La reunión que sostuvo este jueves el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno con José Yunes, Anilú Ingram y Héctor Yunes, tres aspirantes del tricolor a la gubernatura de Veracruz, transcurrió sin sorpresas, acaso la única fue la incorporación a la lista de aspirantes de Marlon Ramírez, Lorena Piñón y Cirilo Vázquez. Por lo demás, hubo consenso en que una encuesta defina al ganador y eso fue todo.

Sobre la encuesta, vaya manera de hacerla cardiaca. Pero en fin.

Si hay algo devaluado en este país tanto como los partidos políticos, esas son las encuestas con sus respectivas casas encuestadoras. En Morena no solo las devaluaron sino que no les hicieron caso. Dos ejemplos de lo anterior son la CDMX donde Omar García Harfuch ganó por una ventaja de 40 puntos a Clara Brugada y Veracruz, donde el vencedor fue Manuel Huerta sobre Rocío Nahle. Sin embargo, los perdedores resultaron elegidos candidatos.

En lo personal veo innecesario un sondeo entre los aspirantes del tricolor ya que José Francisco Yunes Zorrilla ha salido con el brazo en alto en la gran mayoría. Y a estas alturas no veo un cambio sustancial con Pepe cada vez más consolidado en el ánimo de los veracruzanos y en el de la militancia de su partido.

De los aspirantes que agregó Alito a la lista, Marlon Ramírez es quien puede hacer más ruido. No hay que olvidar que hasta hace unas semanas era presidente estatal del PRI y es muy conocido por los tricolores.

Pero sin darle muchas vueltas al asunto, la batalla de las encuestas se centrará en Pepe y Héctor. Y desde antes de empezar, el legislador peroteño le lleva una ventaja considerable al nativo de Soledad de Doblado.

En síntesis lector, si la encuesta es pareja, Pepe Yunes será candidato del Frente opositor. Otro resultado, el que sea, provocará una rebelión en la granja que será letal para el PRI y al menos para la mitad de los veracruzanos.

Donde no marchan bien las cosas es en el patio de enfrente.

La fuente de Morena que este martes me habló del miedo que les provoca que Pepe Yunes sea el adversario de Rocío Nahle, abundó sobre lo mal que la están pasando en el equipo de la zacatecana.

Me dijo que sus asesores están sudando la gota gorda porque no saben cómo contrarrestar la de broncas que se le vendrán a su candidata cuando arranquen las campañas y comiencen los reclamos por las promesas que hizo Cuitláhuac García y nomás no ha cumplido. Y me puso un ejemplo: carecen de un plan efectivo con qué convencer al electorado de que ahora sí, con Rocío como gobernadora, Veracruz dejará de ser inseguro y violento.

“Le van a echar en cara todos los dislates de Cuitláhuac como si los hubiera cometido ella y no encuentran una estrategia convincente con qué darles la vuelta” me aseguró.

Hasta ahorita lector, lo único que ha tenido Rocío han sido reuniones a modo como una (muy desangelada) con los maestros, donde Zenyazen Escobar ex secretario de la SEV y líder del Movimiento Maestros con Morena, le prometió el voto de 10 mil docentes que dijo, serán el “ejército” que la respaldará.

Magro ejército si se toma en cuenta que en la entidad hay más de 60 mil docentes y que el voto corporativo ya no existe. Nadie ni Zenyazen Escobar, le garantiza a Rocío que ese “ejército” de maestros voten por ella el próximo 6 de junio.

Falta poco para que comience oficialmente la carrera por la gubernatura. Y si los adversarios son Pepe y Rocío, el camino para llegar a Palacio de Gobierno tendrá de todo, menos aburrimiento.

Eso te lo garantizo, lector.

bernardogup@nullhotmail.com