¿Le preocupa lo que debe pagar cada mes por su crédito hipotecario, la letra del coche o las tarjetas de crédito? Tal vez usted no lo sepa, pero cuando termine el gobierno de López Obrador, usted y cada uno de los 129 millones de mexicanos deberemos 126 mil pesos como parte de la deuda pública que nos va a heredar.
¿Cuánto tendríamos que pagar si tuviéramos que liquidar esta deuda? Para el cierre de 2024, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que cada mexicano tendría que aportar 126 mil 917 pesos, es decir, un aumento de 43 mil 170 pesos en comparación con 2018, cuando empezó el sexenio.
En septiembre del año pasado, en este mismo espacio, advertí que el presidente López Obrador sería el mandatario que más habrá endeudado al país. La promesa de que no habría un solo peso de deuda resultó uno de sus embustes más caros.
El presupuesto que le aprobaron Morena y sus aliados para su último año de gobierno se resume en adquirir más deuda con el propósito de contar con dinero suficiente para financiar las campañas electorales –el despilfarro está a la vista de todos, como lo hace Rocío Nahle en Veracruz- y seguir ocultando el fracaso económico de sus elefantes blancos: AIFA, Dos Bocas y Tren Maya.
En diciembre de 2018, López Obrador recibió una deuda pública de 10.5 billones de pesos que se convertirá en 16 bdp al término del sexenio. La deuda crecerá 52% en términos nominales.
Apenas la semana pasada, el Fondo Monetario Internacional confirmó que, en el último año de su gobierno, el presidente tendrá un déficit de 5.9% del Producto Interno Bruto, lo que significa que terminará su gestión con el déficit fiscal más alto de ¡cuatro sexenios!
No son suposiciones, son datos duros. El gobierno gasta más de lo que recauda y se ha quedado sin dinero. La corrupción está en su nivel más alto. Esa es la razón por la que ahora busca apropiarse de los 40 mil millones de pesos no reclamados en las cuentas de las Afores.
López Obrador no pretende garantizar mejores pensiones –eso será tarea de la próxima administración- sino amortiguar el déficit fiscal y evitar la crisis económica de fin de sexenio, la primera en más de dos décadas de estabilidad.
El próximo año, millones de familias podrían quedarse sin programas sociales porque el gobierno ya no tendrá de dónde sacar más dinero.
Justifican el déficit fiscal de 5.9% del PIB para este año, afirmando que se destinarán recursos a concluir “los grandes proyectos de infraestructura” de la actual administración. Y asegura que estos proyectos no implicarán un gasto recurrente, por lo que se espera una reducción del déficit en 2025.
Es decir, el gobierno reconoce que el endeudamiento no es para mitigar la pobreza sino para alimentar a sus elefantes blancos. Esto afecta a estados y municipios, ya que en 20 entidades han disminuido sus participaciones federales y no hay incremento alguno para seguridad, medicinas, campo, carreteras, medio ambiente y turismo.
El próximo 2 de junio, cuando usted se encuentre frente a la boleta electoral, no olvide los $126 mil pesos que le faltan por pagar gracias a Morena.
La puntita
¡La ambición de Rocío Nahle no tiene límites! En breve se demostrará que la multimillonaria zacatecana es dueña de un departamento en Nueva York –dijo que no tenía propiedades en el extranjero- y una cadena de gasolineras. En lugar de aclarar el origen de su riqueza, amenaza a quien la ha hecho pública.
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