Catemaco, Ver.- Una estrella de cinco picos dibujada en el piso e iluminada con veladoras, un saludo a Ometeotl -Dios de la dualidad- y el sonido de caracoles fue el inicio de la misa negra para recibir el primer viernes de marzo en este Pueblo Mágico encumbrado en la región de Los Tuxtlas.
En el centro ceremonial “El Ahijado” se realizó la décimo segunda edición de la Misa Negra protagonizada por el brujo mayor Enrique Marthén Berdón, en dónde se concentraron más de 200 personas para ver y ser partícipes del sacrificio de animales a la deidad del señor de las moscas: Belcebú.
En los primeros minutos del viernes 01 de marzo brujos de Catemaco, todos con ropa color negra, con collares de los que colgaban dijes de la Santa Muerte.
Previo a la misa negra, un grupo de danzantes bailaron al ritmo de los tambores e hicieron sonar los caracoles que llevaban en los tobillos y muñecas.
En la misa negra, una pareja de jóvenes llevó un chivo color negro para que el brujo mayor los asesinara y la sangre la ofrecieran a Satan.
El brujo especificó “Entregan estas dos ofrendas, consagramos totalmente estos seres para que nos brinden vida, para que nos brinden poder, que limpien nuestro cuerpo con su sangre, que limpien nuestro interior y exterior de cada uno de nosotros aquí presentes cómo participantes de la misa negra”.
Además de Enrique Marthén, en Catemaco hubo otros personajes que celebraron misas negras, cómo “El Indio Negra Brujo Mayor”, y otro más y otro más que también dice llamarse “Brujo Mayor”.
La celebración de las misas negras forman parte del misticismo que por décadas ha caracterizado a Catemaco cada primer viernes de marzo en el que se dan cita por lo menos cuatro mil turistas.
AVC/Verónica Huerta
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