Fue a las 10:30 de la noche cuando le dijeron a Claudia Sheinbaum y a López Obrador que Morena ya había perdido dos gubernaturas, las cuales nunca estuvieron en el presupuesto original de derrotas.

El presidente movió la cabeza y la exjefa de la CDMX preguntó si había vuelta atrás o alguna estaba en “empate técnico”. La respuesta del ponente fue clara: una muy cerrada y la otra insalvable.

Y es que en Palacio Nacional nunca pensaron que Veracruz podría “cerrarse”, aunque el peligro de saber que todos los Yunes están juntos siempre estuvo latente.

Veracruz está totalmente en la tabla para cualquiera de los dos grupos: el de Nahle o el de Pepe Yunes. En este momento lo único que definirá la elección pasará por quien tenga mayor capacidad para mover el voto, y para ello, se requieren estrategia y muchos recursos económicos.

Fue así como AMLO y Sheinbaum decidieron empujar en Morelos y Veracruz, sin perder de vista la CDMX y Tabasco. Mandarán todo lo que sea necesario para movilizar el voto, situación que también harán los del bloque opositor, apoyados por sus dirigencias nacionales.

Veremos qué pasa.

X: @aaguirre_g