El gobierno de Andrés Manuel López Obrador heredará una menor maniobra en dos fondos, que recibió al llegar en 2018, a quien llegue a la presidencia de México, a partir del 1 de octubre de este año.
Cifras de Hacienda detallan que los fondos para enfrentar emergencias financieras del gobierno federal y de los estados tienen la quinta y sexta parte, respectivamente, de lo que tenían en 2018, último año de la anterior administración a cargo de Enrique Peña Nieto.
Al cierre del primer trimestre de 2024, el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) reportó un saldo de 47,820 millones de pesos, la quinta parte de los fondos al cierre de 2018; 246,690 millones. En tanto, el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) reportó, al cierre de marzo, un saldo de 12,175 millones, la sexta parte de los 76,348 millones registrados al cierre del último año de la anterior administración.
Esto pone al nuevo gobierno, gane quien gane, en una “posición vulnerable, porque ante cualquier contingencia, si no hay un guardadito, un ahorro, es una situación de vulnerabilidad. Es como una persona que no tiene ahorros, y ante cualquier choque, pues va a tener que pedir prestado”, comentó Iván Franco, fundador y director de la consultora Triplethree International.
Estos fondos se alimentan cuando llega más dinero público que el esperado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por recaudación de impuestos y venta de petróleo mexicano. Cuando estos ingresos son menores a lo esperado, los fondos se activan.
En 2019, el primer año del actual gobierno federal, se registró una caída de la economía, y con ello una falta de ingresos por impuestos que llevaron a utilizar los recursos de los fondos; lo mismo sucedió en 2020. En 2021 llegaron a niveles mínimos. Desde 2022 han comenzado a recuperarse, pero no en magnitud previa a la caída del PIB, en 2019, y el covid-19, en 2020.
Apenas en marzo pasado el Congreso aprobó nuevas fuentes de ingresos para el FEIP, que son los ahorros del costo financiero de la deuda pública del país y aportaciones del gobierno federal, además de aportaciones adicionales consistentes en activos financieros.
Del cierre de 2023 y hasta marzo de este año, los recursos del FEIP crecieron 7,297 mdp, y los del FEIEF solo 347 millones de pesos.
La falta de recursos en los fondos de emergencia se da en un contexto de menores ingresos por renta petrolera y gastos obligatorios que presionan año con año el presupuesto público.
“El gasto público en México no es adaptable. Lo ideal sería que fuera dinámico, que en épocas de expansión creciera y en épocas de contracción se contrajera, pero aquí es un gasto comprometido, no hay un balanceador. Entonces, ante una desaceleración de los ingresos públicos, ya sea por recaudación o por la propia actividad económica, pues no tiene los fondos; entonces tienes que recurrir a endeudamiento. Finalmente, eso es un factor de riesgo; no en el corto plazo, pero sí en el mediano plazo. Así es como va creciendo la deuda como porcentaje del PIB”, culminó Franco.
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