Quien habla mucho y de todo tarde o temprano tendrá problemas por lo que sale de su boca.
El presidente López Obrador lo sabe, pero ha visto que su incontinencia verbal a él le reditúa más beneficios que perjuicios, por eso no tiene pausa para callar.
Tan es así que gobierna con las mañaneras y a mucha gente no le interesa que mienta constantemente o que se la pase dando pretextos, le cree o de plano le perdona sus mentiras porque los tiene encantados.
Si miente o comete errores no importa, hay que apoyarlo pues preferible eso a que -piensan sus seguidores, que son muchos- pierda su lucha contra los fifís, ricos, conservadores, aspiracionistas y corruptos.
En la mañanera del fin de semana, en la que estuvo presente su incontinencia verbal, más allá del tema de las Afores, que fue el central, dio un mensaje de crítica severa que pareciera dirigido a su candidata de Veracruz.
No, no lo dijo para Rocío Nahle… pero pareciera que sí.
Una periodista le hizo ver que una candidata en Puebla hace campaña en una camioneta valuada entre cinco y seis millones de pesos y que la familia es investigada por la Fiscalía en el llamado Triángulo Rojo poblano. ¿Qué opina, cómo evitar que la delincuencia se inmiscuya en estas elecciones?, preguntó.
La respuesta de López Obrador no tiene desperdicio. Habló de que si un candidato llega con un vehículo de ese tipo a comunidades pobres “pues no va a ganar, no creo que la gente la apoye”.
Luego dio un consejo a los candidatos en general: “que no sean presumidos, fantoches, que es pecado social la ostentación, la opulencia, pecado social habiendo tanta pobreza».
“Imagínese, alguien que presume, ¿no?, de un carro… o un avión privado o un yate o una mansión. Si es empresario puede hacerlo, siempre y cuando desde luego sea una riqueza bien habida, no producto de la corrupción, pero sí puede, ¿pero un servidor público, cómo?
“El que quiere hacer dinero, el que quiere presumir lo material, pues que se dedique a otra cosa, no al servicio público…”.
Aunque el mensaje no era directo para Veracruz, vaya forma de agitar y golpear la campaña de quien fue su secretaria de Energía y encargada de la construcción de la refinería de Dos Bocas, en donde ya gastaron más de doble en su construcción y nada de que produce combustibles.
¿A poco el Presidente, el hombre más informado de México, no sabe que la candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz se mueve en una costosa camioneta acompañada permanentemente de otros grandes vehículos, que ya quedó evidenciado que vive en una mansión del fraccionamiento El Dorado en Boca del Río, que ha perdido el contacto con la gente al colocar vallas en sus mítines y que tiene a su disposición un fuerte equipo de seguridad?
Lo gastado en Dos Bocas y cómo fueron repartidos los contratos es un escándalo que ha salpicado hasta a Palacio Nacional, agréguele la forma de vida de la extitular de la Sener.
¿Será por eso que el calor presidencial y de Claudia Sheinbaum no termina de sentirse en la candidata local de Morena y, a juzgar por el poco tiempo que resta de la campaña, ni se sentirá?
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