En tiempos electorales, la evaluación de un funcionario, gobernante o legislador puede impulsar o afectar a los candidatos de su partido.
El buen desempeño de un gobernador o de un alcalde puede significar un punto a favor para quienes, representando al mismo partido, buscan un cargo de elección popular; en sentido contrario, un funcionario mal evaluado corre el riesgo de convertirse en un lastre.
En 2016, por ejemplo, el entonces gobernador Javier Duarte enfrentaba una enorme crisis, provocada por los señalamientos por presunta corrupción; el escándalo que rodeó al ejecutivo veracruzano en ese momento fue uno de los factores que provocaron la primera derrota del PRI en la historia de la entidad.
Ese fenómeno no se repite actualmente, dado que si bien Cuitláhuac García está en la media tabla del ranking de gobernadores del país, de acuerdo con una encuesta de Mitofsky, no enfrenta acusaciones por desvíos o por actos de corrupción.
En el caso de los alcaldes veracruzanos, de cómo son evaluados dependerá en cierta medida la suerte de los candidatos de sus respectivos partidos en las campañas.
El más reciente ranking de Consulta Mitofsky sobre 150 alcaldes del país (encuesta levantada en febrero pasado) aporta datos interesantes. El citado estudio de opinión destaca que dentro de los 20 presidentes municipales mejor evaluados sólo aparecen tres veracruzanos: los panistas Patricia Lobeira, del Puerto de Veracruz, en el quinto lugar nacional; y Juan Manuel de Unanue, de Boca del Río, en la posición 13; y Juan Manuel Diez Francos, de Orizaba, en el 18.
Para encontrar a otro veracruzano habría que bajar hasta el lugar número 80, donde aparece el morenista Ricardo Ahued, de la capital del Estado, con un mediocre 49.3 por ciento, probablemente consecuencia de dos temas: los problemas de movilidad ocasionados por la ejecución de obra pública mal planeada; y la crisis por la falta de agua entubada en los hogares, situación que si bien escapa al ámbito municipal, sí golpea a la imagen del alcalde.
Aún más abajo están los presidentes municipales de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, quien registra 45.8 por ciento de aprobación; y Poza Rica, Fernando Remes, con 43.9; ambos, de Morena.
La duda que salta se relaciona con el impacto de la evaluación de las autoridades locales en las actuales campañas políticas; sobre todo porque los alcaldes son el primer contacto de los ciudadanos con una figura de autoridad; y un mal desempeño puede hundir las aspiraciones de quienes buscan el voto.
La unidad del priismo en Pánuco
En el marco de las campañas, en Pánuco este martes se registró una demostración de fuerza y unidad del priismo local: un enorme contingente marcó por las calles del lugar, en apoyo a los candidatos de la coalición PAN-PRI-PRD.
El priismo de ese punto de la región Huasteca participó en apoyo a Pepe Yunes en un evento que no se observaba desde hace más de una década.
Un factor fundamental para lograr la unidad es la distribución de cuotas entre los grupos locales: María del Rosario Guzmán Avilés, por ejemplo, contiende por la diputación federal; y Ricardo García Escalante, por la curul local. Ambos representan a fuerzas regionales hegemónicas.
Otro punto importante para el impulso de la causa aliancista en Pánuco es la operación política de personajes representativos, como Manuel de León Maza y Luz Elena Reyes.
@luisromero85
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