En abril pasado, el gobierno federal comenzó la construcción de una nueva vía ferroviaria de 63 kilómetros que pasa por los municipios de Nogales e Ímuris, Sonora, devastando ecosistemas e invadiendo propiedad privada.

El proyecto está a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional y, al igual que sucedió con el Tren Maya, avanza a todo vapor en total opacidad, sin consultar a las comunidades a las que afectará y sin hacer público el proyecto ejecutivo y los estudios del impacto ambiental de la obra.

Habitantes del municipio de Ímuris y ambientalistas advierten que este proyecto causará daños irreversibles a una zona reconocida como área natural protegida y con alto valor ambiental, además de poner en riesgo las fuentes de agua que son indispensables para la agricultura y la ganadería de la zona, actividades que son el sustento de miles de personas.

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APUNTES | Tarugos, ineptos y corruptos