Rossana Escobar es una catedrática de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana que lleva más-menos, unos 25 años impartiendo clases en la histórica escuela.

Lamentablemente, la doctora Escobar fue diagnosticada con cáncer de colon, motivo por el cual se ausentó de su cátedra, con licencia médica, por un largo periodo.

Derivado de esta ausencia médica, la actual directora Araceli Reyes y su clan hicieron planes para disponer de esa plaza, sin embargo y gracias a los avances de la medicina, el descanso de la licencia y la atención médica privada, que ciertamente es de lo mejor de las prestaciones que tiene la Universidad Veracruzana, Rossana Escobar regresó a su cátedra a inicios de este año.

Esta situación, lejos de alegrar a la directora, causó su molestia, al grado tal de ponerle marcaje personal (como nos aseguran hace con todos quienes no se suman a su gavilla) y en este contexto, la doctora Escobar fue señalada recientemente por una alumna de supuesto maltrato.

Esto ocasionó que le fuera levantada un acta administrativa, que dadas las circunstancias, nadie pensó que llegaría a mayores, pero no fue así, pues el tema fue crecido por las autoridades de la Facultad y llegó a convertirse en un procedimiento de recisión laboral en contra de Escobar.

La acusada fue notificada y la audiencia para desahogar pruebas y alegatos fue programada para celebrarse el pasado lunes 13 de noviembre, donde la parte acusadora tendría la oportunidad de presentar elementos para probar su dicho (el que acusa está obligado a probar), misma que empezó a las 9:00 horas y ¡terminó a medianoche!

Este show se presenta en medio del concurso de tres plazas de tiempo completo para la Facultad de Derecho, mismas que nos aseguran nuestr@s informant@s que ya vienen con nombre y apellido, y la idea es rescindir el contrato a la catedrática en Derecho Constitucional y quedarse con esa plaza, pues las tres que van “a concurso” ya vienen etiquetadas por la Secretaría Académica, una de ellas para Armando Palomo, que se desempeña precisamente como asesor del secretario Académico de la UV, y una más para Maribel Luna, miembro del Consejo Técnico.

Esta situación en sí misma no tiene nombre, sin embargo no termina ahí, pues Rossana Escobar, aunque ya ha sido médicamente dada de alta para incorporarse a su clase, sigue en tratamiento oncológico. Ninguna enfermedad tiene palabra y el cáncer mucho menos, lo sé De Primera Mano.

Las quimioterapias no han parado y de hecho nos informan que tiene programada una cirugía nuevamente para enero próximo.

Por supuesto, la directora sabe de esta situación y no le importa que eventualmente puedan dejar sin trabajo a una mujer luchadora contra el cáncer y con ello privarla de la atención médica y quizá de la vida, y no quiero que suenen los violines ni mucho menos, pero es una verdad innegable que si no te tratas, mueres. Así de crudo.

Pero Reyes hace todo con tal de lograr sus mezquinos objetivos y darle más espacios a su círculo más allegado, entre los que destacan exdirectores de la misma Facultad, quien por cierto mantiene una relación muy cercana con ella.

Este es el contexto prevaleciente en la Facultad de Derecho, donde buena parte del claustro académico tiene sus veladoras encendidas a San Judas Tadeo para que Araceli se vaya antes de la Dirección, ante los múltiples atropellos de que han sido objeto, con la anuencia de un Rectorcito (en diminutivo) pusilánime que abusa de su encargo para facturarle chicles a la Máxima Casa de Estudios Veracruzana.

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Para documentar el optimismo, doy acuse de recibo del mensaje; no hay temor. Lo que hay son elementos para publicar, pues como dice Zarco “no publiques como periodista lo que no puedas sostener como hombre” y seguiré publicando. Gracias a nuestros lectores por la confianza depositada.
¡Qué barbaridad!

deprimera.mano2020@nullgmail.com