El viernes pasado, 12 de abril, tuvo lugar una “Junta Académica Ordinaria” en la Facultad de Derecho.
Las cejas levantadas empezaron desde que en la convocatoria marcaban las 14:00 horas para el inicio de la sesión, pues regularmente (usos y costumbres) se convocaba a las 17:00 horas, pues de esta manera se garantizaba mayor participación, tanto de alumnos como de académicos, pues coincide con el término de la hora de la comida, ya no hay compromisos ni pretextos para ausentarse, por lo que los malpensados sugerían que esa hora garantizaba poca afluencia (antes de la comida), con lo que se prestaba a hacer algún movimiento ad hoc, no sé ad hoc para quién, pero ad hoc…
La cosa es que la sesión arrancó con media hora de retraso, a las dos y media de la tarde, sin embargo quien pensó que no habría quórum, le salió mal la jugada, al ser una de las más concurridas juntas, con la asistencia de 73 docentes y 40 alumnos, representantes de sección.
La siguiente ceja levantada fue en el pase de lista, cuando nombraron a tres profesores, uno que no está dando clase este semestre y dos profesoras que están de año sabático, una de ellas Bertha Alicia Ramírez Arce, quien dijo “presente” y casualmente, allegada (mucho) a la directora Araceli Reyes.
La extrañeza del respetable fue porque a otros académicos que han estado de año sabático, la directora no les ha permitido participar, con lo que se refuerza lo que los malpensados pensaban.
Una más de las cejas levantadas se dio en el punto VI de la convocatoria “Elección del (a) Coordinador (a) de Derecho Romano (…)”.
A manera de contexto, Bertha Alicia Ramírez Arce, fue coordinadora de dicho seminario durante 10 años, entre ellos el lapso de su cónyuge José Luis Cuevas como director, por 4 años.
Pues bien, ahora Araceli Reyes, la flamante directora, propuso que fuera Cuevas el coordinador del seminario, que fue aprobado, pero no por unanimidad, pues existe el recelo que Pepe Cuevas, previo a ser director de la Facultad, fue el coordinador de dicho seminario, que ciertamente fundó su madre, la maestra Gayoso.
La pregunta en radio-pasillo es por qué no se nombra a otra persona como coordinador del seminario de Derecho Romano, al haber muchísimos académicos capaces de llevar esta responsabilidad, y ya se habla de un maximato al interior de la escuela de leyes.
Por otra parte, el respetado José Lorenzo Álvarez Montero fue electo, también por mayoría, ya que hubo una abstención para proclamarse la unanimidad, como coordinador del seminario de Estudios Judiciales.
En la elección de “consejero maestro” del Consejo Técnico se registró una fórmula, la del exdirector Alberto Cruz Silva, como titular; y Laura Helena Álvarez, de suplente, misma que fue aprobada.
En el análisis del reglamento interno que rige desde 1980, (en el año 2019 se presentó un proyecto de reglamento interno), el acuerdo fue esperar la aprobación de la Ley Orgánica de la UV en el Congreso del Estado y de ahí partir para el análisis del documento de 2019, para lo cual se creó una comisión, integrada por docentes y alumnos, entre quienes se encuentra José Álvarez Hernández, estudiante de sexto semestre.
De esta manera y trasladándolo al lenguaje panbolero, el marcador fue abultado, dejando un solo tanto para Araceli Reyes (Derecho Romano), contra tres de José Lorenzo Álvarez Montero, que ganó de visitante, en la cancha de doña Ara.
Se posicionó como coordinador del Seminario de Estudios Judiciales; además de un integrante de la Comisión de Análisis de Reglamento Interno de la facultad y la suplencia del Consejero Maestro.
La ansiada reelección que pregona Araceli Reyes se ve cada más lejana, pues se pretendió dar un albazo y salió con cajas destempladas.
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Para documentar el optimismo…, la anarquía que priva en el Seminario de Derecho Romano, se debe a que no hay un documento de creación de dicho seminario.
No tiene reglamento o estatuto, “en virtud de que se rige bajo acuerdo de sus integrantes, con fundamento en el uso establecido desde su fundación”, es decir, se basa en usos y costumbres.
La estructura del mismo está basada en sus integrantes y el o la coordinador (a).
Y lo mejor de todo es que al no contar con un reglamento, tampoco se encuentra establecido un periodo específico para renovar la coordinación, es decir que la coordinación puede ser lo efímera o longeva que se desee, a gusto pues del director (a).
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@nullgmail.com
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