¿Se imaginan de gobernadora a Rocío Nahle, de secretario de Gobierno a Manuel Huerta y coordinando la Legislatura a Sergio Gutiérrez?
La pregunta surge luego del trascendido de lo que, en materia de sucesión presidencial, López Obrador habría propuesto a las “corcholatas” para apaciguarlos vía que a todos los toque algo.
Localmente las combinaciones podrían ser otras: Gutiérrez gobernador, Nahle secretaria de Gobierno y Huerta coordinador de los diputados; o Manuel gobernador, Sergio secretario de Gobierno y Nahle al frente del Congreso, o…póngale otros nombres.
La cuestión es que, dado el encono existentes entre quienes, en Morena, buscan la gubernatura, no puede suponerse haya grandes acuerdos y un reparto de esa forma.
Trascendió que en la reciente reunión de López Obrador con las «corcholatas», los aspirantes validaron varios puntos propuestos por su jefe: Aceptar el resultado de la encuesta, renunciar casi ya, no debatir y que el ganador de la candidatura se comprometa a repartir cargos entre los perdedores:
Las coordinaciones en las cámaras de Senadores y Diputados y un alto puesto en el gobierno.
Pueden traducir los morenistas que lo anterior será la línea para decidir las candidaturas a las gubernaturas que estarán en juego a la par de la presidencia.
Algo como hicieron y dicen que harán en el Estado de México. Primero, ganó la encuesta quien quería AMLO, Delfina Gómez, y los perdedores recibieron la consigna de apoyar: Horacio Duarte en la coordinación de campaña e Higinio Martínez como delegado especial de Morena. Ahora está por verse qué puestos ocuparán.
Sin embargo, un método así está complicado para la sucesión presidencial. Los golpes dados y las ofensas recibidas son muy fuertes. Basta ver cómo se pelean en estos días y violan la ley en aras de mejorar su posicionamiento.
Aceptarán ante su jefe, pero nada garantiza que cumplan. ¿Se imaginan a Sheinbaum dejando en manos de Ebrard la coordinación de la Cámara de Diputados, dándole a Adán Augusto el control del Senado y a Monreal la Secretaría de Gobernación?
Puede ser que a regañadientes de los puestos, pero solo para que tengan la misma fuerza que ahora tiene Monreal en el Senado o la que tuvo Olga Sánchez en la Segob.
Los que no ganen la encuesta saben que una situación así la tienen garantizada.
Y si quieren replicar esos acuerdos en los estados, al menos en Veracruz está asegurada una situación similar. A quien pusieran de secretario de Gobierno, por decir algo, tendría la fuerza de Alfredo Algarín, a quien Gutiérrez Barrios dejó ahí y Dante Delgado, para obligarlo a renunciar, se encargó de enfriarlo al grado de que no podía mandar ni al policía de la esquina del Palacio de Gobierno.
Acá el asunto medio podrá resolverse dándoles una senaduría y repartiendo diputaciones federales y locales, pero hasta ahí. Ninguno aceptaría que, realmente y con poder, algún rival le coordine la campaña o tenga otra injerencia similar.
¿Cómo actuarán los perdedores de la sucesión presidencial? Están tan enojados entre sí que, si por ellos fuera, no se admitirían unos a otros ni como jefes… de limpieza.
M°1
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