Un rebaño de ovejas supervivientes de las grandes inundaciones que azotaron Grecia por el temporal Daniel salieron a pastar como cualquier otro día en las inmediaciones del pueblo de Amyrós, en la región de Magnesia, en la Grecia central. Ante la falta de pastos, las ovejas consiguieron acceder a un invernadero de la zona. El pastor, al observar que las ovejas se comportaban de una forma extraña, decidió averiguar qué s habían comido. La sorpresa fue mayúscula al comprobar con perplejidad que habían devorado los más de 100 kilos de cannabis con fines medicinales que allí cultivaba una empresa farmacéutica.
«No sé si reírme o llorar», declaró el propietario de la plantación del psicotrópico al diario heleno «Thenewpaper.gr», tras comprobar que las hambrientas ovejas se habían comido toda la plantación. «La ola de calor nos hizo perder la mitad de la producción, mientras que las inundaciones lo que había quedado. Ahora este rebaño ha conseguido entrar en unas instalaciones que estaban cerradas y se ha comido los restos. No tengo palabras», añadió el propietario del invernadero.
Según datos de la Universidad de Agrónomos de Atenas, más de 80.000 hectáreas de las 300.000 que ocupa la meseta de Tesalia han quedado afectadas por las inundaciones, provocando incalculables daños en campos de cultivo y pasto. Además, según un estudio presentado este jueves por Spyros Kintzos, el rector de la citada universidad, las inundaciones han provocado condiciones de infertilidad en los campos de cultivo y harán falta varios hasta que «la huerta de Grecia» recupere su abundancia.
Según las primeras estimaciones del gobierno griego, más de 45.000 de animales -ovejas, cerdos, vacas y cabras-, murieron en la Grecia central por causa de las inundaciones. El Ejército heleno está colaborando en las labores de limpieza de las zonas afectadas, donde las decenas de miles de cadáveres de animales, están provocando graves problemas de salud pública. Según fuentes oficiales, cerca de una centena de personas han tenido que ser hospitalizadas por problemas intestinales y respiratorios por causa de las aguas contaminadas en la región. Por otra parte, los animales que han conseguido sobrevivir, se han quedado sin terreno donde pastar.
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