Las muertes alcanzaron a 19 entidades y tan solo Sonora, Nuevo León, Baja California, Tamaulipas y Veracruz concentraron 80 por ciento de los casos, de acuerdo con un análisis elaborado por Quinto Elemento Lab con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y de la Secretaría de Salud.
De los 203 días que duró la temporada de calor en México —de finales de marzo a principios de octubre— en 93 de ellos hubo defunciones. Únicamente en junio y julio, los meses más calurosos en el país según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), hubo 347 fallecimientos.
El miércoles 21 de junio fue el día más largo del año, pero también fue cuando el calor cobró más vidas: 33 personas fallecieron por las altas temperaturas durante el inicio del verano. Aquella jornada la Conagua advirtió que debido a la tercera ola de calor las 32 entidades del país tendrían temperaturas máximas por encima de los 30°C y que 23 de ellas rebasarían los 40°C.
El calor de junio fue tan letal, que en tan solo 21 días murieron 198 personas. Las temperaturas de más de 30°C (y de hasta 45°C en algunas zonas del noreste, norte, noroeste, occidente, centro y sur de México) hicieron que para 21 estados fuera el junio más caluroso en décadas.
Julio tampoco se quedó atrás. En 29 días de aquel mes el calor provocó la muerte de 149 personas. Incluso tuvo el periodo letal más prolongado del año: una racha de 24 días consecutivos, del 8 al 31 de julio, cuando no dejó de haber víctimas por las altas temperaturas.
Los datos preliminares de la Secretaría de Salud confirman que 2023 fue el año más mortal del que se tenga registro en México, pero la cantidad de fallecimientos por causa del calor puede incluso ser más alta, ya que los datos definitivos de decesos estarán listos a mediados de 2024.
La Secretaría de Salud realiza desde 2012 un seguimiento epidemiológico de los efectos del calor en la salud y mediante un boletín semanal reporta atenciones y fallecimientos, aunque estos datos son iniciales. Por lineamientos de la misma secretaría, el INEGI recibe copia de todos los certificados de defunción, revisa las causas de muerte y las reclasifica para actualizar las cifras de mortalidad en el país.
El pico de 2023 no tiene precedentes en las últimas dos décadas. Por ejemplo, en Sonora fallecieron a consecuencia del calor 507 personas entre 2000 y 2022. Pero tan solo en 2023 murieron 118.
Marco Antonio Rivera, locatario del mercado de Hermosillo, cuenta que no le quedó más que sobrellevar la temporada tomando suero porque a pesar de las temperaturas cálidas “tenemos necesidades que cumplir en la casa”. Otro comerciante asegura que vio a personas desmayarse por el calor, “aunque estuvieran acostumbradas”. Por eso Karina Vela, también comerciante, confiesa que para este 2024 quizá reduzca sus jornadas: “He visto que va a estar muy fuerte el calor y a lo mejor ya no aguanto”.
Y es que el temor de Karina no es infundado. Durante 2023 Hermosillo fue el municipio con más defunciones en todo el país, con 75 casos.
A diferencia de Sonora, que junto con Baja California solían reportar anualmente el mayor número de defunciones por calor, Nuevo León no figuraba en los primeros lugares. Sin embargo, en 2023 saltó al segundo lugar nacional con 103 decesos, prácticamente cuatro veces más fallecimientos que lo que sumaron los últimos 22 años.
Un diagnóstico de 2006 del Instituto Nacional de Ecología y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sobre los efectos del calor en la salud de las personas en México, ubicaba en ese entonces la mayor incidencia de golpes de calor en estados del norte como Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila o Tamaulipas. Para los estados del sur se preveía que el calor impactaría más en el aumento de enfermedades diarreicas o dengue.
No obstante, casi 17 años después, los datos de fallecimientos y atenciones por exposición al calor no sólo demuestran que las afectaciones han aumentado, sino que el fenómeno se ha extendido por el país.
Durante 2023, de 19 estados con registros de defunciones por altas temperaturas, en 15 de ellos se dieron incrementos respecto al año anterior. En Quintana Roo, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán los fallecimientos aumentaron tanto que, en apenas un año, se multiplicaron entre 13 y 6 veces.
