De no ser por el posicionamiento de la marca, los recursos y estructura de su partido, la candidata de Morena a la gubernatura, Rocío Nahle, ya estaría en la lona, con muy remotas posibilidades de ganar la elección de junio próximo.
Y es que un escándalo como el que ahora le ha reventado a la ex secretaria de Energía, en cualquier país democrático hubiera aniquilado políticamente la candidatura del personaje más popular y aventajado en las encuestas; sin embargo, aquí en Veracruz –como en la mayoría de las entidades federativas mexicanas–, muy difícilmente vamos a ver que Nahle, por la soberbia de la que hace gala, rinda cuentas al pueblo que aspira a gobernar y, mucho menos, que por vergüenza decida renunciar a su postulación para deslindar al movimiento del que fue fundadora y no afectar a los demás candidatos morenistas.
Inclusive, evidenciando su falta de creatividad, la abanderada del partido guinda respondió a los medios de comunicación con la misma frase autoritaria que en su momento tanto se le criticó al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, cuando precisamente ante las críticas y cuestionamientos de los líderes y representantes populares del PRD –partido en el que antes de Morena militó Nahle y el que en 2012 la postuló por primera vez como su candidata a la diputación federal por Coatzacoalcos–, el ex mandatario priista contestó despectivamente: “ni los veo, ni los oigo”.
Por otra parte, su esposo José Luis Peña Peña, cuyos guaruras acosaron el pasado viernes a la reportera Ángeles González cuando al cubrir informativamente el registro de la candidatura de Nahle ante el OPLE tomó videos sobre el convoy de camionetas que custodiaban a la ex titular de la Sener, ayer, entrevistado durante la gira de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum por Coatzacoalcos y Minatitlán, Peña respondió muy prepotente –“eres un mentiroso, eres un mentiroso”– al corresponsal de Latinus, Fidel Pérez, cuando el periodista y académico de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (UV) le preguntó sobre la propiedad de las mansiones y otros bienes inmuebles que se le atribuyen a su esposa y a él en Veracruz, Tabasco, Quintana Roo y Zacatecas, algunos de los cuales están a nombre de sus familiares y notarialmente fueron inscritos a valores más bajos de su precio real, según se publicó en algunos medios locales y en las redes sociales.
Sin embargo, este domingo, aunque Nahle no acompañó a Sheinbaum en el templete durante los eventos masivos que la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México encabezó en el sur del estado, sino que fue sentada abajo, en primera fila –se supone que porque legalmente aún no puede participar en mítines de campaña, sino hasta principios de abril, una vez que el OPLE valide y oficialice su candidatura–, la abanderada de Morena a la Presidencia le dedicó unas palabras de reconocimiento que debió sentir como un bálsamo.
“Confiamos en Rocío, queremos a Veracruz, queremos a Rocío y confiamos en Rocío (…) Nos va a ir muy bien con Rocío, es una mujer honesta, trabajadora, capaz de hacer una refinería y, además, una gran política”, le expresó Sheinbaum.
A Nahle no la van a dejar sola, porque es parte del llamado “Clan de la Corrupción de la 4T” –como llamó el periodista Carlos Loret, del portal Latinus, a la red de contratistas, funcionarios y personajes traficantes de influencias–, pues como secretaria de Energía y responsable del proyecto de la refinería de Dos Bocas, cuyo costo se triplicó sin que refine todavía un solo galón de combustible, otorgó contratos millonarios a empresarios, amigos y parientes muy allegados a la familia presidencial.
Por eso el desplante también de su esposo José Luis Peña, quien se desempeñó como subjefe de Mantenimiento de Pemex en el complejo petroquímico de Pajaritos, en Coatzacoalcos, y tras 33 años de trabajo se jubiló con una pensión de más de 100 mil pesos mensuales, pese a que era trabajador nivel 33, sin derecho a prestaciones o bonos.
Ayer, por cierto, en su edición dominical, el diario La Jornada publicó que 160 jubilados de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reciben pensiones por 550 millones de pesos al año. Entre ellos debe contarse al esposo de Nahle, aunque hay casos como el de José Benjamín Cárdenas Jáuregui, quien fue subgerente de la planta nuclear de Laguna Verde de 2007 a 2013, el cual recibe 343 mil 354 pesos mensuales, y el de Jorge Amaury Ávalos Mortera, quien se desempeñó como subgerente regional de Administración de la CFE en Veracruz y percibe 338 mil 165 mil pesos al mes.
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