La sanitización de los billetes con aerosoles, gel antibacterial, alcohol, agua con cloro o agua con detergente no tiene razón de ser, ya que están libres de partículas virales que puedan ser un riesgo para la salud humana o contagien alguna enfermedad.
“Son muy pocos los virus que sean de humanos o que pudieran ser patógenos de humano, ya que la mayoría son virus de bacterias (bacteriófagos). Esto significa que los billetes no acarrean partículas virales que puedan ser un riesgo para la salud humana”, revela un estudio realizado por el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El grupo de investigadores analizó de manera detallada la diversidad microbiana, es decir los virus, bacterias y hongos, en billetes gastados entre los comerciantes de la Central de Abasto, el Mercado de Jamaica y la zona de Hospitales y Centro Médico en la Ciudad de México.
También se identificaron los componentes orgánicos como proteínas, grasas y carbohidratos depositados en los billetes que podrían servir como nutrientes para el crecimiento de microorganismos, señala el estudio.
Cada uno de los expertos utilizó técnicas de microbiología, microscopía, aislamiento y caracterización de ADN.
La Dirección General de Emisión del Banco de México (Banxico) mandó hacer el estudio para conocer cuáles son los hongos y bacterias desgastantes de los billetes, ya que tiene como eje rector asegurar que la sociedad cuente con una moneda nacional segura y eficiente.
Hoy la capacidad de producción de billetes asciende a mil 730 millones de piezas al año. Los materiales para la producción del papel moneda son el polímero de polipropileno biorientado y el algodón, ambos con una aplicación de barniz.
Los billetes tienen un ciclo de vida y periódicamente aquellos no aptos para su circulación y que han sufrido un claro deterioro son reemplazados por piezas nuevas.
El reemplazo de estas piezas representa hasta el 80% de la producción total, asegura Banxico.
Los virus y bacterias en los billetes
El Instituto de Biotecnología indica que los investigadores observaron una gran diversidad de virus de bacterias (bacteriófagos) relacionada con la diversidad de éstas.
Los bacteriófagos controlan las poblaciones de bacterias, porque las infectan y las destruyen, por lo que son un factor que afecta su viabilidad y crecimiento.
Se requieren más estudios para entender dicha diversidad y cómo se relaciona con la dinámica poblacional de las bacterias encontradas en los billetes.
“De manera preliminar se piensa que el menor desgaste en los billetes aptos y posiblemente un menor tiempo de circulación, funciona como una presión de selección solo para algunos tipos de bacterias, mientras que los billetes más desgastados ofrecen un nicho con una variedad tanto física como bioquímica para que haya una variedad más grande de microorganismos”.
Agrega que pueden definir una línea base de bacterias que se pueden encontrar en cualquier billete, no importando su denominación, condición o punto de muestreo y que muchas de ellas son bacterias que podemos encontrar en el ambiente o en la piel humana.
“Se requieren más estudios para poder comprender la biodiversidad bacteriana presente en los billetes, así como su viabilidad y estabilidad espacio-temporal para poder relacionarlas con regiones particulares de desgaste, lo cual se está analizando”.
La población de hongos fue muy limitada. “Esto posiblemente está dictado por la diversidad microbiana y en particular las bacterias que suelen crecer mucho más rápido que los hongos y compiten por los nutrientes, limitando así a los hongos”, detalla la investigación hecha por el Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Añade que la población de hongos no deja de ser muy interesante, ya que estos microorganismos tienen mayorpotencial para relacionarse con el desgaste, sobre todo en los billetes de algodón.
Los billetes, libres de Covid-19
“De manera muy importante, no se encontró SARS-CoV-2 en los billetes. Esta conclusión es el resultado tanto de los experimentos de microscopía como de ADN”, aseguran los investigadores de la UNAM.
“Los billetes no son un repositorio o vehículo de transmisión del virus. Esto significa que los billetes, así como otros fómites, no presentan un riesgo para transmisión de SARS-CoV-2 ni de la enfermedad Covid-19”, afirman.
Para la detección de SARS-CoV-2 se aisló RNA de un pool de 30 billetes sin importar denominación o condición, ya que para detectar al virus en fómites, se requiere una gran cantidad de material genético, en comparación con lo que se puede obtener de una muestra clínica positiva para el virus.
Se utilizó el protocolo para caracterizar SARS-CoV-2, usando el kit Illumina COVIDseq. Además de la muestra de billetes, se utilizó un control positivo que es una muestra clínica de SARS-CoV-2 y un control negativo que son los reactivos sin muestra alguna.
El protocolo de COVIDseq consiste en dos paneles de 96 juegos de oligonucleótidos (POOL1 y POOL2), que cubren el genoma completo del virus SARS-CoV-2. En caso de tener partículas virales presentes, se pueden detectar con dicho kit hasta con una sensibilidad de 100 partículas.
“Solo el control positivo tuvo un producto de amplificación de ADN para el virus SARS-CoV-2, mientras que con la muestra de billetes no se obtuvo resultado alguno, así como para el control negativo”, precisa el estudio del Instituto de Biotecnología.
Otros virus en los billetes
La investigación del Instituto de Biotecnología identificó 5 órdenes virales (herpesvirales, nidovirales, ortervirales, picornavirales y caudovirales) presentes en los billetes. De los cuales cuatro (herpesvirales, nidovirales, ortervirales y picornavirales) son órdenes de virus que infectan a organismos eucariontes y uno (caudovirales) pertenece a virus que infectan bacterias o arqueobacterias, también llamados bacteriófagos o fagos.
Al orden herpesvirales pertenecen virus que infectan a los animales y entre las enfermedades que causan a los seres humanos destacan la varicela, el herpes genital y el sarcoma de Kaposi.
El orden nidovirales incluye virus de ARN que infectan animales y humanos de los cuales los coronavirus son los más destacados.
El orden ortervirales contiene a virus que afectan a diferentes tipos de plantas, hongos, animales y humanos, destacando el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Los picornavirales es un orden de virus que infectan animales, protistas, plantas y humanos, destacando los virus del resfriado común, la poliomielitis y la hepatitis A.
El orden caudovirales resultó ser el más abundante en todas las muestras indicando que las poblaciones virales recuperadas están compuestas principalmente por fagos (virus de bacterias).
“La abundancia de los virus que afectan organismos eucariontes, de los cuales el ser humano es parte, no generan un riesgo para la salud”, expresa el Instituto de Biotecnología.
También se identificaron 33 familias virales presentes en los billetes, de los cuales 26 pertenecen a familias de virus, que infectan a organismos eucariotas y 6 familias a virus que infectan bacterias o arqueas, también llamados bacteriófagos o fagos.
La familia siphoviridae resultó la más abundante para todas las muestras excepto para el pool de 100 Aptos donde se observa una predominancia de fagos de la familia Myoviridae, la segunda familia más abundante para el resto de las muestras.
Ambas son familias de virus que infectan bacterias y arqueobacterias, cuyos rasgos estructurales característicos de esta familia son una cabeza no envuelta y una cola no contráctil.
“Ninguna de estas dos familias de virus afecta directamente a la salud humana”, concluye la investigación del Instituto de Biotecnología.
Forbes