Una serie de documentos ha revelado oscuros detalles proporcionados por Juan Miguel Pantoja Miranda, apodado “El Pajarraco“, quien fue identificado como presunto involucrado en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en 2014. A pesar de su detención en 2018, un juez ordenó su liberación, lo que le impidió ser interrogado y enjuiciado por estos terribles crímenes.
Según los documentos dados a conocer por el diario Milenio, dos días después de su detención en agosto de 2018, “El Pajarraco” expresó su deseo de declarar sobre la desaparición de los normalistas a los visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Afirmó que quería liberar su conciencia, ya que desde los eventos ocurridos en 2014 no podía dormir bien y no podía vivir en paz. Deseaba decir a los padres de los estudiantes que “ya no los busquen porque todos murieron al ser incinerados en el basurero de Cocula“.
La narrativa de “El Pajarraco” sobre Ayotzinapa
En su revelador testimonio, “El Pajarraco” proporcionó una descripción escalofriante de lo que supuestamente ocurrió aquella fatídica noche del 26 y 27 de septiembre de 2014. Afirmó que participó en la desaparición de los estudiantes, pero alegó que no disparó contra ninguno de ellos, ya que no portaba un arma de fuego. Su papel, según él, comenzó en Metlapa, Guerrero, cuando trasladaron a los estudiantes al basurero de Cocula.
Durante el relato, “El Pajarraco” afirmó que los estudiantes estaban amontonados unos sobre otros en la camioneta en la que fueron trasladados y que gritaban que se estaban ahogando. También declaró que si intentaban moverse, les disparaban.
Continuando su narración, mencionó que escuchó aproximadamente ocho disparos en el camino hacia el basurero de Cocula y vio a dos miembros de Guerreros Unidos, el grupo criminal involucrado, disparando contra los estudiantes.
Asegura que rellenaron con diésel a los normalistas
El testimonio de “El Pajarraco” detalla cómo, una vez en el basurero, se llevaron a cabo los horribles actos. Describió cómo presuntamente se utilizó gasolina para incinerar a los estudiantes y cómo se les llenó de combustible, incluso introduciendo diésel en sus bocas a través de embudos improvisados.
Aseguró que escuchó la orden de “dar piso” a todos los normalistas a través de un radio transmisor y que presenció el asesinato de los jóvenes. También detalló que después de matar a los estudiantes, uno de los miembros de Guerreros Unidos ordenó que se cortaran troncos con una motosierra para colocarlos en la pira funeraria. Además, explicó cómo los cuerpos fueron presuntamente quemados en una estructura que consistía en llantas, troncos y ramas rociadas con gasolina.
Sin embargo, vale la pena destacar que el testimonio de “El Pajarraco” no tuvo valor judicial, ya que un juez ordenó su liberación en 2018, basándose en alegaciones previas de detenciones ilegales y abusos.
¿Cómo desaparecieron los 43 de Ayotzinapa?
La declaración proporcionada por “El Pajarraco” refuerza la versión conocida como la “Verdad Histórica”, presentada por el Gobierno de Enrique Peña Nieto en 2014. Según esta narrativa, los 43 jóvenes fueron brutalmente asesinados y luego incinerados en el basurero de Cocula, con sus cenizas arrojadas al río San Juan.
Sin embargo, esta narrativa ha sido ampliamente cuestionada por las investigaciones del caso, incluyendo las del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que revelaron que no hubo un incendio registrado en Iguala el 27 de septiembre de 2014, como afirmaba la entonces Procuraduría General de la República.
La versión actualmente presentada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tampoco coincide con las declaraciones de “El Pajarraco” y la “Verdad Histórica”. Según los últimos informes, se sostiene que los jóvenes fueron divididos en grupos para su ejecución y desaparición.
¿Qué dice la última versión sobre el caso Ayotzinapa?
Según esta nueva narrativa, policías municipales de Iguala, Cocula y Huitzuco detuvieron a los normalistas antes de la medianoche entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014. Los estudiantes capturados en los autobuses 1568 y 1531 habrían sido entregados a Guerreros Unidos para ser ejecutados y desaparecidos.
En esta versión, se señala directamente la participación del capitán José Martínez Crespo del Ejército, Francisco Salgado Valladares, subdirector de la policía de Iguala, César Nava González, subdirector de la policía de Cocula, y cuatro de sus elementos, quienes habrían colaborado en la entrega de los estudiantes a Guerreros Unidos.
Los normalistas, divididos en grupos, habrían sido asesinados, desmembrados, incinerados, enterrados e incluso disueltos en ácido en diferentes lugares, incluyendo un cerro en Pueblo Viejo, una casa de seguridad en Loma de Coyotes y el rancho de “El Tilo” en Iguala. También se mencionan lugares como el río Balsas y la barranca de Carnicería cerca del basurero de Cocula, además de localidades en Tepecoacuilco y Huitzuco.
El nuevo informe contiene tres hipótesis: Guerreros Unidos confundieron a los normalistas con infiltrados de Los Rojos, con quienes disputaban la plaza de Iguala. Un escarmiento tras la amenaza del alcalde José Luis Abarca por la protesta en el palacio municipal. O bien el trasiego de drogas y la eventual presencia de droga, armas o dinero en alguno de los autobuses tomados aquella noche por los normalistas.
Es importante destacar que tanto esta nueva versión presentada por el Gobierno de AMLO como la llamada “Verdad Histórica” han sido objeto de críticas y rechazo por parte de los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Reporte indigo