Existimos porque resistimos, dice el slogan de la afro descendencia jarocha. Eric Cisneros no se bajará de la contienda. No quitará espectaculares y tampoco suspenderá su promoción, a la que ahora ha sumado al propio gobernador, como sucedió este fin de semana.

Cisneros aprieta. Cuitláhuac simplemente no sabe qué hacer con él. Y el Presidente estará más ocupado en hacer la campaña de su corcholata que en controlar a un secretario de gobierno. Eso será chamba de quien sea el candidato, de Rocío Nahle y del gobernador.

La semana pasada, muchos adversarios y malquerientes dentro y fuera del gabinete daban por muerto al Secretario de Gobierno, Eric Cisneros. La pregunta sembrada en la mañanera de López Obrador parecía ser un tiro de gracia en las aspiraciones políticas del afrodescendiente veracruzano.

“Eso está mal. Tiene que renunciar”, dijo el mesías. Y todos esperaban que ese mismo día se fuera por la puerta de atrás. Gómez Cazarín, Margarita Corro, Manuel Huerta y otros tantos no tuvieron empacho en dedicarle declaraciones y mensajes disfrazados de epitafio. El cuenqueño aguantó vara. Los ve de poca monta, como morralla.

“No se equivoquen”, pensó para sus adentros, como suele decir en tono de amenaza a quien lo desafía. Por eso le temen, pero no lo respetan.

Para muchos, Eric Cisneros estaba muerto. Y así lo confirmó el propio Gobernador Cuitláhuac García cuando dijo que en la víspera habría hablado con él para que desistiera en su promoción personal, y que en respuesta había recibido la noticia que declinaba por completo a sus aspiraciones. El siguiente paso era bajar toda la publicidad a lo largo del estado.

El problema es que eso no sucedió. Ni va a suceder. El fin de semana continuaron los mensajes contradictorios que mantienen a los morenistas aldeanos en el filo de la butaca.

Así, mientras difundían profusamente fotografías donde estaban bajando espectaculares y borrando bardas con su nombre, la respuesta vino casi de inmediato. En una fotografía el góber y su secretario de gobierno aparecen abrazados, sonrientes, en el marco de una rodada realizada en la cuenca del Papaloapan.

El mensaje fue difundido por Eric Cisneros a través de sus redes sociales. Y ahí, en el álbum de fotos del evento, estaba una fotografía que lo dejaba todo en claro: al frente del contingente de ciclistas, Cisneros pasea frente a una barda con su nombre y el de AMLO.

Es decir, le vale madre, no va a quitar nada, aunque lo haya ordenado el presidente y lo haya informado el gobernador. Ya caminó mucho, ya gastó mucho, ya invirtió la vida entera en este proyecto para que alguien con las limitaciones de Cuitláhuac García le venga a decir qué tiene que hacer.

Para Eric Cisneros, el propio López Obrador será historia en unos meses. Tendrá que arreglarse con quien sea el candidato a la Presidencia de la República; y bien sabe que no lo será Adán Augusto, por lo tanto, Sergio Gutiérrez no significa ninguna competencia.

A Rocío Nahle la conoce perfectamente. Hay quien habla de traición. Sólo ellos saben qué sucedió, pero es evidente la ruptura. No hay fotos juntos ni mensajes de reconocimiento mutuo. A Cuitláhuac lo controla, incluso veladamente le ordena.

Eric Cisneros no se va a bajar. Nada tiene que perder. Lo han menospreciado. Está herido y pronto vendrá la revancha.

Que AMLO mejor investigue a sus hijos, pide Xóchitl Gálvez

A Xóchitl Gálvez la investiga el fisco y no le encuentran nada. Sus empresas están bien, su pecado es ser empresaria exitosa. Le buscan pecados como ex delegada en la Miguel Hidalgo, pero tampoco se los encuentran. La descalifican por ser mujer e indígena.

Esa mujer, de aspecto descuidado, pero ideas brillantes entiende muy bien lo que está pasando: la contienda no será con ninguna de las corcholatas, ninguna está a su nivel como fenómeno electoral. La pelea será directamente con el presidente.

Por eso no se amedrenta. Y fue en Veracruz donde puso el dedo en la llaga y demostró que está dispuesta y preparada a la guerra frontal con López Obrador.

“Así como el presidente Andrés Manuel López Obrador me investiga, que también lo haga con sus hijos”, pidió Xóchitl en su segundo día de visita a Veracruz. “Él (AMLO) quisiera fulminarme, porque estoy creciendo”. No le falta razón. De los aspirantes opositores, no se habla de nadie más. El propio presidente no habla de nadie más.

De jueves a domingo, Veracruz fue una muestra de lo que podría suceder una vez que inicien oficialmente las campañas presidenciales que comenzaron hace un año.

Por un lado, una Sheinbaum no inspira a nadie, ni siquiera da nota a los medios, hartos de los lugares comunes del credo cuatroteísta. Es una candidata oficialista, gris, opaca de personalidad y de ideas, sin arrastre, agobiada por el fastidio de ser quien no quiere ser. Arropada por la movilización grosera de miles de burócratas amenazados con perder su trabajo.

Por el otro, una candidata desenfadada, anti sistémica, sin militancia partidista, que dialoga con la gente, que llena escenarios sin acarreos, sólo con el morbo de conocer a la rockstar de la política nacional. Su lenguaje franco y directo fascina a la audiencia y lo empieza a hacer en los medios, quienes están redescubriendo a Xóchitl Gálvez.

“Presidenta”, “Presidenta”, le gritan en sus eventos de asistencia orgánica, como dicen los genios de las redes. Y esto apenas empieza…

Salir de la ratonera

EL PAÍS ha confirmado que el presidente López Obrador escribió de su puño y letra las reglas de la contienda interna de Morena y las entregó al partido para que fuesen aprobadas en el Consejo Nacional de junio y convertidas en ley suprema.

Confirmado. El PRI jurásico está más fuerte que nunca. Sólo se deshicieron de los tecnócratas que les robaron el poder con Salinas. ¡Y la izquierda piensa que reformó al país! Ilusos…