Magali Hurtado Díaz, especialista en efectos en la salud por el cambio climático e investigadora que participó en el diagnóstico del INSP, comenta que una posible explicación del aumento de los efectos del calor en estados del sur y sureste “tiene que ver con la alta humedad relativa”.
El cuerpo humano tiene un mecanismo regulado por el cerebro, una especie de termostato que ayuda a mantener la temperatura entre los 35°C y 36.5°C, independientemente de la temperatura ambiental. Para lograr este equilibrio, las personas liberan calor por diferentes vías. La más habitual es cuando el cuerpo irradia calor por realizar sus funciones.
Sin embargo, a partir de los 35°C de temperatura ambiental, la situación se complica porque el calor sólo puede liberarse sudando. En climas secos el calor se evapora al ambiente por medio de la sudoración, dejando una sensación refrescante. Pero el enfriamiento se complica en lugares calurosos y con mucha humedad en el ambiente, que ya está saturado de vapor de agua. “Si no se evapora, entonces se acumula en tu piel, seguimos sudando y el cuerpo no puede bajar la temperatura”, explica Hurtado.
Cuando la temperatura corporal no desciende, el mecanismo de autorregulación deja de funcionar y al llegar a los 40°C de temperatura interna el cuerpo sufre un golpe de calor. A partir de ahí el sistema nervioso colapsa, las personas pueden sentirse confundidas o delirar, “y ya de manera más avanzada puede llegar a provocar coma y la muerte”, dice el doctor Baruch Díaz, responsable de la Clínica del Viajero de la UNAM.
Además de la humedad, las afectaciones por calor también dependen de las condiciones de salud de las personas, sus niveles de hidratación, la alimentación o la edad, añade Marni Pazos, investigadora de Modelos Climáticos en el Departamento de Ciencias Atmosféricas de la UNAM.
¿Dónde ocurrieron las muertes?
A Eusebio Prieto Flores, de 51 años, le gustaba jugar fútbol y convivir con sus amigos en San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca, municipio que colinda con el Papaloapan veracruzano. “Ya me voy carnal, porque tengo que ir a dar una pastilla a mi jefa”, le avisó a un amigo antes de emprender el camino a pie, relata Diana Prieto, su hija. Era mediodía del 14 de junio de 2023.
Eusebio desconocía que su mamá había perdido la vida aquella madrugada. Nunca se enteró, pues no llegó a casa: se desvaneció en el bulevar Francisco Fernández. “Le ponían camisas abajo porque prácticamente cayó en el pavimento, que estaba súper caliente”, dice Diana. Datos del Servicio Meteorológico Nacional exponen que en junio Tuxtepec alcanzó los 35.8°C. Eusebio fue trasladado al Hospital General, pero falleció. Además del velorio de su abuela, la joven tuvo que preparar el de su papá.
—Habían entrado seis personas por golpe de calor. Dos fallecieron, entre esas dos, mi papá —recuerda Diana, quien buscó a su padre en la morgue del hospital, donde el personal le sugirió que fuera a la Fiscalía.
Diana Prieto encontró a su padre en el anfiteatro municipal, pero le advirtieron que el calor había afectado mucho el cuerpo. No hubo misa de cuerpo presente. Apresuraron el entierro.
“Ahí donde depositan los cuerpos es un local muy caluroso, de lámina, entonces hace que el cuerpo se descomponga en el mismo día”, explica José Alberto Triunfo Cruz, de Funerales Triunfo, quien preparó el cuerpo de Eusebio.
En 2023 hubo 89 municipios donde fallecieron personas a consecuencia del calor, pero apenas 19 concentraron 70 por ciento de las defunciones: Hermosillo, Cajeme, Caborca, San Luis Río Colorado y San Miguel de Horcasitas, Sonora; Mexicali, Baja California; San Nicolás de los Garza, Monterrey, Guadalupe, Apodaca y Lampazos de Naranjo, Nuevo León; Los Cabos, Baja California Sur; Nuevo Laredo y El Mante, Tamaulipas; Solidaridad (Playa del Carmen), Quintana Roo; Monclova, Coahuila; Mérida, Yucatán; San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca; y Veracruz, Veracruz.
Además, en 40 municipios de 14 estados se registró por primera vez un fallecimiento por calor, es decir, que desde el año 2000 no había ocurrido una muerte por altas temperaturas en esas localidades. De hecho, el primer deceso por calor en 2023 ocurrió el 22 de marzo en Villa de Tultepec de Melchor Ocampo, Oaxaca, donde no había registro de un caso semejante.
