacer al asumir la presidencia para poner al voto de la población sus reformas más emblemáticas.

En esa votación, acontecida el pasado 21 de abril, los ecuatorianos respaldaron de manera amplia las nueve preguntas que planteaban medidas para fortalecer el combate contra el crimen organizado pero rechazaron las dos cuestiones de carácter económico que proponían legalizar los contratos laborales por horas y reconocer los arbitrajes internacionales en materia de inversiones en cualquier jurisdicción.

Una de las medidas más importantes de ese plebiscito fue la autorización para que las Fuerzas Armadas participen junto a la Policía en operaciones contra el crimen organizado, sin necesidad de emitir estados de excepción.

Frente abierto con México

En cuanto a las relaciones internacionales, Noboa reculó en la decisión de entregar armamento militar soviético a Estados Unidos para que los destinase a Ucrania, cuando Rusia ponía trabas al acceso del plátano ecuatoriano a su territorio, pero no tambaleó en su decisión de invadir la embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa.

Así inició la gran crisis externa de su mandato al romper México relaciones con Ecuador y ambos países demandarse el uno al otro en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por considerar que han violado normas y convenios internacionales.

Militarización de cárceles

Los militares han cobrado así peso en este conflicto armado interno, sobre todo al tomar el control de las cárceles, uno de los epicentros de la crisis de violencia de Ecuador al estar hasta entonces dominadas por las bandas criminales y con un saldo de 500 presos asesinados desde 2020, la mayoría en una serie de sangrientas masacres.

Esa violencia también saltó a las calles hasta hacer de Ecuador uno de los países con más homicidios de Latinoamérica, con una tasa de 47 por cada 100 mil habitantes en 2023.

A ello se suman las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por militares en este contexto, especialmente en el interior de las cárceles, donde destacan casos de presuntas ejecuciones extrajudiciales y torturas.

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