La cifra es brutal: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) suman alrededor de 45 mil miembros en más de 100 países, tienen presencia en todos los estados de la Unión Americana, controlan la tercera parte de nuestro país y son quienes operan el mercado de fentanilo en el mundo.
Según información de inteligencia difundida por la Administración Federal Antidrogas (DEA), ambos cárteles operan mundialmente con 26 mil y 18 mil 800 elementos, respectivamente.
Esto significa que estas organizaciones criminales tienen un estado de fuerza conjunto de aproximadamente 45 mil miembros, equivalente a casi todos los elementos de la Marina Armada de México y poco menos de la mitad de la Guardia Nacional.
Nada de eso hubiera sido posible sin la concesión del Presidente López Obrador de ‘abrazos y no balazos’, misma que ha significado un cheque en blanco para la expansión económica y territorial de los cárteles en México, y un pasaporte para su crecimiento por todo el mundo.
Por ello, López Obrador debería estar muy agradecido con la DEA. Las cifras favorecen a un gobierno que ha sido devorado por el huevo de la serpiente que él mismo incubó.
A decir verdad, los cálculos que hace la titular de la DEA, Anne Milgram, resultan bastante conservadores si consideramos que este fin de semana alcanzamos la escalofriante cifra de ¡162 mil homicidios vinculados a la delincuencia organizada!
¿Acaso han muerto cuatro veces más personas a causa de la violencia provocada por la delincuencia organizada que los que actualmente se dedican a ella?
Las cifras presentadas por la DEA se alejan de la realidad. Los 45 mil elementos de ambos cárteles implicarían que, en promedio, en cada estado del país se asientan algo así como mil 500 delincuentes que se dedican a la extorsión, el secuestro, las ejecuciones, el trasiego de droga, el huachicol y una infinidad de actividades ilícitas.
¿En verdad, estados como Michoacán, Guerrero, Colima, Tamaulipas y, por supuesto, Veracruz tienen esta pequeña cantidad de delincuentes? Imposible.
En el caso de Veracruz, un informe sobre la presencia del crimen organizado advierte sobre la operación de siete grupos criminales en el estado. Estos grupos acaparan el 42 por ciento del total de los municipios, principalmente en alcaldías gobernadas por Morena. No lo digo yo, parafraseando al Presidente.
El estudio realizado por AC Consultores, confirma que hay presencia del crimen organizado en 89 de los 212 municipios veracruzanos. En toda la entidad se contabilizan 127 presencias delictivas, ya que en estos municipios pueden operar más de una organización criminal, eso sin contar la complicidad de elementos de las policías estatal y municipales.
Además, según los documentos de la Sedena hackeados por el colectivo Guacamaya, el 70 por ciento de la extensión territorial de Veracruz está ocupada por la delincuencia organizada.
El Presidente debe agradecer el optimismo de la DEA y sus estimaciones. El número de narcotraficantes en México y su capacidad de fuego es muy superior a lo que revelan estos informes.
Lo más importante para López Obrador es que la delincuencia organizada suele “portarse muy bien” en los procesos electorales donde resultan ganadores los candidatos de Morena.
La puntita
El cambio de medida cautelar de la ex comisionada presidenta del IVAI confirma que se trata de un preso político. La liberación de Rogelio Franco y Tito Delfín es cuestión de tiempo.