En Acaponeta, Nayarit, un chofer de 55 años murió por un golpe de calor e insolación el 8 de julio, según el acta de defunción. El mes de julio también representó un hito para este municipio así como para los de Bacalar, Quintana Roo; Etchojoa, Sonora; Chichimila, Yucatán; Tenabo, Campeche; y Bácum, Sonora, dado que por primera vez las estadísticas oficiales registraron decesos por calor en esos lugares.
De acuerdo con el Instituto Goddard de Estudios Espaciales, de la NASA, “julio de 2023 fue el mes más caluroso de todos en el registro de temperaturas mundiales”. En el caso de México, la Conagua informó que julio fue el mes más cálido de todos los registrados desde 1953, con una temperatura máxima promedio a nivel nacional de 34.3°C, aunque en lugares como Mexicali, Baja California, el termómetro llegó a los 51°C.
Uno de los últimos fallecimientos registrados por la Secretaría de Salud en la temporada de calor de 2023 ocurrió el 19 de septiembre en Tonalá, Chiapas. Hasta entonces, el municipio no había tenido muertes por calor en las últimas dos décadas.
Pero aquel martes, Ángel Pantoja Martínez, un hombre de 37 años diagnosticado con esquizofrenia, sufrió un golpe de calor y fue hospitalizado. El registro obtenido vía transparencia indica que la temperatura ambiental era de 30°C.
Un artículo de investigadores de la Universidad de Valencia, España, refiere que las personas con enfermedades psiquiátricas, como era el caso de Pantoja, son parte de un grupo de riesgo ante los golpes de calor “debido a la incapacidad del control voluntario tanto para desplazarse a una localización más fresca o deshacerse de la ropa”.
México ante el cambio climático
El 2023 fue el año más caluroso registrado desde que hay reportes sistemáticos de las temperaturas del planeta. La Tierra, en promedio, fue 1.48°C más caliente que en la época preindustrial, entre 1850 y 1900.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Comisión Europea y la Organización Meteorológica Mundial también indican que de junio a diciembre se batieron récords consecutivos de los meses más calientes. Según datos satelitales, en julio del 2023 el planeta alcanzó la mayor temperatura registrada en la historia reciente.
Las altas temperaturas de 2023 no sólo se vivieron en México. En Estados Unidos, de acuerdo con CNN, hasta agosto el calor había cobrado la vida de 147 personas. Japón e India experimentaron su verano más caliente. Datos del Proyecto Copernicus señalan que Europa tuvo “el octubre más cálido jamás registrado”, con récords de temperaturas en Austria, Suiza, Francia, Italia y España. Y en Brasil una joven falleció por un golpe de calor durante un concierto de Taylor Swift en noviembre (primavera en el hemisferio sur).
Sin la actividad humana —sobre todo por la quema de combustibles fósiles— que ha transformado el clima, la organización académica World Weather Attribution calculó que habría sido “virtualmente imposible” que ocurrieran olas de calor como la de julio de 2023 que afectó a México, Estados Unidos y el sur de Europa.
“Tenemos que echar la culpa al cambio climático, que lo ha hecho más intenso”, dice Luis Zambrano, ecólogo e investigador de la UNAM. Pero “no todo mundo, sobre todo en un país tan desigual como México, tiene la oportunidad de blindarse de esos efectos”, sentencia Francisco Serratos, autor de El Capitaloceno. Una historia radical de la crisis climática, libro editado por la UNAM.
Según los datos de mortalidad por calor de 2000 a 2022 del INEGI, la mayoría de los afectados por las altas temperaturas fueron hombres, menores de 49 años con, máximo, la secundaria terminada. Buena parte realizaba actividades agrícolas, trabajaba en la industria, eran vigilantes, choferes o vendedores ambulantes.
Frente a escenarios que prevén un aumento de las temperaturas globales y ante el año más letal en México debido al calor, Serratos es enfático sobre el cambio climático.
“Es real, es palpable. Está costando vidas y está aquí para quedarse en las próximas décadas, incluso en los siglos que restan de nuestra historia”.
Aranzazú Ayala-Violeta Santiago / Quinto Elemento Lab
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