Está encima el inicio de la guerra electoral en abierto y los partidos necesitan estar vigentes en la sociedad. No es tiempo de inmovilidad ni de permanecer mudos.
Y en el Partido Verde, por lo pronto, hubo cese fulminante en el Comité Ejecutivo Estatal, del que fue destituida Eleaney Sesma.
Sobre esto existen versiones contrarias, pero lo que se sabe es que hace unos días llegó a la representación estatal del PVEM un documento mediante el cual el Comité Ejecutivo Nacional informa de la destitución, como secretaria general, de Sesma.
¿Los motivos?, no los dice el documento. Lo que sí dice, según ha trascendido, es que se nombra al anterior dirigente, Marcelo Ruiz, como encargado en Veracruz para que en mayo convoque a una asamblea y sea nombrado la nueva o el nuevo secretario general.
La dirigente destituida está inconforme, pero se afirma que poco podrá lograr en su intención de ser restituida.
¿Qué motivó este cese fulminante que los del Verde saben que solo pudo ser con la autorización del secretario de Organización, Javier Herrera, un político que heredó de su padre Fidel Herrera las buenas formas de la política? Debió ser algo fuerte.
Más allá de eso ha trascendido que viene una reestructuración en un buen número de dirigencias del PVEM, lo que representará nuevos coordinadores y dirigentes. ¿La causa?, ya la sabremos con exactitud, pero no sería extraño que tenga que ver con el inicio de la proyección de quien será su candidato presidencial.
Por cierto, que se sepa, en Veracruz el Verde aún no tiene definición, lo que quiere decir que, al menos por ahora, no existe un acuerdo con Rocío Nahle.
EXIGEN JUSTICIA. Familiares de Javier N, un conocido xalapeño que venía estando a cargo de un centro escolar en la capital del Estado, exigen justicia pues acusan que permanece encarcelado injustamente, desde diciembre del año pasado, tras tener diferencias con quien fue su pareja y que desembocaron en alienación parental y denuncias falsas.
“Javier vive hoy lo que muchas personas en nuestro país: difamación y denuncias falsas interpuestas por su expareja, con el fin de obtener el control absoluto de sus hijos y de sus bienes”, señalan.
“Javier ha llegado a la cárcel por un proceso judicial que es una maraña de acusaciones sin pruebas. Está padeciendo en carne propia lo mismo que miles de mexicanos y mexicanas: agotadores, injustos y costosos procesos judiciales, así como la privación de su libertad por denuncias falsas, consecuencia de la alienación parental. Esta es un arma silenciosa que destruye los vínculos de afecto entre padres e hijos, dañándolos emocionalmente de por vida; es un negocio rentable para abogados sin ética que aconsejan el uso de denuncias falsas para que los cónyuges alienadores obtengan beneficios económicos y la patria potestad; es una conducta que debilita los principios fundamentales que requiere una sociedad: lo verdadero, lo justo, lo correcto, para su bienestar y sano desarrollo”, exponen los familiares de Javier N.
Las autoridades judiciales y Derechos Humanos saben qué caso es este. Lo menos que se espera es que actúen con imparcialidad.