A nadie le queda duda que Claudia Sheinbaum y su partido, Morena, encabezan hasta ahora las preferencias electorales, pues inclusive las encuestas difundidas por los simpatizantes de Xóchitl Gálvez lo confirman. La única discrepancia es sobre el amplio margen de la ventaja que la precandidata presidencial del obradorismo le saca a la virtual abanderada del frente opositor llamado ahora Corazón y Fuerza por México (PAN-PRI-PRD), pero que resulta lógico dado que la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México lleva más de un año recorriendo el país, ha sido arropada por la mayoría de los 23 gobernadores del partido guinda y cuenta con una apabullante propaganda de aire y tierra, mientras que la senadora panista con licencia apenas irrumpió hace unos meses como aspirante presidencial de las tres fuerzas políticas de oposición, cuyas siglas son las más desacreditadas.
Sin embargo, Sheinbaum y su jefe político, el presidente Andrés Manuel López Obrador, no se confían. La fase más intensa de la verdadera campaña será de enero a mayo del año próximo. Y es que ambos saben que las encuestas no votan. En la sucesión presidencial de 2006, el tabasqueño arrancó con 20 puntos de ventaja sobre su paisano Roberto Madrazo, del PRI, quien inició en segundo lugar. Al final, por un apretadísimo margen, Felipe Calderón, del PAN, fue declarado oficialmente candidato electo, cuyo triunfo fue calificado de fraudulento por los obradoristas, aunque no pudieron demostrarlo ante el IFE y el Tribunal Federal Electoral.
Este lunes y martes, los diarios Reforma y El Financiero publicaron diferentes encuestas pero que coinciden prácticamente en la cómoda ventaja que hasta este momento la candidata de Morena le saca en las preferencias electorales a la del frente opositor, que es de entre 22 y 19 puntos.
En la de El Financiero, publicada ayer, Sheinbaum subió cuatro puntos de octubre a noviembre, al pasar de 46 a 50%, mientras que Gálvez solamente creció tres puntos: de 28 a 31%.
La encuesta de Grupo Reforma, en cambio, registró de agosto a diciembre un crecimiento de 44 a 46% para Sheinbaum, y un retroceso de 27 a 24% para Xóchitl.
Y, por partidos, la aceptación de Morena pasó de 49 a 51%, mientras que el PAN descendió de 21 a 20%, y el PRI de 19 a 16, en ese mismo lapso agosto-diciembre.
Ahora está por verse a quién favorecerá más la salida del precandidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, ya que es un hecho que quien lo supla en la candidatura no jalará la misma cantidad de votos que al partido naranja le garantizaba el mediático gobernador de Nuevo León. El único que lograría esa hazaña sería el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, pero fue el primero en rechazar esa postulación que, contra su consejo, sí aceptó su inmaduro compadre García Sepúlveda.
Sin embargo, lo que a muchos resulta incongruente e inexplicable es que con la ventaja tan amplia que según estas encuestas le saca a su más cercana contendiente, la precandidata morenista esté incorporando a su equipo de campaña a ex militantes del PRI y PAN tan cuestionados que hasta gobernantes, comunicadores y grupos radicales del obradorismo repudian públicamente.
Anteayer, luego de que Sheinbaum presentara a su equipo de campaña en la Ciudad de México –evento en el que se apareció el exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, quien recientemente renunció al PRI–, el mandatario morenista de esa entidad, Salomón Jara, mandó en una conferencia de prensa esta advertencia: “No crean que no vamos a cumplir, no porque se anden paseando con mi amiga Claudia ya están libres de pecado. Entonces yo digo que no va a haber impunidad”, expresó en clara alusión al hijo del también exgobernador priista José Murat Casab.
Y es que hace seis días fue detenido Javier Lazcano Vargas, quien colaboró con Murat Hinojosa como secretario de la Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable, al que el gobierno de Jara le imputa un quebranto al erario estatal de casi 200 millones de pesos.
La aprehensión de Lazcano Vargas se realizó en la Ciudad de México por el delito de “uso ilícito de atribuciones y facultades” en perjuicio de la actual Secretaría de la Infraestructura y Comunicación del gobierno del estado de Oaxaca.
Aunque el expriista Murat Hinojosa renunció el 18 de noviembre pasado al partido que en 2015 lo llevó a la gubernatura de Oaxaca y es cercano al presidente López Obrador, quien inclusive propuso hacerle un homenaje por “ser un aliado de la 4T”, su gobierno está siendo investigado por presuntos hechos de corrupción por su sucesor morenista.
Lazcano Vargas, uno de los colaboradores más cercanos de Murat Hinojosa, fue detenido por considerarlo probable responsable en la comisión del delito de uso ilícito de atribuciones y facultades y daño al erario estatal por un monto total de 194 millones 984 mil 679 pesos.
El exservidor público, quien se encontraba prófugo de la justicia, fue denunciado por la ejecución de la obra número CBNB-2000MDP/0069/210319/2021 del Programa 108 – Infraestructura Vial en el estado de Oaxaca, del proyecto Ampliación y Modernización de la carretera troncal 175 (Oaxaca-Puerto Ángel). Ese proyecto incluía también la construcción del puente sobre “Río Salado” que se encuentra en los municipios de Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, San Antonio de la Cal y San Agustín de las Juntas, primera etapa.
Pero la alianza de Murat con Morena no es de ahora, sino que viene de al menos cuatro años atrás. En octubre de 2019, por ejemplo, la LXIV Legislatura del estado, en su mayoría morenista, le aprobó al entonces gobernador del PRI una deuda por tres mil 500 millones de pesos para 118 proyectos en obras sociales que no cumplió ni transparentó.
Aquella deuda contraída sería para invertir en 118 proyectos en obras sociales, como caminos, rehabilitación de inmuebles públicos, proyectos de alumbrado, además de la reubicación de la sede de la 28/a Zona Militar, mientras que la reestructuración de la deuda pública será utilizada como fuente de pago del financiamiento.
Sin embargo, las obras no fueron terminadas, lo poco que se hizo colapsó en pocos meses y Murat, antes de irse, tomó la decisión de cancelar la construcción del proyecto de Libramiento Sur para redireccionar 500 millones de pesos que supuestamente serían destinados a un Circuito Interior de la Capital de Oaxaca y otros 400 millones serían aplicados en trabajos de la red del agua potable, obras que tampoco se realizaron o quedaron inconclusas.
Además de Lazcano Vargas, la actual Fiscalía de Oaxaca ya detuvo a otros cuatro exfuncionarios de la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra), del sexenio anterior. Todos fueron imputados por el mismo delito. Los detenidos anteriormente, son los exsubsecretarios Manuel Meza Corres y Leopoldo Gilberto López López; el director de Control y Evaluación de Obra Pública, Rubén César Mendoza Hernández, y Alejandro Cristóbal Canseco Antonio, jefe de Infraestructura Urbana y Residente de Obra.
Estos cuatro exfuncionarios, además de Lazcano Vargas, provocaron un perjuicio al erario por 51 millones 620 mil 945.70 pesos, al no administrar y verificar directamente el cumplimiento de los términos del contrato de esa obra.
¿Deveras Sheinbaum, con tan amplia ventaja en las encuestas, necesita cargar este cascajo?